Brufau blinda su presidencia en Repsol cuatro años con la petrolera a tiro de opa

  • La compañía, que logrado los mejores resultados hasta septiembre en una década, fortifica su cúpula tras la marcha de CaixaBank de su accionariado.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, junto al presidente de la petrolera, Antonio Brufau.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, junto al presidente de la petrolera, Antonio Brufau.
Efe

Un compañía en el punto más dulce. Repsol desveló este martes a los inversores que la evolución de los precios del crudo le ha permitido conseguir, entre enero y septiembre, los mejores resultados de la última década: ganó más de 2.100 millones de euros. Puede darse así 'el lujo' de emplear su generación de caja para acelerar sus inversiones y también, puede abrir la puerta a la renovación de sus dos máximos ejecutivos.

Su consejero delegado, Josu Jon Imaz; y su presidente no ejecutivo, Antonio Brufau, seguirán en el puesto hasta 2023, si lo aprueba la próxima junta de accionistas. Y no tendrán oposición, salvo sorpresas, porque Repsol carece de un núcleo duro de accionistas desde la marcha de CaixaBank, lo que la coloca como una de las compañías más 'opables' del Ibex. Es más, el único nombre de peso que queda en su accionariado es Sacyr, que mantiene el 8,2%.

Los mandatos de Brufau e Imaz vencían en 2019 y, en el mercado circulaba la opción de un paso atrás por parte de Brufau, que la próxima primavera, cuando renueve por cuatro ejercicios más, cumplirá 71 años. El ejecutivo catalán no solo lleva al frente de la firma desde el año 2004, sino que acabará su mandato con 75, dentro del selecto club de directivos del Ibex que continúan en el cargo por encima del umbral de los 70.

Formalmente, Brufau cedió el testigo hace cuatro ejercicios, cuando entregó los poderes ejecutivos en Repsol a Imaz. Entonces, también, renunció al cobro blindajes en su contrato, a cambio de recibir 2,5 millones de euros anuales hasta la finalización del actual mandato, es decir, hasta el próximo 2019. La compañía no hizo ayer mención alguna a cuál será su esquema retributivo para el nuevo periodo.

Mejora de sus ratios

Los dos primeros espadas de la petrolera española seguirán en liza porque es un tándem que funciona, a tenor de los resultados que presentó este miércoles. Además de disparar el beneficio un 37% hasta septiembre, la compañía hace gala de que va a mantener el dividendo y, a la vez, aprovechar la generación de caja para acelerar sus planes de crecimiento en gas y electricidad en España.

El paso clave es la compra de activos de Viesgo, que prevé cerrar en las próximas semanas. Una operación a la que va a destinar 750 de los 4.000 millones que tiene en cartera para realizar inversiones.

Un 'giro verde' que coincide con su salida de Naturgy (la antigua Gas Natural Fenosa). Completó la venta a la firma de inversión CVC del 20% de la energética a principios de año, con lo que ha podido dar un tijeretazo a su deuda. En un año, su pasivo neto se ha reducido desde 6.972 a 2.304 millones de euros al cierre de septiembre.

Esta mejora de ratios financieros recibió el respaldo de los inversores porque, este jueves, las acciones de Repsol remontaron un 4,34%, lo que deja su capitalización en cerca de 25.000 millones de euros. Una cifra que está lejos de los números que alcanzan algunos grandes del sector en Europa, como los 136.400 millones de valor de mercado de la francesa Total, los 229.200 millones de Shell, o los 123.500 de la británica BP.

Riesgo en Venezuela

Una de las muescas en la evolución reciente de Repsol es su exposición a Venezuela. Repsol asume que los problemas de la economía caribeña le han conllevado "saneamientos extraordinarios” por importe de 497 millones de euros, provisionados por riesgo de recuperación de créditos, activos fiscales e inversiones, según indica en la información que ha remitido a la CNMV.

La compañía española ha reducido, considerablemente, en los últimos meses su exposición patrimonial al país presidido por Nicolás Maduro. A 30 de septiembre, la cifra en 796 millones de euros, cuando al cierre de 2017 era de 1.480 millones.

Repsol asume que la ha reducido como consecuencia de la provisión por riesgo de crédito, por los deterioros registrados en sus participadas en el país y en los instrumentos de financiación y cuentas a cobrar. En el terreno de la producción, Repsol prevé recibir este noviembre cuatro cargamentos procedentes de Venezuela, dos de gas y dos de petróleo. Son parte del acuerdo que mantiene con la petrolera estatal PDVSA.

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