En España

Cabify capta 40 millones de deuda del BEI para sumar 1.400 coches eléctricos

La compañía abordará la inversión tras desprenderse de 800 vehículos de una de sus filiales de VTC. Recurre de nuevo a la financiación bancaria después de cuatro años sin rondas de capital.

CEO de Cabify
El consejero delegado de Cabify, Juan de Antonio.
Europa Press

Cabify recurre de nuevo a la deuda. La compañía tecnológica española acaba de recibir la 'luz verde' a un préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de 40 millones de euros para abordar la transformación de su flota de vehículos en España a eléctricos. En total con este dinero podrá desplegar 1.400 vehículos eléctricos para sus operaciones de alquiler de coches con conductor (VTC) en este mercado. El movimiento llega dos años después de que vendiera prácticamente toda la flota de más de 800 vehículos de su filial Vector Ronda Teleport para renovarla.

El proyecto de financiación fue aprobado formalmente hace una semana, según hizo público el BEI este martes. El dinero que pondrá sobre la mesa el banco de la UE asciende a 40 millones, siendo el coste total del proyecto de 82 millones. Contempla no sólo la compra de los vehículos sino también la infraestructura digital y de carga asociada. La compañía fundada y dirigida por Juan de Antonio mantiene el objetivo de contar con flota 100% eléctrica en el año 2025 en España y en 2030 para los países en los que opera en América Latina. 

En el primer semestre de 2021, Cabify vendió gran parte de la flota de Vector, la filial que recompró a Rosauro Varo. Se llevó a cabo un plan de desinversión destinado a empresas y particulares. En marzo de ese año se firmó la última transacción, transfiriendo un total de 800 vehículos. "Con este plan, la sociedad ha iniciado un plan de transición a una flota de vehículos más sostenibles, manteniendo a los vehículos más sostenibles", aseguraba. No precisó en su momento cuánto recibió por esta transacción pero, teniendo en cuenta la antigüedad de esa flota, superaría muy probablemente los 10 millones de euros. En septiembre de 2021 anunció la adquisición de 700 nuevos coches para sustituirlos. El BEI asegura que el proyecto de la compañía española que ahora financia "contribuye a los objetivos de la UE de eliminar gradualmente los coches de combustible convencional en el transporte urbano".

Todas las grandes compañías del transporte buscan soluciones para electrificar sus flotas durante los próximos años. A principios de este 2022, Uber lanzó a principios de este año su primera flota 100% eléctrica en España (Uber Green). El gigante tecnológico espera invertir 800 millones de dólares en ayudas a conductores para afrontar los costes de adquisición y carga. En la Comunidad de Madrid, donde está presente ese nuevo servicio, invertir 5 millones. Para esta puesta en marcha firmó acuerdos con Banco Santander, para facilitar la financiación, y con Repsol, para aportar una solución tecnológica para la carga.

No es la primera vez que Cabify recurre a la financiación de un banco 'público'. En el año 2019 firmó un préstamo por 70 millones de dólares (62 millones de euros al cambio de la fecha) con el Banco Iberoamericano de Desarrollo (BID) para lograr 'gasolina' con la que impulsar sus operaciones latinoamericanas. El desembolso era en varios tramos. Ahora, estos 40 millones del BEI les permitirá afrontar el obligado cambio de la flota con más aire sin tener que levantar capital en una ampliación con sus socios, entre los que despunta el gigante japonés Rakuten.

La deuda también ha generado algunos quebraderos de cabeza en la compañía. Especialmente en Vector Ronda Teleport, que cerró el año 2020 -último con cifras disponibles- con un pasivo de más de 52 millones de euros procedente principalmente de los acuerdos de 'leasing' para los coches que tendrían que ser devueltos antes de mediados de 2024. En el verano se firmó una refinanciación con el 'pool' de bancos entre los que estaban Santander o Caixabank. Esto le permitió esquivar un rescate de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de 26 millones de euros que solicitó y finalmente lo retiró. A nivel de grupo, no se han hecho públicos los números de 2021, aunque preveían unas pérdidas brutas (Ebitda) de unos 12 millones de euros con una facturación en niveles previos a la pandemia.

La última ronda de capital que ejecutó la empresa de manera formal fue en el año 2018. Fue ahí cuando logró convertirse en el primer unicornio español, después de que Rakuten -que controla más del 45% de las acciones- aportara buena parte de una inyección de 160 millones de dólares. Desde ese momento no se han firmado más. El gigante japonés sí que lo ha respaldado con deuda convertible en acciones. Pero esa conversión no se ha hecho efectiva. La multinacional decidió cerrar la puerta a ganar más porcentaje del capital en la tecnológica convirtiendo los más de 33 millones que acumulaban en dos líneas de crédito.

Como alternativa a la financiación directa, la empresa también se lanzó a vender activos no estratégicos para conseguir caja con la que seguir en la pelea de un sector que tradicionalmente ha necesitado mucho capital para crecer. Así justo antes del estallido de la pandemia ejecutó la venta de las acciones que ostentaba de Glovo en el mercado secundario por unos 50 millones de euros. Eso le dio el oxígeno suficiente para afrontar la travesía en el desierto de la Covid. "No necesitamos una ronda para seguir operando; teníamos una reserva de caja que nos ha permitido subsistir", afirmaba De Antonio hace unos meses. Ahora, la deuda del BEI permitirá abordar una inversión relevante para su flota.

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