Cabify rechazó una oferta de compra de casi 2.000 millones sin apenas efectivo

  • La startup española declinó la propuesta en pleno boom de adquisiciones en 2018 porque el pago era, sobre todo, en acciones y no en dinero.
Juan de Antonio Cabify
Juan de Antonio Cabify
EFE

Cabify se encamina hacia una salida a bolsa en España. Si no hay más cambios, lo hará después del próximo verano. Y lo hará después de haber rechazado una oferta de compra de casi 2.000 millones de euros en pleno boom de adquisiciones a principios del pasado año. La razón para decir 'no': el pago que iban a recibir el gigante japonés Rakuten, como máximo accionista, y el resto de socios era principalmente en acciones, con una parte muy minoritaria de dinero en efectivo.

Principios del año 2018. El mercado de Cabify vive un particular terremoto a nivel mundial. Los grandes operadores están en manos de los mismos gigantes: Rakuten, Softbank y otros como Tiger Capital. Y los movimientos se sucedieron: Uber abandonó China y el sudeste asiático y vendió sus filiales a Didi y a Grab. La propia Didi sachó la chequera y pagó 1.000 millones de dólares por 99taxis, el líder indiscutible en Brasil y con el que se peleaba la española.

En este contexto, Cabify mantuvo conversaciones con algunos de estos competidores. Y llegó una oferta formal. Tres fuentes conocedoras de la operación confirman a La Información que el comprador ofreció cerca de 2.000 millones de euros para hacerse con el 100% de los títulos de la startup española. La propuesta fue rechazada por el consejo de administración, que a la postre es controlado por los fundadores de la empresa pese a la mayoría accionarial de Rakuten. La cúpula está formada por cinco sillones. Uno de ellos está vacío para vetar cualquier decisión en caso de que los creadores no la respalden.

Ese precio representaría un incremento significativo de la valoración que se acordó a principios de ese mismo año en una ampliación de capital de 160 millones de dólares, aportada principalmente por el gigante japonés. En aquella fecha, el 'precio' del 100% de las acciones de Cabify se situó en los 1.400 millones de dólares. Si se hubiera cerrado, sería la venta más grande de la historia del ecosistema de startups respaldadas por capital riesgo en España, por delante de compañías como Alienvault o Privalia, vendidas a AT&T y Venté-Privée por unos 500 millones de euros cada una.

¿Por qué entonces se rechazó la oferta de compra si hubiera supuesto una plusvalía muy significativa para todos los socios, incluido Rakuten? Según explican las mismas fuentes, había algo que no convencía, especialmente, a los fundadores: el pago de esos cerca de 2.000 millones se haría, en una inmensa mayoría, en acciones de la compradora. El dinero en efectivo era muy minoritario, lo que generaba un cierto riesgo ante una posible devaluación de esos títulos en el mercado. A esto hay que sumar la falta de control sobre una compañía -la compradora- de la que tendrían un porcentaje significativo.

Este medio se ha puesto en contacto con Cabify, que ha decidido declinar a través de un portavoz oficial hacer ningún tipo de comentario sobre esta información.

La incógnita está en quién fue el que se ofreció a sacar la chequera. Varias fuentes con conocimiento de la operación sólo se limitan a asegurar que esta oferta es lanzada por un competidor del mercado estadounidense, donde se baten el cobre Uber y Lyft. Ambas analizaron diferentes ofertas y movimientos corporativos antes de sus respectivas salidas a bolsa, tras las cuales se haría más difícil de defender una adquisición milmillonaria como esta.

Juan de Antonio (Cabify) junto a Rosauro Varo
Juan de Antonio (Cabify) junto a Rosauro Varo. / José González

¿Quién controla hoy Cabify? La compañía tiene a Rakuten como su máximo accionista. Hoy controla algo más del 40% de las acciones -ha ido perdiendo algo de presencia desde 2017, cuando alcanzó el 47%-. El resto del reparto es una incógnita, pues la matriz del holding continúa en Delaware (Estados Unidos) y no ofrece información sobre el resto de socios. Junto a los socios fundadores, encabezados por Juan de Antonio, se encuentra el fondo Seaya Ventures -también accionista de Glovo o Spotahome- como segundo inversor externo de referencia.

En Latinoamérica, contra gigantes

Un año y medio después de esta negativa la compañía española sigue siendo independiente y teniendo a Rakuten como su máximo accionista. Compite en un mercado de gigantes, con bolsillos de oro y grandes capacidades para subvencionar los viajes tanto en el lado de los pasajeros como entre los conductores.

Trata de hacerse un hueco en un contexto en Latinoamérica "especialmente complejo", como aseguran dos fuentes conocedoras de las cifras de negocio en este territorio. Debe batallar contra Didi -el gigante chino- y Uber, entre las cuales se ha desatado una fuerte guerra de precios, lo que ha obligado a la startup a centrarse especialmente en los clientes corporativos.

Salida a bolsa, tras el próximo verano

En un mercado mucho menos caliente en operaciones corporativas, con Uber y Lyft más preocupadas en mejorar sus cifras ante la presión de los inversores, Cabify mira con más ahínco a la Bolsa. La compañía lleva meses preparando los mimbres para este estreno que, según sus planes, podrían efectuarse después del verano de 2020, lo que supone un retraso de hasta un año respecto a sus primeras previsiones. Ya se ha trabajado con varios bancos de inversión. Queda por ver si la salida al parqué en España permite mejorar esa valoración de casi 2.000 millones que se fijó en la oferta de compra rechazada.

Entretanto, Cabify sigue trabajando a caballo entre Londres (Reino Unido) y Estados Unidos para cerrar en las próximas semanas una nueva ronda de financiación de hasta 300 millones de dólares. Trabaja con fondos de capital riesgo y de deuda para recibir esta nueva inyección de capital. Se trata de una ampliación 'pre-OPV', según explican varias fuentes, en la que se podría incluir como compromiso esa salida a bolsa en un periodo máximo.

En esas negociaciones, la compañía, como adelantó La Información, trata de sacudirse la alargada sombra de sus competidores estadounidenses, que siguen sufriendo el castigo en bolsa por sus fuertes pérdidas y las dudas sobre la sostenibilidad de sus negocios. Tratan de defender la 'salud' de sus cifras y la capacidad para ser rentables. Las cifras globales se desconocen. En España, duplicó facturación hasta los 144 millones de euros el pasado año, con un margen de explotación de -3,6% (pérdidas brutas, por tanto, de 4,3 millones).

Esta es la fotografía actual de Cabify, una de las startups más prominentes del ecosistema español. Ésta sería muy distinta si, finalmente, el consejo hubiera dado luz verde a aquella oferta de compra de casi 2.000 millones, que quedó en un cajón. Año y medio después busca mantener su sitio en un mercado mucho más competido y controlado por gigantes.

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