Cabify lanza su taxi en Valencia y Madrid con menos del 1% de las licencias activas

  • La compañía admite que ha tenido dificultades para llegar a acuerdos con los profesionales para incorporarlos. Cobrará una comisión inferior al 12,5%.
Un vehículo de Cabify deja a un pasajero en la estación de Atocha, en Madrid. /EFE
Un vehículo de Cabify deja a un pasajero en la estación de Atocha, en Madrid. /EFE

Con una guerra enfriada entre el taxi y la VTC, Cabify ha decidido lanzar su servicio de taxi tanto en Madrid como en Valencia. La irrupción es muy limitada, pues sólo cuenta con apenas 110 asociados entre ambas ciudades, menos del 1% de las licencias activas en ambas provincias.

En un primer momento, la compañía inició un proyecto piloto con una pequeña muestra de 4 taxistas en la ciudad de Santander. Ahora, inicia su servicio de taxis en las dos ciudades. Pero lo hace con un planteamiento muy limitado. "No ha sido fácil: el contexto no es el mejor, pero creemos que hay que ser fieles y coherentes con la visión", aseguran desde Cabify.

Esa dificultad en las conversaciones con los taxistas ha sido clave para este lanzamiento limitado. En total, en Madrid habrá disponible a partir de ahora un centenar de vehículos (en toda la ciudad hay disponibles unos 15.000 licencias) y en Valencia un total de 10. Es decir, se trata de menos del 1% de los taxistas activos en la capital madrileña.

¿Cómo son las condiciones de este servicio? El precio lo marcará el taxímetro y la compañía cobrará una comisión a cada uno de los taxistas. Ésta no se ha hecho pública, pero, según confirman los directivos, es inferior al 12,5% que cobra Free Now (antigua Mytaxi) desde el pasado mes de abril.

Esta comisión sería muy inferior al 20% que cobra de media por cada uno de los servicios ofrecidos en su plataforma de VTC. ¿Es rentable? "La base de usuarios ya está hecha; se trata de añadir un servicio más que no requiere que tengamos que captar usuarios nuevos", apuntan desde la empresa.

El usuario podrá reservar el taxi desde la aplicación (y recibirá una estimación del precio final, aunque sin fijarlo, pues será el taxímetro) y el taxistas no tendrá que estar uniformado ni ofrecer otros servicios extra. Tampoco necesitará ningún distintivo especial, lo que podría implicar algunos problemas con profesionales del taxi contrarios a Cabify.

¿Por qué no se ha lanzado en Barcelona, como segunda ciudad más destacada en el sector de la movilidad? "Queremos ampliarlo a cualquier ciudad; la realidad es que hemos arrancado donde hemos visto más posibilidades y mayores ganas de colaborar y entrar en el proyecto", admiten.

Respaldo del auto catalán

Por otra parte, desde la compañía valoran positivamente el auto judicial del TSJ catalán en el que se suspende cautelarmente la potencial ampliación a una hora del periodo de precontratación. Entienden que se trata de una regulación "dudosa y bastante lesiva para los intereses de la empresa".

Desde la compañía no van a cambiar su forma de operar en Barcelona, donde se valen de un 'truco' legal a través de su sociedad Prestige and Limousines. Un 'truco' que se basa en respetar sólo los 15 minutos de precontratación en el primer servicio, haciendo firmar a los usuarios un contrato anual. "Se ajusta perfectamente a la ley", apuntan desde la compañía, quien insiste en que las decenas de expedientes sancionadores levantados por la Generalitat han sido recurridos.

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