Desequilibrios y ajustes en el sistema

La caída en ingresos y consumo eléctrico asfixia la caja de las empresas renovables

Renovables
Renovables

Son tiempos de incertidumbre, sobre todo en aquellos sectores donde ya se venían registrando desajustes, como en el sector eléctrico. La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) trabaja en las liquidaciones de ingresos y de gastos para cerrar las cuentas de 2019. Y no cuadran. El sistema que idearon los hermanos Nadal -Álvaro y Alberto- para acabar con el gran agujero en el sistema eléctrico desde el Gobierno del PP prevé los pagos que correspondan a cada empresa en función de la evolución de los ingresos. Como estos no fueron bien en 2019 y tampoco van bien en lo que va de año, hay consecuencias negativas. Una, un nuevo agujero en las cuentas que administra la CNMC y dos, tensiones de tesorería en las empresas que afectan especialmente a las pequeñas compañías del sector renovable.

"Sí está sucediendo" admite el director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) José Donoso "las empresas están recibiendo menos dinero del que les corresponde. Los problemas de tesorería existen y afectan más a los proyectos más pequeños y basados en el crédito. Y la situación es peor incluso para las empresas extrapeninsulares (las que operan en las islas, Ceuta y Melilla)".

El problema fundamental es que los ingresos de 2019 no fueron los previstos. El ejercicio pasado  registró  durante tres meses el impacto de la suspensión del impuesto del 7% a la generación, descensos en la recaudación por peajes debido a la menor demanda y también menos dinero por los impuestos al CO2, que además Hacienda no acaba de soltar -hay 1.000 millones pendientes de ingreso-. La suma de baches es un golpe a la caja de las empresas con menos pulmón financiero.

Proyectos maduros

El director de Gesternova y presidente de Appa Fotovoltaica, Jorge González considera que "los proyectos con cierto recorrido, ya maduros, no deberían verse afectados" por los desajustes en el sistema. No obstante, más en el futuro que en el presente, advierte que se puede dar "una tormenta perfecta" por el descenso de la demanda eléctrica industrial a causa del parón económico-que no compensa el mayor consumo doméstico- los bajos precios de la energía y los aplazamientos de pago de facturas que se convertirán en impagos definitivos.

El panorama no es halagüeño. La CNMC actúa como notario. Toma nota y mide la situación con el índice de cobertura de ingresos y gastos. A finales del pasado año,  (liquidación 10/19) el índice se situaba en el 78,85%, diez puntos por debajo de la cifra de hace un año. Tres liquidaciones después, el indicador sigue siendo bajo -de en torno al 80%- según fuentes conocedoras de las cuentas. Un adelanto de que puede haber problemas.

Es un momento complicado. La Orden Ministerial de peajes de 2018, prorrogada en 2019, preveía un déficit a cubrir en el sistema eléctrico de en torno a 350 millones. Pero la última liquidación apunta a un desfase de al menos 600 millones. Corregir la situación  exigiría un ajuste fino y, posiblemente, retocar los peajes y cargos que pesan sobre la factura eléctrica, algo muy difícil cuando todas las previsiones han saltado por los aires.

Recortes para ajustar

El Gobierno ya aprobó  una norma -parámetros de retribución renovables-para recortar las retribuciones a las renovables en 921 millones en 2020, 817 millones en 2021 y 690 millones en 2022. Un parche que ayuda al ajuste de ingresos y gastos, pero no resuelve todos los problemas. Menos, con el parón de la economía que ha impuesto la pandemia por el coronavirus. Y ello a pesar de que el Real Decreto 15/2018 de medidas urgentes en el sector eléctrico autorizó a cubrir los posibles agujeros de 2018 y de 2019 recurriendo al superávit del sistema en ese momento -1.687 millones en cinco años-. 

Los tiempos del sistema son diferentes. La CNMC trabaja para certificar lo que sucedió en 2019 y apunta a déficit. La última rúbrica oficial de los números tendrá lugar a finales de este año. Pero el tiempo no se detiene y el presente ejercicio también se presenta complicado para cuadrar las cuentas tal y como exige la Ley Eléctrica: sin borrones y sin desequilibrios entre lo que entra y sale de la caja.

En este este ejercicio -que la CNMC auditará en 2021-, suponiendo que el estado de alarma decretado marzo durara tres meses, el desfase entre costes e ingresos del sistema eléctrico llegaría a 200 millones de euros por la menor recaudación por impuestos energéticos, fundamentalmente el del 7% que tributan las generadoras por su producción, según cálculos publicados por Cinco Días.

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