CaixaBank ha recibido una sobredemanda en las solicitudes de adhesión al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) del 22,4%, puesto que hasta 7.900 personas se han apuntado al proceso para el que en realidad existen 6.452 vacantes. Ahora, sindicatos y entidad deberán analizar las que se harán efectivas, puesto que no se trata de aceptar a todo el mundo de forma indiscriminada, sino que se determinará según funciones dentro de la organización o lugares con excedentes. Este ejercicio llevará "un tiempo", según el consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar.
En cualquier caso, el banquero ha asegurado que haber cubierto todo el cupo es una indicación de que el programa, sin duda, tiene unas condiciones "atractivas y responsables". "Me satisface pensar que las personas que salgan lo harán en unas buenas condiciones económicas", ha apostillado. Considera que el ajuste ha logrado compaginar los intereses de la plantilla y del grupo. De este modo, la plantilla que continuará trabajando lo hará en una entidad más competitiva y sostenible desde el punto de vista financiero y la que sale lo hace en buenas condiciones. "Es una situación de win-win", ha añadido Gortázar.
Sobre futuros nuevos ajustes, el consejero delegado de CaixaBank ha dicho que "nada es inmutable". En esta línea, ha explicado que cuando se gestiona un negocio se deben observar los cambios en las circunstancias y cómo evoluciona la entidad. El pasado mes de julio y tras arduas negociaciones, se llegó a un pacto en el ERE de mayor envergadura de la historia bancaria española. Saldrán del banco 6.452 empleados y se recolocarán a 708 personas dentro del grupo. Lo importante para la representación laboral fueron las condiciones económicas, que se vieron mejoradas poco a poco, y la voluntariedad, tras la retirada de la forzosidad que fue crucial para allanar el camino hacia un acuerdo.
Gortázar también se ha referido, en la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados correspondientes al primer semestre, a los intereses que han conjugado durante los meses de negociación con sindicatos. Fue polémica la entrada del Gobierno en las discusiones sobre el proceso de reestructuración, sobre todo teniendo en cuenta que el Estado es accionista con un 16% del capital del grupo. El CEO del banco ha asegurado que, en todo momento, lo único que ha importado eran las posiciones de CaixaBank y de los sindicatos.
"En el ambiente ha habido comentarios de muchas partes de la sociedad, no solamente del Ministerio de Economía", ha remarcado, si bien cree que la entidad se mantiene con un espíritu deportivo y entiende que se hagan comentarios de cualquier decisión que tome la cúpula que por su tamaño y relevancia en toda España. "Es normal, como con la Selección Española, a todo el mundo le gusta opinar", ha remarcado.
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