"Injusto, distorsionador y contraproducente"

CaixaBank asume un golpe de hasta 450 millones el primer año del impuesto

El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, carga contra el nuevo gravamen del Gobierno. A su vez, ha negado conflictos con el FROB, a través del cual el Estado está presente en su consejo. 

Goirigolzarri Gortázar CaixaBank
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, y Gonzalo Gortázar , CEO del banco.
 Europa Press

CaixaBank ya ha realizado una primera estimación del potencial impacto que podrá tener el nuevo tributo al sector sobre sus cuentas. El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, asume un golpe de entre 400 y 450 millones de euros basado en cifras de 2022 y pagaderos en 2023. "Es una cifra elevadísima", ha lamentado el banquero durante la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados correspondientes al primer semestre del año. Los cálculos para el segundo año del gravamen extraordinario y temporal todavía no están disponibles al no haberse definido el ejercicio presupuestario de 2023. 

Los números todavía pueden variar, dado que se va a tramitar como proposición de ley. Además, todavía hay muchos detalles técnicos que no están enteramente claros. Precisamente este viernes, los fiscalistas de las dos principales patronales bancarias, la Asociación Española de Banca (AEB) y la CECA, se reúnen con Hacienda para tratar estos pormenores. En suma, el CEO de CaixaBank tiene claro que la medida es "equivocada" por tres razones: es injusta, distorsionadora y contraproducente. 

Gortázar ha explicado que se ha propuesto sobre la base de que las entidades tienen unos resultados extraordinariamente elevados. "No es así, la rentabilidad media a doce meses en España -excluyendo la operativa extranjera-, era del 5,37%", ha indicado. También ha recordado que de las 35 empresas que hay en el Ibex 35, solo once cotizan por debajo del valor contable y, de ellas, cinco son bancos. "No podemos justificar proponer un impuesto sobre la base de los beneficios elevados porque no existen", ha remarcado.  

Igualmente, ha insistido en que supone un problema para la competencia, ya que afecta a determinadas entidades financieras (aquellas que tienen ingresos por encima de los 800 millones de euros). "Se produce una enorme distorsión de la competencia. Hay bancos que asumirán el gravamen y otros no, como la gran banca extranjera. Algunas solo tienen sucursales en España y no llegan al umbral", ha precisado. En su opinión, supone una desventaja para financiar a las empresas españolas, dando incluso más poder a los fondos buitres. "¿Vamos a dejar que sean ellos los más competitivos?", se pregunta el banquero. 

Por otro lado, ha asegurado que va en contra de la normativa bancaria europea, puesto que el gravamen prohíbe repercutirlo a clientes. La regulación de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés) propone buenas prácticas para la formación de precios en banca y, entre los parámetros a incluir, se obliga a cargar los costes de naturaleza tributaria para evitar burbujas de crédito. "Se pone en una posición imposible a los supervisores", ha añadido. Como consecuencia, o bien se hace caso a la norma comunitaria y se repercute al cliente encareciendo el crédito, pese a que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impondrá multas; o se restringirá la concesión de financiación precisamente en un momento de potencial ralentización económica.

Relación con el FROB

Pese a esta situación de conflicto, el consejero delegado de ha subrayado que la relación es buena. Existe un diálogo "correcto" y no cree que vaya a cambiar.  El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), está presente en el capital de la entidad con un 16,1% y cuenta con un asiento en su consejo de administración. En esta línea, ha dicho que el FROB es "dueño de su destino y de sus decisiones", tras ser preguntado por si cree que debería dejar de ser accionista significativo. 

¿Posible recesión?

CaixaBank es consciente de que Estados Unidos ya está en una situación débil con unas cifras que podrían indicar la recesión. Los datos de la eurozona también dejan entrever una difícil situación para el cuarto trimestre de 2022. "Descartarse la recesión no puede descartarse", ha dicho. En todo caso, cree que en España el impacto podría ser menor debido a que la recuperación tras la pandemia ha sido más tardía y aún queda camino por recorrer, ni siquiera se han visto los beneficios de los fondos europeos Next Generation

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