Rotación de sedes

CaixaBank lanza un guiño a Madrid y trae sus órganos de gobierno a la capital

La entidad incluye por primera vez a la capital española como tercer enclave, junto a Valencia y a Barcelona, para la celebración de las reuniones de su consejo de administración y comisiones delegadas. 

Gortázar Goirigolzarri CaixaBank
Gortázar Goirigolzarri CaixaBank
Europa Press

La emblemática Torre Kío de Madrid se convierte por primera vez en escenario de congregación de la primera línea de mando de CaixaBank, según ha podido saber 'La Información'. El edifico, heredado tras la absorción de Bankia, acogerá a partir de ahora determinadas reuniones del consejo de administración de la entidad, haciendo un guiño así a la capital española, que desde la operación de fusión quedó bautizada como segunda sede operativa junto a Barcelona. Además de la Ciudad Condal y de Madrid, el grupo mantiene su sede social, la que marca el domicilio empresarial, en Valencia. 

Precisamente este jueves, la comisión ejecutiva, que habitualmente se reúne dos veces al mes, se reencontrará en Madrid. Esta semana también tuvo lugar un encuentro con los de riesgos, mientras que el consejo de administración, formado por quince miembros, se citará a mitad de este mes en el número 189 del Paseo de la Castellana. Está previsto que el máximo órgano de gobierno celebre dos reuniones en Madrid en lo que queda de año. En cualquier caso, no todos acudirán de forma presencial y algunos de ellos se conectarán de forma telemática, como será el caso del independiente John Reed, que vive en Estados Unidos.

Históricamente este tipo de reuniones se celebraban en Barcelona, si bien la incertidumbre política en Cataluña tras el referéndum independentista del 1 de octubre llevó a la 'antigua' CaixaBank a mudar su sede social a la costa sureste, concretamente al número dos de la calle Pintor Sorolla, donde se ubicaba el antiguo Banco de Valencia. Este movimiento fue emulado por numeras firmas, entre ellas, Banco Sabadell. A pesar de haber tomado esta decisión, la entidad nunca arrancó su raíz catalana, puesto que operativamente se mantendría en Barcelona.

Goirigolzarri, Gortázar y el resto de miembros del consejo de administración se reunirán por primera vez en la Torre Kío a mediados de mes

Desde entonces, las reuniones de los órganos de gobierno, tanto del consejo como de las distintas comisiones, se han venido sucediendo entre ambas capitales, pero la toma de Bankia le llevó a establecerse el pasado mes de marzo también en Madrid, donde la entidad absorbida nació en 2012 tras la integración de siete cajas. Lo normal, como ha ocurrido, es que fijara un calendario rotativo para incluir a esta tercera localidad como lugar de toma de decisiones. 

Este paso se produce casi tres meses después de que se inscribiera en el registro mercantil la fusión y en medio del proceso de negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que el grupo cometerá como consecuencia de las redundancias generadas por la propia operación. La idea inicial del banco era incluir en el ajuste a 8.291 personas, aunque ya ha rebajado a 7.400 sus expectativas de salidas. A pesar de todos los cambios que se están produciendo en la nueva CaixaBank, su intención es seguir manteniendo el protagonismo en el corredor del Mediterráneo y ahora sumar su presencia en Madrid. 

En 2020 fue cuando empezó a fraguarse la fusión entre CaixaBank y Bankia. La mayoría de reuniones, en las que se gestó la consolidación bancaria, se celebró por vía telemática ante la situación generada por el Covid-19, pero más de una quincena de ellas fueron presenciales con al menos el 80% de los consejeros. Durante ese año, el consejo de administración de la entidad catalana asistió a un total de 16 reuniones. Las comisiones más activas fueron la de auditoría y control y la ejecutiva, con 20 citas respectivamente. 

En el banco madrileño, sus primeros espadas se reunieron en 21 ocasiones durante el ejercicio pasado. En su caso, las comisiones más activas fueron la delegada de riesgos, con 27 reuniones; y la consultiva de riesgos, con un total de 13. El comité de auditoría y cumplimiento tuvo que asistir a una veintena de asambleas. Ya sea por la  necesidad de gestionar una situación de crisis ante el estallido de la pandemia o por la propia operación que se analizaba, ambas entidades intensificaron los encuentros de sus órganos de gobierno con respecto a 2019.

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