CaixaBank se cura en salud. La entidad presidida por Jordi Gual ha cerrado el primer semestre del año con unas provisiones por valor de 1.155 millones de euros con el fin de anticiparse a impactos futuros por los efectos económicos de la Covid-19. Tras esta 'vacuna', el banco catalán obtuvo un beneficio atribuido de 205 millones de euros, un 67% menos respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Cabe recordar que en el primer trimestre se dotaron 400 millones, cifra a la que en el segundo, se ha sumado una provisión de 755 millones.
Los ingresos core de la entidad se han debilitado ligeramente en el periodo (un 0,5%) y se sitúan en los 4.064 millones de euros. El margen de intereses asciende a 2.425 millones, lo que supone una caída del 2,1% respecto al mismo periodo de 2019. Según explica la entidad, esta reducción se debe básicamente al descenso de los ingresos de los préstamos por una disminución del tipo de interés aplicado, vinculado en parte al incremento de la concesión de créditos ICO, a la reducción de los ingresos procedentes del crédito al consumo y al descenso de la curva de tipos.
El margen bruto se ha visto lastrado por el resultado de las empresas participadas y ha caído un 7,4% hasta marzo. Los cifras de las compañías de las que la entidad tiene acciones han disminuído en un 53,7% respecto al mismo periodo del año anterior como consecuencia del entorno económico actual. Por ello, entre los ingresos recibidos destacan el dividendo de Telefónica por el primer scrip dividend aprobado, y la retribución a accionistas de BFA, por 50 y 40 millones de euros, respectivamente.
En cambio, el primer semestre de 2020 ha servido para que Caixabank alcance un volumen de negocio (créditos+recursos) récord, cerrando el periodo con 643.631 millones de euros, la cifra más alta desde la creación de CaixaBank. El crédito a la clientela bruto alcanza los 242.956 millones de euros con un crecimiento del 6,8% en el año, como consecuencia esencialmente del aumento del crédito a empresas que, derivado de la situación actual, creció un 15,9%.
Con respecto a las ratios de capital, el indicador Common Equity Tier 1 (CET1) alcanzó el 12,3% a cierre del primer semestre. Hasta marzo se recogen 32 puntos básicos por el impacto extraordinario de la reducción del dividendo previsto con cargo al 2019 y se suman 48 puntos básicos más por la aplicación del transitorio de la normativa IFRS9. Por su parte, la evolución orgánica del capital se ha mantenido estable, la previsión de dividendos supone una caída de 6 puntos básicos y la evolución de los mercados y otros factores impactan negativamente en otros 49 puntos básicos.
La ratio de morosidad se reduce en el año hasta el 3,5%, lo que supone una caída de seis puntos básicos, y la ratio de cobertura se incrementa hasta el 63%, un aumento de ocho puntos porcentuales en el año tras reforzar las provisiones. El coste del riesgo 12 meses se sitúa en el 0,61%. Cabe recordar que la morosidad se encuentra contenida como consecuencia de las moratorias, tanto sectorial como estatal, que están todavía en vigor. De acuerdo con los diferentes bancos, las consecuencias de la pandemia en este sentido podrán comenzar a notarse en los próximos meses.
Moratorias y créditos ICO
La entidad ha sido una de las más activas en lo que a las medidas impulsadas por el Ejecutivo se refiere. Por un lado, el banco ha aprobado un total de 357.488 solicitudes de moratoria de sus clientes en España, que afectan a una cartera de 9.848 millones de euros. Estas cifras se corresponden tanto con la medida estatal como con la posteriormente adoptada por el sector de forma voluntaria.
Otra de las grandes patas de actividad en el semestre ha sido la financiación a empresas. En este sentido, desde el inicio de la comercialización de las líneas ICO, Caixabank ha gestionado más de 164.000 solicitudes de préstamos por un importe total de 13.726 millones de euros. Al margen de esta medida, la entidad catalana ha destinado a las compañías otros 32.500 millones de euros que se reparten entre grandes empresas, pymes, autónomos y emprendedores para paliar los efectos económicos de la pandemia en el tejido productivo.
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