Calviño planea la subasta del 5G en otoño con las 'telecos' golpeadas por el virus

Estas semanas de mayo iban a ser determinantes para la esperada subasta del espectro radioeléctrico de las redes ultrarrápidas 5G. La pandemia del coronavirus y la paralización de la mayoría de los trámites no urgentes en la administración hicieron saltar por los aires toda la planificación, por la que en junio debía estar todo finalizado. Ahora, tras la suspensión, el Gobierno quiere retomar el procedimiento tras el verano. Será justo cuando las operadoras estén tratando de curar las heridas de la crisis, cuyos golpes más duros se esperan para los próximos meses, con una caída en el consumo y problemas de impagos de empresas y particulares.

Fue en pleno pico de la pandemia, a finales de marzo. El Ministerio de Asuntos Económicos hacía oficial lo que las operadoras daban por hecho: se retrasaba el llamado Segundo Dividendo Digital, es decir, el proceso por el cual se libera el espectro radioeléctrico de la banda de 700Mhz, y también la subasta de esos activos. Alegaron una causa de fuerza mayor ante las medidas "de contención" adoptadas para hacer frente al coronavirus. Y añadían otra: "Los operadores están realizando un esfuerzo adicional para afrontar la crisis ocasionada por el Covid-19 y mantener a las empresas y a las empresas conectadas". Telefónica, Orange, Vodafone y el resto habían sido determinadas como servicio esencial, al igual que sucede con los suministros clave de agua o luz.

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Ahora, el departamento liderado por Nadia Calviño abre la mano. La ministra confirmó en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados que los trabajos se retomarían en otoño. "España quiere seguir a la vanguardia pero ha suspendido el segundo dividendo digital, que se restaurará en otoño, fijando ya un calendario para la subasta de espectro", apuntó. Desde el ministerio no quisieron precisar más las fechas, pero incluso acelerando en los plazos, podría entregarse ese espectro a principios del próximo año, pues, según explican diferentes fuentes del mercado, se espera que todo el proceso de puja se alargue durante varias semanas.

Este retraso es, en el grueso de los casos, un alivio para las cuentas. Los pagos por la utilización de ese espectro -además de la llamada tasa radioeléctrica anual- se reparten durante los ejercicios en los que está vigente el contrato. Pero la realidad es que en el inicio hay un primer esfuerzo económico. El traslado al otoño les ha dado un respiro. El propio presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, destacaba que precisamente la suspensión de la subasta iba a permitir asegurar el flujo de caja, que a su vez debe cubrir el dividendo que tendrá que abonar en el mes de junio (0,20 euros por acción, con la opción de cobrar en efectivo o en acciones).

Pese a ese beneficio en el retraso, la realidad es que la subasta llegará en un momento delicado para las operadoras. Se espera que los dos próximos trimestres sean los más duros de esta crisis. "Vemos un impacto muy fuerte en el segundo trimestre, que ya lo estamos notando, y una recuperación en el tercer y cuarto", apuntó ante los analistas el propio Álvarez-Pallete. El consejero delegado, Ángel Vilá, insistió en que miles de clientes se han reposicionado en paquetes más económicos, mientras que están sufriendo "algunas tensiones" por impagos en diferentes sectores empresariales. El consejero delegado de Orange en España, Laurent Paillassot, confirmó que este periodo pasará factura: "Todo depende de cuán profunda y durante cuánto tiempo se alargue la crisis; es cierto que la tendencia hacia el bajo coste marcará los próximos meses". ¿Y el resto de operadores? Euskaltel dejó planos sus ingresos, mientras que Másmóvil, Vodafone y Digi presentarán sus números esta misma semana.

La situación es compleja. Pero la realidad es que todos los analistas alertan del riesgo de retrasar más los posibles despliegues del 5G, en una carrera en la que China ha tomado claramente la delantera.  ¿Qué ha pasado con el resto de países? La mayoría de grandes subastas siguen sin fecha después del retraso por el coronavirus. Es destacado el caso de Reino Unido. La pandemia no es la razón que hay detrás de un posible retraso, sino más bien la denuncia de O2. La filial de Telefónica, que acaba de anunciar su fusión con Virgin Media para crear el segundo gran operador del país, anunció la pasada semana que impugnará la puja del espectro de la banda de 700 MHz y de 3,8 GHz (estas últimas se adjudicaron en España en 2018) en el país, al no estar de acuerdo en cómo se van a vender los bloques de espectro. Todo apunta a que esto retrasará durante meses la decisión.

Queda pendiente la decisión del Gobierno sobre Huawei y su papel en el despliegue del 5G en España. La mayoría de los países han regulado. El último en hacerlo en Europa fue Reino Unido, que prohibió la utilización de la tecnología del gigante chino en la parte más sensible de la infraestructura (llamada en el argot 'core'). La presión de Estados Unidos se ha rebajado, a tenor de los borradores de la regulación del país publicados por la agencia de noticias Reuters. En esos documentos se permite que el gigante asiático y las empresas estadounidenses del sector puedan trabajar conjuntamente en el diseño de los estándares de las nuevas redes.

Al margen de Huawei, otros proveedores de red ya están vislumbrando un retraso considerable en el despliegue en Europa. El consejero delegado de Nokia confirmaba hace un par de semanas que esperaba una espera mayor en el continente, mientras que no preveía problemas en otros mercados como Estados Unidos, China, Japón o Corea. Samsung también alertó de que habrá recortes en las inversiones. En España, quedan más de cuatro meses para poner toda la maquinaria en marcha.