Cambio de reglas: las farmacéuticas sirven antes a China sus últimos avances

  • El regulador chino acabará el año habiendo aprobado 50 medicamentos, más que todos a los que ha dado luz verde en la última década.
Xi Jinping, presidente chino
Xi Jinping, presidente chino
EUROPA PRESS - Archivo

La cura milagrosa ya no está en los lujosos hospitales de Estados Unidos, ahora el foco de la industria farmacéutica se ha trasladado a China, donde su descomunal población y la ambición de los dirigentes que lidera Xi Jinping han dejado claro a las compañías que han dado, al fin, con el nuevo Eldorado para probar y vender sus últimos desarrollos.

Si hace unos días este diario informaba de la llegada a España de un nuevo tratamiento para el cáncer fruto de las investigaciones de Novartis y Gilead, al módico coste para las arcas públicas de 350.000 euros, en Pekín están más que informados del mismo, ya que los tratamientos que salvan vidas están llegando antes al gigante asiático que al Tío Sam o al Viejo Continente.

Las compañías AstraZeneca y FibroGen acaban de recibir luz verde de las autoridades de China para comercializar el ultimísimo tratamiento contra la anemia. Y no se trata de una noticia menor. El país se acaba de 'poner las pilas' para autorizar los medicamentos que llevan años logrando éxitos en occidente y va camino de adelantar sin avisar a gigantes como la FDA. Hay que destacar elementos como que el Gardasil 9 de los laboratorios Merck, usado a escala global desde el 2014 contra el virus de papiloma humano, fue autorizado por Pekín en abril de este año.

Y aquí comienza la revolución, ya que pocos meses después del citado paso, se autorizó el uso en el país de la medicación contra el cáncer colorrectal desarrollado por Hutchison China MediTech. ¿Una copia? ¿Un desarrollo propio? En cualquier caso un hito importante dentro de una sociedad que, hasta hace poco, mostraba escasa preocupación por la salud de sus ciudadanos. Se aprobó antes de que lo 'cataran' en Estados Unidos y Europa.

Por otra parte, Bloomberg destaca que con la aprobación de Roxadustat, el remedio de AstraZeneca y Fibrogen contra la anemia en pacientes con enfermedad renal crónica sometidos a diálisis se había un roto un tabú importante sostenido hasta hoy por los dirigentes del gigante asiático. Claro está, que se se espera que las firmas fabricantes ingresen en un año 1.000 millones de dólares, al margen de lo que facturen en el resto del planeta.

La clase media china presiona a las autoridades para gozar de un sistema de salud al nivel de su industria y su tecnología, según Bloomberg. Esa misma clase media exige acceso a los mejores medicamentos y la mejor atención médica posible. Pekín es consciente que sus ciudadanos tienen algunas de las tasas más altas de cáncer, diabetes y enfermedad hepática del mundo, y se ha decidido a ponerle solución.

Un estudio de McKinsey señala que este año el regulador chino acabará el año habiendo aprobado la venta de cerca de 50 medicamentos, más que todos a los que ha dado luz verde para su introducción en la última década.

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