Farmacéuticas prometedoras: luchan contra el cáncer y se disparan en Bolsa

  • Las nuevas compañías farmacéuticas están desarrollando novedosos tratamientos contra el cáncer, cuyos buenos resultados las permite doblar su valor
Destinan más de 1,6 millones para medicamentos exclusivos en los hospitales de la Región
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EUROPA PRESS

El ecosistema estadounidense es prolífico en potenciar el desarrollo de farmacéuticas que lideran los tratamientos más novedosos del mundo. Cada día se crean nuevas Gilead, Amgen, Gelgene o Biogen que patentan nuevos tratamientos para muchas enfermedades que todavía no tienen cura.

En la lucha contra el cáncer han empezado a sobresalir unas cuentas cuyos novedosos procedimientos les han permitido dispararse en Bolsa. Novocure es una de las firmas que más expectación han creado, no solo por sus resultados sino por su original idea de tratar distintos tipos de cáncer con descargas eléctricas que buscan ralentizar al máximo la letal multiplicación de celulas cancerosas.

La firma nació años atrás después de que un grupo de científicos se unieran para crear su propia compañía después de trabajar en algunos de los laboratorios más importantes del mundo. La idea sobre la que pivota todo el proyecto tiene que ver con los campos eléctricos y las características que tienen estos procesos físicos sobre las moléculas que conforman las células. La extravagancia de la idea, su tratamiento queda muy lejos de los tradicionales procesos químicos o los novedosos tratamientos genéticos, causó un gran revuelo cuando pidieron licencias ante la FDA (agencia del Gobierno de Estados Unidos).

Los principios no son fáciles, suele decirse, y en el caso de Novocure el ejemplo es palpable. Aún así, la firma mostró unos resultados que poco a poco consiguieron cierto crédito en el mundo médico. El primer cáncer que trató la firma, con la que se dio a conocer, fue: el gioblastoma, que es el más habitual entre tumores del sistema nervioso. El gioblastoma se caracteriza por ser muy rápido y agresivo, con una preponderancia fuerte de la mitosis. Además, dicho cáncer reúne una serie de dificultades por su localización que lo ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las farmacéuticas que se han avezado a crear una cura.

La ventaja del tratamiento a través de campos eléctricos de Novocure es que es capaz de superar las complicaciones que tienen los fármacos químicos: en primer lugar, las células tumorales son excesivamente resistentes a los tratamientos, En segundo lugar, al situarse en una parte tan sensible como el cerebro, éste es suceptible de sufrir daños junto a su limitada capacidad para repararse y tener una barrera, denominada hematoencefálica, que imposibilita la llegada de fármacos químicos.

Para ello, Novocure ha creado un generador que produce descargas eléctricas a distintas frecuencias sobre las zonas con tumores. Dichas cargas, actúan al nivel más micro de la célula atacando a las proteínas de sus moléculas para impedir el proceso de mitosis, esto es la multiplicación celular que es realmente el verdadero mal del cáncer. Al fin y al cabo, a ese nivel micro las proteínas tienen carga eléctrica y si se invierte, mediante un campo eléctrico, se puede inhibir la mitosis de las mismas. Esa es la verdadera revolución que ha llevado a cabo está empresa en la lucha contra el cáncer, aunque su problema es que no es un cura. La realidad es que un proceso de letargo, que funciona, pero no una cura.

Novocure y Loxo Oncology

Los resultados de Novocure han sido tan positivos que su generador, Optune, ya está en el mercado. La firma tiene contratos con la Seguridad Social de Estados Unidos, Alemania y Suiza y el tratamiento ya esta en marcha con más de 2.000 pacientes. Además, la propia firma tiene avanzados otros proyectos para la metástasis cerebral, el cáncer de pulmón y el cáncer de páncreas. Por su parte, el de ovario necesitará más tiempo para llegar al mercado.

Otra de las biotecnológicas que más impacto está teniendo en el mundo médico y en la lucha contra el cáncer es Loxo Oncology. La farmacéutica ha sido la gran sensación del prestigioso ASCO (el congreso de oncología más importante de Estados Unidos) tanto en 2017 como en 2018 gracias a su novedoso tratamiento de Terapia Génica. El procedimiento en el que trabaja Loxo se focaliza en desarrollar tratamientos para distintos cáncer provocados por mutaciones en los genes, que se denominan oncogenes.

Lo más importante del revolucionario tratamiento de empresas como Loxo es que trabajan sobre las mutaciones, por lo que a su vez pueden trabajar en distintos cánceres. Por ello, ha sido la revelación en los dos grandes congresos de oncología en los dos últimos años: en 2017, presentó sus progresos para un tipo de cáncer de pulmón (para los que ya tiene una tasa de éxito del 77%). Un año después, presentó los resultados sobre otros cánceres distintos. La versatilidad de la firma atrajo a la todopoderosa Bayern que ahora es uno de sus inversores más potentes.

La valoración de Novocure y Loxo Disparadas

Las dos compañías se han casi doblado en Bolsa en los últimos meses a medida que sus tratamientos han ido progresando. En este punto está la complicación real del valor ¿Cómo se valora una empresa como Novocure? Una firma que en todos sus años de vida no ha sido capaz de generar beneficios y sin embargo ya vale cerca de 3.000 millones de dólares.

La valoración de este tipo de empresas, que son tan volátiles, sigue una estructura ordenada aunque no siempre predefinida. En primer lugar, se debe centrar la mirada en el tipo de enfermedad sobre la que está trabajando la farmacéutica, los potenciales clientes que tendría de salir adelante. En este punto, se debe explicar que existen enfermedades denominadas ‘huérfanas’ que recaen sobre muy poca gente y no siempre son rentables obtener una cura (un medicamento cuesta cerca de 1.000 millones obtenerlo). Pero para compensar las pruebas son mucho menos costosas y la competencia nula, por lo que al contrario de lo que se piensa, dichas enfermedades sí se investigan también.

Una vez se ha establecido los potenciales clientes, el esquema sigue hacia abajo. El siguiente paso es analizar el procedimiento que utiliza la empresa, si se trata de algo novedoso el valor es superior. La razón es muy sencilla, cuando los tratamientos son originales y nuevos son muy difíciles de replicar, por lo que la competencia se anula no solo desde el punto de vista de la patente, sino porque existe un salto técnico. Una última cualidad es la escalabilidad del procedimiento, si la empresa puede generar economías de escala con las que aprovecharse, reducir gastos y ampliar el margen.

Todo lo anterior es muy abstracto, puesto que es muy difícil de medir. El último paso es algo más sencillo porque sí está medido, aun así las abstracciones y la volatilidad es muy alta. La última parte de la valoración es comprobar en que situación, más bien en que fase, se encuentran los proyectos de medicamentos de la compañía. En Estados Unidos existen tres fases distintas, en los dos primeras los costes de traspasarlas con bajos, las muestras son pequeñas, pero las posibilidades de superarla es inferior al 10%, más o menos. Cuando las empresas tienen medicamentos en estas fases, su evolución bursátil es muy volátil, debido a que es fácil que caiga.

La última fase, la tercera, tiene la ventaja de que cerca de uno de cada dos medicamentos que llegan a ella salen al mercado. Lo malo, es que los costes de superarla son muy grandes. Al fin y al cabo, es la parte en que la farmacéutica debe reclutar grandes muestras para probarlos. Se debe tener cuidado aunque la empresa tenga medicamentos en esta fase porque muchas veces el precio de la acción tiene descontado que el medicamento saldrá y al final no es así y la cotización de hunde. Con todo ello se puede llegar a una valoración más o menos adecuada de una 'Farma', aunque como todo es tan subjetivo que es realmente difícil poder acertar en muchas ocasiones. Al final, existe una máxima en el negocio (algo injusta, porque no hace referencia a todo lo que hay detrás, en especial capital humano) que se suele ajustar a la realidad: 'la empresa vale, lo que valen sus patentes'.

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