En un cara a cara con Calviño

Carlos Torres abre la puerta a repensar la política de remuneraciones de BBVA

La entidad tiende la mano al Gobierno al asegurar que todo es susceptible de mejorar tras la polémica de los altos sueldos bancarios en medio de los despidos masivos. 

Carlos Torres
Carlos Torres
Europa Press

La banca empieza a recular después de mantener durante meses una actitud defensiva por los altos sueldos de sus directivos. El presidente de BBVA, Carlos Torres, cree que su actuación ha sido responsable en el ámbito de la política de remuneraciones, pero también ha admitido que todo es susceptible de mejorar y, sobre todo, de explicar mejor, puesto que algunos elementos del modelo retributivo contienen factores que nada tienen que ver con la rentabilidad. El primer ejecutivo del banco entiende que hay que contar con un esquema acorde con los tiempos.

El banquero ha explicado que su sueldo y el de la alta dirección está relacionado en parte con métricas como la calidad del servicio, la satisfacción de la plantilla o incluso la consecución de los objetivos de descarbonización. Torres cobrará 2,92 millones de euros en 2021, frente a los 2,17 millones de euros que se embolsó el año pasado, un ejercicio marcado por el estallido de la pandemia del coronavirus. 

Estas palabras las ha pronunciado en un evento en el que ha coincidido cara a cara con la ministra de Asuntos Económicos y vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño, quien se ha mostrado en varias ocasiones rotundamente en contra de las remuneraciones bancarias, precisamente a la vez que se el sector comunicaba la puesta en marcha de procesos de reestructuración para miles de empleados. 

Hace poco más de dos semanas, la dirección de BBVA y los sindicatos lograron llegar a un punto de encuentro en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se saldará con la salida de 2.935 empleados, el 10% de la plantilla total en España, frente a los casi 4.000 que había planteado la entidad en un principio. Después de poco más de un mes de intensas negociaciones, ambas partes llegaron a un acuerdo por el que al final se ha logrado evitar que se produzcan los despidos forzosos y se ha eliminado la cláusula que obligaba a que un 50% de los afectados fueran menores de 50 años.

Calviño justifica ahora los despidos masivos y cree que lo primordial es que la banca recupere la senda de la rentabilidad

Torres ha justificado los despidos ante el proceso de reconversión que vive la banca, asegurando que se están haciendo de forma negociada y aproximando posturas con sindicatos. Calviño también ha apoyado los ERE, porque cree que el sector sufre enormes cambios que requieren de actuar de un modo ágil, lo que indudablemente pasa por ajustar las estructuras. La ministra entiende que si las entidades recuperan la senda de la rentabilidad podrán jugar el papel que les corresponde en el medio plazo. 

A pesar de las críticas anteriores, el Gobierno piensa ahora que los despidos masivos son imprescindibles. Eso sí, siempre y cuando estos procesos traumáticos se realicen bajo la premisa de reducir en la medida de lo posible el número de bajas y abogando por la voluntariedad. De hecho, Calviño presume de que sus plegarias han sido escuchadas y que las cúpulas de los bancos han adoptado una posición más flexible, fundamentalmente BBVA y CaixaBank, que son los dos protagonistas en cuanto a despidos del sector se refiere en 2021.

BBVA ya ha cerrado su acuerdo con la representación sindical, pero todavía queda que haga lo propio CaixaBank, que tiene la intención de acometer el ajuste de empleo de mayor envergadura de toda la historia bancaria española. A medida que se han sucedido las distintas reuniones, el banco que acaba de absorber Bankia ha rebajado el número de salidas desde las 8.291 inicialmente propuestas, hasta las 7.400 e incluir 686 recolocaciones en empresas filiales del grupo.

Precisamente este martes, 22 de junio, los trabajadores de Caixabank están convocados por los sindicatos a una huelga general. En las últimas semanas las negociaciones se han tornado cada vez más intensas e incluso se ha tenido que prorrogar el periodo algo más de dos semanas. Debía de haber finalizado el 10 de junio y se han emplazado hasta el día 29. En este caso, el sueldo del presidente de la nueva entidad, José Ignacio Goirigolzarri, fue una de los principales argumentos sindicales para rechazar el ERE y el caso que desató la polémica en la alta esfera del Ejecutivo. 

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