Torres celebra un consejo sin ruido ni nueces: pasa de puntillas sobre el caso FG

  • El máximo organo de gobierno de BBVA evita adoptar una decisión precipitada antes de conocer el resultado de la investigación encargada a PwC.
Carlos Torres, BBVA
Carlos Torres, BBVA
EFE

El consejo de administración del BBVA ha declinado adoptar cualquier tipo de decisión precipitada sobre la investigación que la entidad tiene en marcha para conocer el alcance de las escuchas telefónicas efectuadas por la empresa del excomisario Villarejo dentro de la operación de seguridad desplegada hace quince años por el banco para frenar el intento de asalto del entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero. El BBVA considera que el análisis forensic encargado a la auditora PwC se encuentra aún en una fase incipiente de la que no se pueden derivar conclusiones determinantes, por lo que el máximo órgano de gobierno reunido este jueves por primera vez desde que saltó a la luz el escándalo ha decidido pasar de puntillas sobre el futuro de Francisco González como presidente de honor y de la Fundación BBVA.

Fuentes cercanas a la entidad financiera estiman que las pesquisas se prolongarán todavía durante varias semanas sin que exista ninguna certeza sobre la posibilidad de encontrar algún tipo de prueba irrefutable que permita al consejo de administración tomar cartas en el asunto. De hecho, la investigación preliminar iniciada en junio y dirigida por el despacho Garrigues, en su calidad de asesor legal de cabecera del banco, no ha dado ningún resultado efectivo. De ahí la contratación del nuevo y más exhaustivo análisis forense y la incorporación al equipo de trabajo del despacho Uría Menéndez, alguno de cuyos máximos directivos participó directamente hace años en trabajos de asesoría legal de FG antes y después de que éste fuera presidente ejecutivo del BBVA.

El actual titular del consejo de administración, Carlos Torres, ha superado así la papeleta, al menos de momento, con lo que fuentes financieras califican de “un consejo sin ruido” que permite a la entidad ganar tiempo ante las presiones externas de las últimas semanas. A partir de ahora, y según añaden las mismas fuentes, el 'gabinete de crisis' externalizado por el BBVA con PwC y Uría tendrá que justificar los encargos correspondientes a las facturas que fueron pagadas en su día a la empresa de Villarejo. En cualquier caso estos trabajos serán vinculados con la labor desarrollada por el antiguo jefe de Seguridad, Julio Corrochano, como parte de su propia función directiva.

El consejo del BBVA intentará explicar que Corrochano contrató los servicios de Villarejo en defensa de la salvaguarda de la entidad y con la única motivación de preparar a conciencia la estrategia de defensa ante la ofensiva de un grupo accionarial no deseado que podía poner en riesgo la integridad del proyecto empresarial liderado por Francisco González. El análisis forensic se centrará paralelamente en el escrutinio de todos los correos y documentos mercantiles que soportan la relación de trabajo entre el banco y la empresa externa del excomisario ahora en prisión. La clave reside en comprobar si en esas conversaciones existen fundadas pruebas de requerimientos ilegales o que puedan afectar a la reputación personal de los directivos que interactuaban en la defensa del BBVA.

Así las cosas, la reunión del consejo de administración celebrada este jueves ha sido la primera a la que ha acudido Onur Genç, el nuevo consejero delegado del banco. El encuentro, a pesar de las presiones que llegaban desde el BCE, finalmente se ha centrado en la aprobación de las cuentas de 2018, un año que ha estado marcado, además de por la marcha de FG, por la inestabilidad en Turquía, uno de los mercados clave de BBVA, y Argentina. Según los analistas, el beneficio superará los 5.000 millones de euros, teniendo en cuenta las plusvalías por importe de 640 millones procedentes de la venta del negocio del banco en Chile.

Se da la circunstancia de que el encargado de formular las cuentas correspondientes al pasado ejercicio no es Francisco González, quien tampoco estará al frente de la Junta de Accionistas encargada de refrendarlas. En el sector se había especulado que sería en esta asamblea, que se convocará en las próximas semanas y que se celebra tradicionalmente en Bilbao a mediados de marzo, donde FG se despediría de sus accionistas, pero el banquero gallego finalmente optó dar un paso atrás antes del evento. Está en el aire si el encuentro contará con su presencia.

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