Casos de acoso sexual en los McDonald's de EEUU: "Las mujeres tienen miedo"

El acoso sexual en el mundo laboral golpea de lleno a una de las grandes multinacionales del sector de la restauración. Las trabajadoras de McDonald's en Estados Unidos han puesto el grito en el cielo contra un problema que aseguran que es "nacional" y por el que muchas de ellas han pasado un calvario en sus puestos de trabajo.

Como ejemplo, la historia de Tanya Harrell, una empleada del establecimiento de la empresa de comida rápida en Gretna (Louisiana). Un día un compañero comenzó a acosarla. La manoseó, le tocó los pechos y el trasero y le pidió que tocase su pene. "Me sentí totalmente expuesta. Como si estuviese fuera de mi propio cuerpo, viendo lo que sucedía", explicó Tanya en una queja enviada a la 'Equal Employment Opportunity Commission (EEOC)', agencia de igualdad estadounidense, según recoge el diario 'The Guardian'. 

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Cuando se quejó, sus jefes hicieron oídos sordos. Le dijeron que ella y su compañero estaban en algún tipo de relación y que deberían llevarla al "siguiente nivel". Literalmente aseguraron que estaba actuando como "una niña pequeña" y que su queja era un acto de egoísmo.

La situación era ya un infierno, pero empeoró todavía más. Otro compañero la llevó al baño, la forzó contra la pared, se desnudó e intentó tener sexo con ella. Tanya rompió a llorar y solo pudo ser salvada cuando uno de los managers del local llamó al otro empleado. Por miedo y ante el nulo éxito de sus anteriores quejas, Tanya nunca denunció este incidente.

Sin embargo, este martes sí que lo hará junto a cientos de mujeres trabajadoras en los McDonald's de Estados Unidos, que a la hora de comer dejarán sus puestos en restaurantes de 10 ciudades del país para destapar los casos de acoso sexual en la compañía, y la escasa respuesta de esta última. 

Chicago, Durham, Kansas City, Los Ángeles, Miami, Milwaukee, Nueva Orleans... Grandes ciudades estarán representadas en la protesta para poner de manifiesto un "problema nacional".

Así lo afirma Adrianna Álvarez, una mujer que trabajó para McDonald's en Chicago durante nueve años. "Las mujeres tienen miedo. Si se quejan temen que su situación legal cambie o que haya represalias", señala. 

Una de sus compañeras estaba tan asustada tras un caso de acoso sexual laboral que no se atrevía a utilizar el baño. "No era capaz de pasar por delante del manager. Se aguantaba todo el día", relata. Ahora estas mujeres están apoyadas por el grupo 'Fight for $15' y el fondo de defensa legal 'Time's Up', creado a principios de año para proveer de abogados a las mujeres que no se pueden permitir uno. 

La otra cara de la moneda es McDonald's, que en un comunicado ha negado rotundamente las acusaciones. "No hay lugar para el acoso o la discriminación de ningún tipo en Mcdonald's. Desde nuestra fundación, nos hemos comprometido con una cultura que promueve el tratamiento respetuoso de todo el mundo. Tenemos políticas, procedimientos y formaciones en marcha que están destinadas a prevenir el acoso sexual en nuestra compañía", afirman.

La empresa también ha contratado a la firma Rainn, una organización experta en antiviolencia sexual, y a Seyfarth Shaw at Work, especializada en recursos humanos, para "evolucionar sus políticas y procedimientos".