El órdago de Castellanos y sus socios: 22 millones para hacerse fuertes en la VTC

  • Moove Cars sumó una docena de sociedades al grupo y generó una opción de compra sobre otras ocho. Rozaron los 10 millones en ingresos.
La VTC, de nuevo en pie de guerra.
La VTC, de nuevo en pie de guerra.
José González

Es una de sus grandes apuestas empresariales de los últimos años. El hoy presidente del banco de inversión Lazard, Jaime Castellanos, irrumpió en el mundo de las licencias VTC (utilizadas por plataformas como Uber o Cabify) en 2017, tras adquirir una de las filiales de Cabify junto con otros inversores y renombrarla como Moove Cars. Sólo durante ese año comprometieron el pago de 22 millones de euros para adquirir compañías con estas autorizaciones y lanzaron una opción de compra sobre otras ocho. Entre las primeras se encuentran varias de empresarios históricos y la del abogado de la patronal Unauto, José Andrés Díez Herrera.

El año 2017 fue el de la configuración de un mercado, el de las VTC, en torno a un puñado de grandes gestores de flotas. Moove Cars -antigua filial de Cabify- es uno de ellos. Bajo su paraguas se incorporaron junto a Castellanos otros inversores como Pedro del Corro, director general de Torreal; Jon Riberas, presidente de Gonvarri; Manuel Puga, exdirectivo de Adif, o Rafael García-Tapia, director del fondo de inversión Corpfin Capital.

Ahora esa compañía rinde cuentas. Y pone luz y taquígrafos sobre los movimientos corporativos que siguieron a la irrupción de estos inversores. Unos movimientos centrados en ganar tamaño a través de adquisiciones (pues Moove Cars apenas contaba con 75 licencias de este tipo). En total comprometieron a lo largo del ejercicio 2017 21,6 millones de euros en inversión para incorporar a una docena de empresas. Sólo desembolsaron 3 millones y les quedaban por pagar otros 18,6 millones.

Entre esas empresas destacan varias del entorno de la histórica madrileña Autos Chamartín (Chamartín Madrid 2017). También firmaron la compra de dos sociedades de Alberto García Criado, histórico empresario del sector que recibirá 1,75 millones de euros. El abogado de la patronal, José Andrés Diez Herrera, contaba con una compañía (Cartravel Spain) que fue vendida por un millón de euros. La que más desembolso va a necesitar es Aucona Servicios, en manos de Ernesto Mellado, valorada en 10 millones de euros.

Entre todas ellas suman varios cientos de licencias ya concedidas y también de procesos judiciales aún pendientes de concluir en el Tribunal Supremo. No son las únicas. Según la memoria, presentada en el Registro Mercantil, ejercieron la opción de compra sobre otras ocho sociedades, que supusieron un desembolso de 865.000 euros.

Tirando de bancos como Bankia para el ‘leasing’

Tanto para la compra de estas compañías (y sus licencias) como para el alquiler de los vehículos (leasing), la compañía ha tirado de operaciones de crédito con diferentes bancos. Tenían 3,5 millones de euros de tres préstamos suscritos para la adquisición de permisos y ocho contratos de arrendamiento financiero para el ‘leasing’ con Bankia, Ibercaja, Caja Laboral y Caixa.

También acudieron a las subvenciones para operar su flota de vehículos. Según queda reflejado, la compañía ingresó casi 146.000 euros a través del programa de ayuda a la movilidad alternativa por vehículos híbridos, arrendados por la sociedad en régimen de renting.

Algo significativo en un contexto como el actual, con la espada de Damocles del decreto aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez, es cómo plantea la compañía la amortización de sus licencias concedidas. Bajo el paraguas de Moove tiene registradas 75 (más todas las que ‘cuelgan’ de las otras sociedades). Éstas eran valoradas en libros en 1,76 millones de euros. Es decir, 23.500 euros por cada una de ellas (repartidas entre Madrid y Barcelona). ¿Cómo se amortizan? Calculan que su vida útil es de 20 años, con un deterioro del 5% anual.

Casi 10 millones de ingresos

Con todo, ¿cuál es el negocio de uno de los gigantes? Moove Cars generó una facturación total de 9,9 millones de euros procedentes de los servicios. La empresa cobra la totalidad de los viajes completados con sus conductores (tenía en plantilla a cierre de ejercicio un total de 44) descontada la comisión que cobran Uber y Cabify. Para contextualizar, ésta última declaró unas ventas por servicios a través de su filial española (Maxi Mobility Spain) de 63 millones.

Esa actividad no les permitió ser rentables. Los fuertes gastos de estructura, más allá de las nóminas, les llevó a cerrar a Castellanos y el resto de socios con unas pérdidas de 1,59 millones de euros, casi seis veces más que un año antes.

Al margen de la actividad económica, ¿cómo se reparten los porcentajes de cada uno de los socios? En este primer balance de la empresa no desglosan el accionariado. Sólo se limitan a glosar las diferentes ampliaciones de capital que se llevaron a cabo en los últimos ejercicios. En total, entre capital y prima de emisión sumaron 7,4 millones en las operaciones suscritas sólo en 2017. “No existe ningún socio con participación, directa o indirecta, superior al 25%”, se limitan a asegurar.

Reorganización societaria para Ares

Moove Cars es uno de los grandes grupos gestores de flotas del sector, junto al que encabeza el exjefe del taxi José Antonio Parrondo (Auro) o el de Rosauro Varo junto a Cabify (Vector Ronda Teleport). Lo que cambió de manera significativa para la empresa tuvo lugar más allá del cierre de 2017. Fue la adquisición de las casi 4.000 licencias -entre concedidas y solicitadas a través de los tribunales- de Ares Capital, la compañía creada por los hermanos Ortigüela hace más de dos décadas. Una operación que supuso el desembolso de más de 140 millones de euros por parte del fondo de inversión King Street Capital.

Con esa operación, Moove Cars se convirtió en el gestor de esas licencias. ¿Consecuencia? Directivos del fondo, como Nicolás Guardans o David Walch, ‘tomaron’ el consejo. Y llevaron a cabo una reestructuración empresarial. Ares Capital creó también un consejo que se repartió entre la propia Moove Cars (con Castellanos y Del Corro) y el fondo.

El dueño de Ares Capital es Siargao Directorship, una sociedad creada a finales del pasado año, en la que también están presentes consejeros de ambas partes. Ésta a su vez cuelga de otra sociedad, Garment Investments. Ésta es la cabecera de todo el entramado creado en este tiempo para la gestión de estas 4.000 licencias.

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