Cambio de reglas en el sector de la energía

CCOO reabre en Endesa la batalla laboral por los recortes en el convenio colectivo

El sindicato impugnará el acuerdo que firmó en solitario UGT y que permitió a la eléctrica incorporar a las cuentas la partida reservada a beneficios sociales para mejorar resultados.

Enel vuelve a Portugal para recomponer el negocio de las renovables con Endesa
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Ángel Martínez | EFE

CCOO reanuda la batalla laboral en Endesa. El sindicato ha decidido impugnar ante la Audiencia Nacional el V Convenio Colectivo negociado por la empresa y apoyado en solitario por UGT -la organización sindical mayoritaria en la eléctrica- al entender que el acuerdo laboral, además de recortar los beneficios sociales de 26.000 activos y jubilados, afecta a otros derechos básicos de los trabajadores. La decisión de impugnar el convenio fue aprobada la pasada semana y se concretará en los próximos días. El choque tiene nuevos protagonistas. CCOO ha elegido un nuevo secretario general en Endesa -Ricardo Serrano- y la eléctrica, un nuevo director de relaciones laborales, Elías García Soto.

El pulso prolonga en los tribunales un enfrentamiento que duró más de dos años y que forzó el arbitraje del exministro de Trabajo Manuel Pimentel, con un laudo declarado ineficaz, pero después de que el nuevo convenio fuera publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y adquiriera plena validez jurídica. El convenio recortó los descuentos en la tarifa de empleados y jubilados, una medida que tenía respaldo de la Audiencia Nacional, pero afectó también a otros derechos adquiridos que dan pie a la impugnación, según fuentes del sindicato. La tarifa de empleados todavía está pendiente de resolución en el Tribunal Supremo.

Retorno de provisiones

Las medidas contempladas en el convenio colectivo  permitieron a la compañía el retorno de una provisión de 515 millones de euros. Fue un bálsamo contable. Gracias a él, el beneficio neto alcanzó  los 844 millones de euros en el primer trimestre. El responsable de librar las batallas jurídicas de la eléctrica, Borja Acha, secretario del consejo de administración, explicó en la junta de accionistas que consideraba poco probable que el Supremo revocara la sentencia de la Audiencia Nacional que consideró ajustado a derecho que la compañía eliminara algunos de sus beneficios sociales del convenio anterior. 

Las cañas se vuelven lanzas en la eléctrica en un momento de cambios en el sector energético, impulsados por el auge de las renovables y el cierre de las centrales de carbón y las nucleares. Todas las grandes compañías sopesan medidas para aligerar las plantillas y reducir costes. Iberdrola -9.600 empleados en España- se ha sumado a la propia Endesa y a Naturgy en los planes para recortar empleo al plantear a los sindicatos recortes de personal.

Endesa fue la primera en mover ficha para reducir el número de trabajadores. En paralelo al nuevo convenio, la compañía que dirige José Bogas acordó con el sindicato mayoritario UGT un plan de bajas voluntarias al que se pueden  acoger todos los empleados que hayan cotizado al menos 25 años. Endesa se comprometió a sufragar hasta 15 años de salario a quienes cumplan el requisito, aunque con rebajas de entre el 40% y el 20% respecto al salario real según el tiempo que falte hasta la edad de jubilacion de 65 años.

Una fórmula en boga

Es una fórmula en boga. El grupo Enel, propietario de Endesa, va a extender al conjunto de sus empresas el modelo pactado en la filial española, con salidas voluntarias y recolocaciones. La intención es adecuar la plantilla, 68.000 trabajadores en 32 países, al proceso de descarbonización. Los ajustes afectarán, además de España -10% de la plantilla, unos 800 empleados- a Italia y a Chile fundamentalmente.

Los roces en la relación entre la dirección y los sindicatos, que ahora continúa CC OO, empezaron a subir de tono en 2014 cuando se hizo cargo de Enel Francesco Starace, un ejecutivo más agresivo que su antecesor, Fulvio Conti. A partir de ese año, Endesa se convirtió en un manantial de beneficios para la compañía italiana.

Los sindicatos han cuestionado a menudo la política de reparto de la empresa, calificándola de "expolio empresarial". Una crítica dura para una compañía que está en pleno proceso de reconversión y que necesita paz social para desarrollar los planes en renovables. La compañía ha anunciado que va a reducir la parte del beneficio que destina a dividendos, del habitual 100% al 80% en 2021 y al 70% en 2022. Con todo, la eléctrica tiene previsto repartir entre este año y 2022 un total de 5.970 millones. 

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