Cellnex cierra definitivamente su gran operación corporativa: la adquisición de torres de telefonía de Hutchison. Tras la venta de los emplazamientos comprometidos con el regulador para su autorización, la compañía hongkonesa se incorpora al accionariado. La gestora de infraestructuras de telecomunicaciones española ha cerrado los nueve primeros meses del año con un guión muy similar al de los últimos periodos: ingresos disparados (con un 46% más) pero también con pérdidas elevadas debido a las amortizaciones y los gastos financieros derivados de su agresiva estrategia de crecimiento.
La gestora dirigida por Tobías Martínez ha cedido un paquete de alrededor de 1.100 emplazamientos al operador británico de infraestructuras Wireless Infrastructure Group (WIC) como le exigió el regulador británico. Este era el paso previo. Ahora ha desembolsado el dinero en efectivo y, sobre todo, ha entregado las acciones que formaban parte de la transacción. De esta manera, como ha hecho público hoy ante la CNMV, ha entregado 34,1 millones de acciones (6,9 millones de autocartera y el resto de títulos nuevos emitidos). Esto lleva a que la teleco se quede con el 4,8% de la cotizada española, tal y como avanzó La Información. No entrará en el consejo de administración ni tendrá influencia relevante en la gestión, para así preservar su neutralidad.
Esta es la gran operación corporativa 'transformacional' que ha vivido la gestora de infraestructuras española en los dos últimos años. Ahora el objetivo se centra más en un crecimiento orgánico, más enfocada a nuevos servicios añadidos y a abordar los programas de construcción de nuevas torres comprometidas con las telecos con las que ha firmado acuerdos a largo plazo.
En los nueve primeros meses del año 2022, la compañía con sede en Barcelona ha calcado el guión de los dos últimos años: fuerte crecimiento en ingresos, pero con números rojos en su cuenta de resultados. En total, las ventas han subido un 46% hasta situarse en los 2.572 millones de euros gracias a esa estrategia de expansión internacional con las compras de numerosos activos en manos de las telecos. Los emplazamientos han pasado de 118.000 a 140.000.
En cambio, esa estrategia tiene una contraprestación: por ahora, la compañía mantiene las pérdidas. En total, éstas han ascendido a 255 millones de euros (frente a los 145 millones del año pasado) debido a los mayores costes de amortización de esos activos adquiridos (con una estrategia de prudencia financiera) y el mayor gasto de intereses en el reforzamiento de la posición de liquidez. El beneficio operativo -eliminando ambos aspectos- es de 137 millones.
Objetivos y deuda
La compañía ha mantenido los objetivos fijados para el año 2025 aún con un posible escenario de inflación elevada. En total espera para ese ejercicio unos ingresos de hasta 4.300 millones de euros, lo que supone un incremento medio anual del 13%. El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situaría entre los 3.300 y 3.500 millones.
La deuda neta se situó en los 17.100 millones de euros, con un 77% de la misma vinculada a un tipo fijo de interés. La compañía explica que podría pagar todos sus compromisos de pasivo en los próximos cinco años gracias a la generación de flujo de caja. Insiste en que no necesitará ninguna refinanciación antes de 2024 y que su posición de liquidez asciende a 4.300 millones de euros (900 millones en efectivo y 3.400 millones en diversas líneas de crédito).
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