La mayor operación de su historia

Cellnex aprieta para tomar el control de las 40.000 torres de Deutsche Telekom

Presenta credenciales junto a Vantage Towers, filial de Vodafone, y otros fondos como KKR para invertir en la compañía y hacerse con la mayoría accionarial. Analiza si acudir de la mano de algún inversor externo.

(I-D) El director de Finanzas y Desarrollo Corporativo de Cellnex, José Manuel Aisa, el CEO de Cellnex Telecom, Tobías Martínez, y el director de Asuntos Públicos y Corporativos, Toni Brunet.
El consejero delegado de Cellnex, Tobías Martínez, en el centro.
Europa Press

La compra de las torres de telecomunicaciones de Deutsche Telekom la operación más relevante de la historia de Cellnex y su irrupción por la puerta grande en el único gran mercado que le queda por abrir en Europa. Y la gestora dirigida por Tobías Martínez no piensa cambiar la estrategia mantenida hasta ahora: busca remangarse y tener el pleno control sobre la infraestructura, adquiriendo la mayoría accionarial de la filial que ahora sale a la venta. No es un obstáculo el tamaño de la operación, que valoraría el activo entre 15.000 y 18.000 millones. Para abordarlo, además de la venta de participaciones en filiales de países más maduros como Francia también se estudia la posibilidad de introducir a algún socio financiero.

Cellnex presentó hace unos días sus credenciales, asesorado por JP Morgan, en una primera muestra de interés dentro del proceso de venta, junto a otros gigantes como Vantage Towers -la división de torres formada por Vodafone-, los fondos de inversión internacionales KKR y GIP y el eterno rival de la 'torrera' española, American Tower. Se enfrentará, por tanto, con bolsillos profundos. Y lo abordará siendo uno de los que apuestan claramente por el control accionarial de la mayoría. "Somos un socio industrial y no financiero", ha repetido hasta la saciedad el consejero delegado. Y en este caso el planteamiento sigue siendo el mismo.

Eso lo pondría en una posición preferente pues la pretensión inicial de los alemanes era poder desconsolidar esos activos de su balance y sólo incorporar los costes que implica el alquiler al que gestione los emplazamientos. Pero la elevada valoración de las más de 40.000 torres repartidas por toda Alemania hace que no sea sencillo y que otros aspirantes hayan planteado adquisiciones minoritarias, según informa Reuters. Eso ya sucedió con KKR, por ejemplo, en el caso de Telxius en el año 2016, cuando se hizo con el 40% de los títulos, lo que le permitió a Telefónica mantener el control sobre las torres y sobre el cable submarino.

Otros rivales de Cellnex como Vantage Towers lo tienen realmente complicado desde el punto de vista regulatorio. Una compra o una fusión de ambas compañías en una 'joint venture' al 50% (lo que le permitiría a los alemanes desconsolidar de su balance los activos, como ha hecho Telefónica con su 50% en la fusionada de O2 con Virgin en Reino Unido) tendría serios impedimentos desde el punto de vista de Competencia, pues la filial controlada por Vodafone cuenta con casi 20.000 torres en territorio germano lo que les colocaría con un poder de mercado muy elevado. Esto implicaría, según varios de los analistas, un retraso en el cierre y un análisis más exhaustivo de Bruselas. La española no tiene presencia en Alemania, lo que le allana mucho más el camino. American Tower tiene los más de 12.000 que compró a Telefónica con Telxius.

Mientras tanto, en el 'cuartel general' de Cellnex analizan todas las posibilidades para plantear la oferta económica al menos por el 51% de los títulos. La financiación va a resultar clave, pues a las valoraciones que se manejan deberían poner sobre la mesa entre 7.500 y 9.000 millones de euros para contar al menos con esa participación. Esto lo colocaría como el segundo desembolso más grande después del que protagonizó para hacerse con todas las torres europeas de Hutchison. Pero con una salvedad: en este caso, compró el 100% de los títulos. Entre las opciones se encuentra, como ya avanzó La Información, la venta de participaciones. Pero también se encuentra la posibilidad de incluir socios financieros, como la empresa ya tiene en Suiza con Swiss Life o con DT Capital Partners en Países Bajos.

El pago en acciones propias es la otra alternativa que no se descarta en el equipo financiero español. Ya lo ha hecho en el pasado, como es el caso de Hutchison en Reino Unido. Pero se trata de una medida delicada porque implicaría una mayor dificultad para mantener la neutralidad como operador de infraestructuras. Ya en su momento, el consejo de administración fijó una línea roja de cara a la entrada de un socio con un porcentaje significativo que fuera operador y cliente: que no tuviera sillón en el máximo órgano de decisión. La hongkonesa, después de la formalización de la entrega de los títulos en el verano, tendrá algo más del 4% pero sin poder de decisión. Esta opción diluiría a los socios actuales, pero no les obligaría a rascarse de nuevo el bolsillo después de tres años de una hiperactividad con ampliaciones por valor de más de 11.000 millones.

En un primer momento, según ha publicado la prensa alemana en las últimas semanas, el objetivo de Deutsche Telekom es tener listo todo el proceso durante los tres próximos meses y finiquitarlo en el arranque del verano. Si finalmente se cierra todo para esa fecha, Cellnex tendría aún pendiente de cerrar la compra de las torres de Hutchison en Reino Unido, que vivirán un cierto retraso por las exigencias regulatorias y la obligatoriedad de vender 1.100 torres para compensar su gran tamaño en este mercado.

Mientras tanto, la 'torrera' ha conseguido recuperar los 30.000 millones de euros de capitalización en bolsa tras la caída de principios de año. Las compañías de este sector han visto cómo los inversores les han mirado con cierto recelo después de un idilio de los últimos años. Las expectativas de tipos de interés más alto es una de las sombras más alargadas. Pero la compañía ha repetido en varias ocasiones ante los analistas en las últimas presentaciones de resultados que están protegidos insistiendo en que casi el 90% de su deuda está vinculada a tipos fijos.

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