Apagones en Venezuela: ¿por qué?

Bendecido con el petróleo y con enormes reservas de gas natural, así como con grandes ríos que propulsan a las centrales hidroeléctricas, Venezuela es rica en materia energética. Entonces, ¿por qué se apagan las luces?

En 21 de los 24 estados del país se mantienen los apagones y el racionamiento de energía en miles de empresas, escuelas, hospitales y barrios que en cualquier momento pueden quedar sumidos en la oscuridad.

Además de arrastrar a la economía, el déficit energético se ha convertido en un problema político para el presidente Hugo Chávez, quien pretende postularse para otro mandato de seis años en 2012. Pero su Gobierno ha sido incapaz de resolver el problema.

"Ésta es una crisis que un país rico en materia energética no debería tener", afirma José Manuel Aller, experto en energía eléctrica y profesor de la Universidad Simón Bolívar de Caracas.

Los cortes de electricidad son endémicos en lugares como Cagua, una ciudad industrial al oeste de Caracas.

"Hemos tenido problemas durante dos o tres años, pero esto es lo peor", explica Alexander Bondarenko, presidente de la Cámara de Comercio y de Producción de Cagua que representa a 242 empresas que van desde las fábricas de vidrio a las  cerveceras.

"Antes, los cortes de energía eran programados y la gente podía prepararse", añade. "Pero ahora la electricidad va y viene sin ningún tipo de advertencia".

Después de haber nacionalizado el último remanente de empresas de generación de energía, el gobierno controla totalmente el sector eléctrico. De hecho, Venezuela es uno de los pocos países en el mundo que ha nombrado a un ministro de la electricidad. Sin embargo, el Gobierno resta importancia a su papel en la crisis.

Al principio, el Gobierno culpó a un aumento de la demanda en medio de un boom económico en el periodo 2004-2008. Entonces, una sequía provocada por el fenómeno climático de 'El Niño' redujo los niveles de agua en las centrales hidroeléctricas del país, disminuyendo la capacidad de generación.

Pero los críticos señalan que la economía ha caído recientemente, la demanda ha disminuido, y las lluvias torrenciales han rellenado las presas.

Ahora, el Gobierno apunta con el dedo a la oposición. En sus discursos, Chávez afirma que las plantas eléctricas están siendo saboteadas por sus enemigos políticos para dejar a su gobierno en mal lugar.

"Hago un llamamiento al pueblo venezolano... para que ayude a neutralizar el sabotaje eléctrico que están llevando a cabo los lacayos de la burguesía", dijo Chávez en un discurso el año pasado. "Ellos piensan que por sabotear una planta eléctrica o una línea de transmisión, la gente dejará de votar a favor de la revolución. Pero están muy equivocados".

Sin embargo, no hay evidencias verosímiles de que se haya producido un sabotaje. El Ejecutivo de Chávez también culpa a los residuos generados por los consumidores y ha emitido una serie de anuncios de televisión exhortando a la gente a que apague las luces y los electrodomésticos.

Pero no hay ningún incentivo para ahorrar, ya que, al igual que la gasolina es muy barata en el país, hasta el punto de que cuesta menos que el agua embotellada, la electricidad está subvencionada. En nueve años no ha habido un alza de tasas para la mayoría de los hogares, que pagan unas facturas mensuales de entre unos pocos euros y nada.

Aller y otros críticos afirman los problemas se derivan de la corrupción, las malas decisiones y una falta de inversión en la red, provocado en parte a las bajísimas tarifas de electricidad.

Un buen ejemplo es la central hidroeléctrica de Guri en el este de Venezuela, que genera el 70 por ciento de la electricidad del país. Aller dice que no todo ese poder llega al resto del país debido al mal estado de las líneas de transmisión.

Por encima de todo eso, en los últimos años, los Gobiernos de Venezuela se han centrado en la exportación del petróleo del país, mientras que muchas de las reservas de gas natural no fueron explotadas. En su lugar, el país dependía de la energía hidroeléctrica y no fue capaz de construir una nueva generación de plantas termoeléctricas de petróleo o gas natural.

La mayoría de las plantas termoeléctricas en funcionamiento tienen por lo menos 30 años de edad y se estropean con frecuencia. Actualmente se encuentran operando a sólo el 40 por ciento de su capacidad, según Aller.

La única ciudad que no se ve afectada es Caracas, la capital. El año pasado se introdujeron cortes programados de energía, pero el Gobierno los retiró rápidamente al estallar protestas masivas en los barrios pobres, que generalmente apoyan a Chávez. Ahora, la electricidad se mantiene pero las empresas y los hogares deben pagar fuertes multas si consumen más allá de un límite determinado.

"El Gobierno está protegiendo claramente a Caracas, pero esto provoca que haya apagones en todas partes", explica José Toro, un ex miembro del consejo de dirección de Petróleos de Venezuela, la empresa petrolera nacional. "Ahora, Caracas no tiene un problema, pero el resto del país está pagando por ello".

Con poca información oficial sobre la ubicación y la causa de los cortes de energía, los venezolanos están extendiendo la búsqueda de la palabra a través de Twitter. Aller, que escribe sobre la crisis eléctrica, mantiene una estrecha vigilancia sobre los posts que se van publicando Twitter que, en una tarde reciente, informó de cortes en una media docena de pueblos y ciudades.

En medio de los apagones, algunas empresas venezolanas están tomando medidas de emergencia.

Fanagram es una planta de alimentación para animales ubicada en Cagua. Cuando empezaron los primeros cortes, los clientes de la compañía ni siquiera pudieron entrar en el recinto porque la puerta eléctrica de entrada no se abría.