El anuncio de cierre de nucleares y carbón anima las compras de gas de Argelia

  • Gas Natural, Endesa, la francesa Engie, ENI y la portuguesa Galp negocian renovación de  contratos con Sonatrach, el tercer suministrador de Europa
Gráfico gas.
Gráfico gas.

Gas Natural Fenosa ha adelantado dos años la renovación de contratos de suministro de gas firmados con su socio y accionista argelino, Sonatrach. La compañía que preside Francisco Reynés se asegura 9 bcm de gas al año hasta 2030. Se asegura y se obliga. Las compras las realiza en la modalidad de Take or pay: pagará consuma o no el producto. Reynés, que ha negociado personalmente el acuerdo apoyado por el anterior Gobierno de Rajoy, confía en que el proceso de transición energética que se abre le ayude a colocar más gas argelino en España.

El mercado del gas no sólo se anima en España. Además de Gas Natural Fenosa y de Endesa, la francesa Engie, la italiana ENI y la portuguesa Galp se preparan para renovar sus acuerdos con Argelia, según fuentes del mercado. Iberdrola, por su parte, sustituyó hace unos años a Sonatrach por la estadounidense Cheniere para asegurar la entrega de 1 bcm anual durante 20 años. Importe del contrato: 4.100 millones de euros.

La renovación de contratos de Gas Natural con Sonatrach -casi un tercio del consumo nacional- culmina una larga y tormentosa relación comercial España-Argelia centrada en los hidrocarburos. Ahora se abre una nueva etapa. El impulso a las renovables en Europa (32% de la energía final en 2030 tendrá origen renovable), el anuncio de cierre de centrales térmicas y nucleares y los objetivos de recorte de emisiones animan el mercado gasista.

Desplome del consumo

Es más una apuesta de futuro que de presente. En el mercado español, el consumo se desplomó entre 2007 y 2014 (ver gráfico) y la recuperación es muy lenta. Las centrales de ciclo combinado -que producen electricidad con gas- están prácticamente paradas. Pese a todo, en el proceso de transición energética, según creen las empresas, el gas será insustituible. Como respaldo de las renovables y para contribuir al recorte de emisiones de gases sustituyendo a gasolinas y gasóleos en el transporte. Es un error, sostienen las asociaciones de renovables, porque el gas, explican, es caro y contamina, aunque menos que otros hidrocarburos. 

El apetito por el gas consolida a Argelia como el tercer suministrador de Europa (32 bcm anuales) tras Rusia (166 bcm) y Noruega (110 bcm), según el último informe sobre el mercado gasista de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Y coloca a España en una situación delicada. Argelia suministra un 57% del gas que importa el país, lo que supone una enorme dependencia.

La apuesta de Gas Natural Fenosa con el gas argelino no es sólo local. a España llegará en torno al 40% de lo contratado a través del gasoducto Magreb-Europa (Pere Duran Farrell) que une el yacimiento Hassi R'Mel, en el desierto argelino con Córdoba. El resto llegará en barcos, comprimido como gas natural licuado (GNL). Si la demanda no tira, ese GNL acabará en mercados necssitados y más caros como los orientales. No hay otra salida porque los contratos take or pay obligan.

El gas y los planes de Rajoy

En los planes del anterior Gobierno, que ha apoyado las gestiones de Reinés en Argelia, figuraba convertir a España en un gran centro distribuidor de gas aprovechando conexiones gasistas y siete plantas de licuefacción, seis de ellas operativas. Con ese fin, el Gobierno de Rajoy reactivó en marzo la tercera interconexión gasista entre España y Francia, Midcat, a través del Pirineo Oriental. La decisión, según lo publicado en el BOE , tiene carácter "excepcional" y responde a la necesidad de asegurar el suministro energético y, de paso, fomentar la competencia.

En realidad, el proyecto -reactivado sin informes de rentabilidad que lo respalden- es un intento de trasvasar hacia el continente europeo hasta 15 bcm (15.000 millones de metros cúbicos) de gas, frente a los sólo 5,2 bcm actuales, según datos de la Asociación Española del Gas (Sedigas). España podría aportar a Europa hasta el 12% del gas que actualmente procede de Rusia. Pero Francia no lo ve. La Comisión de Regulación de la Energía del país vecino (CRE) afirma que el proyecto elevaría los precios sin mejorar la seguridad.

El futuro del proyecto Midcat es una de las incógnitas que tendrá que despejar el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. La ministra de Transición ecológica Teresa Ribera, en sus primeras declaraciones públicas, ha dejado clara su apuesta por las renovables y la consideración del carbón y las nucleares como fuentes de energía del pasado. Sobre el gas, queda la conclusión del consejo de asesores para la transición ecológica de la economía del PSOE que presidió.

En la propuesta del consejo, "el cierre de las centrales térmicas no va acompañado de una sustitución por renovables; por el contrario, la energía que deja de producir el carbón y la nuclear es sustituida, en su mayor parte, por la mayor producción de las centrales de gas".

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