Citi avaló al Santander como el 'traje' que mejor encajaría las cuentas del Popular

  • El banco de inversión validó que absorberlo le consumiría la cuarta parte de capital que a Sabadell o Bankia y un 50% menos que a BBVA
Ciudad Financiera del Banco de Santander en la localidad de Boadilla del Monte (Madrid). EFE
Ciudad Financiera del Banco de Santander en la localidad de Boadilla del Monte (Madrid). EFE
EFE

Cuando el Popular se colocó el cartel de venta era, a primera vista, una presa apetecible porque ofrecía sinergias de, al menos, 3.000 millones de euros a cualquier gran postor junto a su privilegiada posición en el rentable nicho de pymes. Pero el mejor posicionado por capacidad para absorber sin tropiezos su gran tamaño y carga inmobiliaria e, incluso, para rentabilizar antes la transacción era el Santander conforme al análisis de situación que le efectuó Citi.

El banco de inversión avaló al grupo cántabro que digerir el Popular le costaría 6.400 millones de euros en capital por el esfuerzo para sanear los 36.800 millones que heredaría en inmuebles y créditos morosos. La cifra equivalía, sin embargo, apenas 98 puntos básicos del preciado ratio de solvencia, mientras que a BBVA le restaría 148 puntos y Sabadell y Bankia verían volar por encima de los 440 puntos, una dilución difícil de encajar y que sí o sí obligaría a sus directos rivales en lid a efectuar un esfuerzo superior al salir al mercado a levantar recursos propios.

El análisis forma parte de los numerosos informes sobre valoración del Popular que el juez Fernando Andreu ha reclamado a todas las entidades que aceptaron mirar su balance y las firmas que les asesoraron en el proceso para su remisión a la Audiencia Nacional. El escenario dibujado por Citi acertó, sin números, en el ranking de esfuerzo puesto que BBVA  estimó que necesitaba ampliar capital en 13.900 millones, casi el doble que el grupo cántabro; y Bankia barajó una horquilla de entre 11.244 millones y 17.764 millones, en función de que abordase o no la limpieza del ladrillo con una colocación masiva con agresivos descuentos como la realizada por el Santander con Blackstone.

El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri partía con ventaja por disfrutar de una mayor hucha de capital y, de acuerdo a los números de Citi, se perfilaba como el que antes daría retornos al accionista. Según sus cálculos -en un informe preliminar y sin conocer del todo bien la realidad de las tuberías atascadas de ladrillo del Popular-, Bankia podría ofrecer un 4,3% de rentabilidad a los inversores en 2020 si cerraba la operación a 0,80 euros y un 19,1% de hacerlo a 0,05 euros. Bajo esos mismos parámetros, el Santander diluiría beneficio por acción en un 0,1% o lo incrementaría un 3,1%, respectivamente.

El problema para Bankia llega porque cargaría con una exposición inmobiliaria de la que carecía porque sus activos tóxicos los evacuó en el 2013 a la Sareb y que será la que le decida a abandonar la carrera. De hecho esta cartera habría presentado al banco semipúblico un problema superior al resto de entidades en materia de cobertura puesto que su hucha de dotaciones en activos inmobiliarios se habría limitado al 46,4% obligándole a acopiar más provisiones que al resto. Dicha tasa es inferior al 47,6% con que tropezó el Santander y que elevaría al 67% tras dotar 7.900 millones para darle el paso a Blackstone en una transacción con los severos descuentos que imponen los fondos oportunistas.

A pesar de la gigantesca necesidad de capital que estimó BBVA antes de salirse del proceso de venta, Citi le otorgaba la mejor posición para digerir el problema porque su exposición final de inmuebles e impagos  alcanzaría un 50,5% de dotaciones aunque también sería el que arrastraría el portfolio más abultado porque, a diferencia del Santander, deshacerse de su propia carga era asignatura pendiente hasta la transacción cerrada con Cerberus recientemente. De ganar BBVA habría tenido que dar solución a casi 61.000 millones en activos problemáticos frente a los 52.800 millones que alcanzará el Santander, pero también se hubiese disparado su posición de liderazgo hasta copar un 17,5% de la tarta de negocio en España frente al 15,7% que sumará el grupo cántabro.

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