Closca Bottle, la botella valenciana de diseño que quiere arrinconar al plástico

  • Es el único producto español en el TED Gift Experience de Vancouver (Canadá) entre los 20 productos del mundo que más inspiran a sus compradores.
La botella que te acompaña haciendo ejercicio
La botella que te acompaña haciendo ejercicio

En el principio fue el casco. El ‘Closca Helmet’ plegable, bautizado como

Fuga, que se puede adquirir, ente otros sitios, en las tiendas de los museos MoMA y Guggenheim de Nueva York, del Centre Pompidou de París o del Victoria and Albert de Londres, y que ha supuesto para esta ‘startup’ valenciana premios de diseño internacionales como el Red Dot 2015 o el Delta Oro 2016 o ser el único producto español en el TED Gift Experience de Vancouver (Canadá) como uno de los 20 productos de todo el mundo que más inspiran a sus compradores.

Una botella para salvar el mar
Una botella para salvar el mar

Un casco plegable, del que han vendido en los últimos 12 meses 25.000

unidades en más 50 países, “todavía es poco”, que les ayudó a crecer y a pasar de 5 a 12 trabajadores (uno de ellos en Canadá y otro en Hong-Kong). Ahora llega el turno de la Closca bottled, una botella de cristal y silicona, transportable y reutilizable, que pretende “luchar contra las botellas de plástico”, y gracias a la cual la compañía valenciana aspira a “facturar 25 millones de euros anuales en 2021”, según cuenta el fundador y CEO de Closca Design, Carlos Ferrando (Valencia, 1977).

Una botella además, que se comercializará. Su lanzamiento al mercado está previsto para marzo de este año, junto a una APP gratuita con 56.000

puntos de agua en todo el mundo. Closca Bottle + APP (costará 40 euros)

“se conecta para ver cuántas fuentes de agua tienes a tu alrededor, cerca de ti, y también sirve para que las ciudades aprendan. Se hacen reseñas de cada fuente, de la calidad del agua, de su entorno, de si funciona o no. Es también una herramienta para las ciudades. Y tiene un futuro inmenso si conseguimos que las tiendas, los bares, las farmacias… Creen fuentes

donde se pueda rellenar la botella y entren en la aplicación". Será “la

botella que se engancha a ti para llevar el agua contigo”. Una “botella de

vidrio, rodeada por una funda de silicona que se caracteriza por su banda

con cierre magnético, capaz de ir enganchada a una mochila, un bolso, la

barra de una bici…”

El leiv motiv de Closca, surgida de la Universidad Politécnica de Valencia en 2013, es “encontrar clientes a través de sus actitudes. Creadores de futuro, capaces de ser conscientes de sus actos como parte de un cambio cultural. Cuanta más gente decida desplazarse en bici las ciudades serán más amables y cuanta más gente sea capaz de beber agua sin tener un deshecho de plástico será mejor para el medio ambiente. Pretendemos a través del diseño, que la gente modifique su relación con el plástico y con el agua”.

El uso de la bici está transformando las ciudades, haciéndolas más

amables, y nosotros quisimos entrar en ese mundo, donde el casco era visto como una armadura, pero nuestro producto, además de proteger, te facilita la vida. Es ligero, estético, se puede plegar y guardar en cualquier sitio… La gente no se ponía el casco porque era feo y cuando dejabas la bici no sabía qué hacer con él. Nosotros con nuestro casco hemos resuelto ese problema. Algo parecido queremos que pase con la botella”, explica

Ferrando.

Una botella de diseño para que te acompañe donde vas
Una botella de diseño para que te acompañe donde vas.

El CEO de Closca, que ha entrado en el Consejo de Endeavor, uno de los

mayores aceleradores de empresas del mundo y parte de cuyo patronato ha invertido en la empresa valenciana, cuenta que “hay 80.000 millones de botellas de plástico que acaban en el mar al año porque el 81% de las

botellas de plástico que se utilizan en Europa no se reciclan. Acaban en un

vertedero o en el mar. Si seguimos así en 2050 habrá más plástico que

peces en los océanos”.

Cuenta Ferrando que hoy ya son más de 100.000 millones de euros los que se mueven en el mundo en torno al agua embotellada. A menudo es agua del grifo que pasa unos correspondientes análisis, pero no es nada más que agua del grifo embotellada en plástico. Quitemos el plástico, hagamos una botella respetuosa con el medio ambiente, cómoda, que se pueda transportar bien, adherida a ti… Un accesorio de moda para generar tendencia, que el agua vaya contigo.”

La botella se lanzará al mercado en marzo después de que en noviembre

Closca hiciera un prelanzamiento a partir de una campaña de crowfunding (consiguieron 108.553 euros de 1.373 pequeños patrocinadores a través de Kickstarter), “para comunicar, validad el producto y proteger la innovación porque el mercado es muy agresivo y te vienen todos a copiar”, pero el lanzamiento oficial de la botella será en unas semanas, en marzo y están hablando con cadenas de supermercados y cadenas de tiendas de ropa para que ellos pongan también fuentes de agua en sus establecimientos.

Un ‘movimiento’ en el que por las siguientes palabras de Carlos Ferrando

uno se puede hacer una idea de qué “cadena de tiendas de ropa” se puede

‘adherir’ al proyecto de Closca Design. “Nosotros no ganamos nada con la APP, la ofrecemos gratis con cualquier botella, con cualquier fuente… Lo que intentamos es que con la aplicación la gente pueda valorar esa agua, para que no se de agua de mala calidad, que la pueda compartir y que la persona que ofrece esa agua, la vez que ofrece esa agua tenga las métricas de quién es el que está cargando su botella, tener el perfil de Facebook de esas personas… Imagínate las 7.300 tiendas de Zara cuánto plástico pueden ahorrar al año. Si el 10% de los clientes de Zara cargan agua, imagínate al cabo del año la cantidad de toneladas de plástico que Zara está ayudando a quitar”.

Closca cuenta ya con pedidos a gran escala para su botella, por ejemplo de

Cabify Europa, y negocia con firmas “como Louis Vuiton o Tommy

Hilffiger”. Pero Carlos Ferrando se queja de las dificultades de

financiación para su proyecto que ha encontrado en España porque “nos

hemos dado cuenta de que el ecosistema empresarial español no confía, en general, en proyectos como éste que partan desde cero, pero

afortunadamente yo he podido entrar en Endeavor y eso ha resuelto las

cosas un poco, además de alguna ayuda pública que hemos recibido en

Valencia”.

De momento “vamos poco a poco”, dice Ferrando, “y el año pasado

entraron 400.000 euros de inversión en la empresa”, pero “a finales de este año o principios de 2019 queremos crecer y dar el salto a Estados Unidos y allí hay que ir ‘a cuchillo’ porque si no te comen y sí que necesitaremos algo más de inversión”. Closca, como decimos, cuenta con 12 empleados fijos y “con ‘partners’ de diseño, financieros y de recursos humanos” y fabrica sus productos y diseños en Asia: “en la ‘fábrica del mundo’ al norte de Hong-Kong, en Shenzhem, Dongguam, Guangzhou, y ahí lo que tenemos es un empleado, un project manager, que trabaja solo para nosotros, y allí hemos encontrado colaboración, implicación, compromiso y colaboración en los fabricantes asiáticos porque intenté fabricar nuestros productos en España y me di cuenta de que tenía que ceder. No fui capaz de encontrar fabricantes en España y tenía que hacer yo la fábrica o irme a China. Tanto para el casco como para la botella.

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