Cambios en el organismo regulador de los mercados

La CNMC acaba con el nombramiento a dedo en los puestos clave del supervisor

La nueva presidenta Cani Fernández se propone cubrir las vacantes mediante concurso público; el primero será para cambiar la Dirección de Energía.

Cani Fernández, presidenta de la CNMC.
Cani Fernández, presidenta de la CNMC.
EP

El nombramiento de la abogada Cani Fernández como presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) en sustitución de José María Marín Quemada ha llevado nuevos aires al organismo encargado de supervisar los mercados. Fernández quiere limitar los nombramientos a dedo y sin publicidad en la Comisión. La idea es cubrir las vacantes en puestos clave mediante concurso público. La Dirección de Energía, que fue cubierta de forma provisional a finales de 2019 con el ascenso del entonces subdirector de Electricidad Santiago Muñoz, será el primer hueco a cubrir mediante concurso.

Fernández quiere remozar la fachada del organismo ante la opinión pública y dejar atrás algunas de las polémicas que caracterizaron la etapa de José María Marín Quemada al frente de la Comisión. Algunos de los episodios más turbulentos se dieron, precisamente, en el área de Energía del organismo, con disputas sobre competencias con el Ministerio de Transición Ecológica, propuestas de sanciones a algunas grandes compañías energéticas y cambios en la normativa de las actividades reguladas de electricidad y gas que levantaron ampollas en las empresas.

Las plazas a cubrir son de dos tipos: de estructura -caso de la secretaría general, para los que se publica convocatoria en el BOE- y de directores generales, con categoría de altos cargos, para los que la normativa es más ambigua y no obliga a publicar convocatoria alguna. Para esos altos cargos, la nueva presidenta ha optado por más transparencia. La primera vacante a cubrir mediante concurso será, según fuentes del organismo, la Dirección de Energía que pilota  Santiago Muñoz -exsubdirector de Energía Eléctrica- desde la salida del departamento de Fernando Hernández Jiménez-Casquet, hombre clave en el equipo de Marín. Hernández dejó el cargo  para ocupar la agregaduría comercial en la embajada de España en Tokio, uno de los puestos más deseados en la función pública por prestigio y salario.

Funcionarios de élite

Como en otros órganos de la Administración del Estado, los puestos clave del supervisor son el campo de desarrollo profesional de la élite de la función pública: los técnicos comerciales del Estado (TECOS). El exdirector de Energía de la CNMC Fernando Hernández pertenece a ese grupo escogido, que cuenta también entre sus miembros con la vicepresidenta tercera del Gobierno Nadia Calviño, la gran valedora de Cani Fernández para presidir la CNMC.

El concurso para elegir por méritos a un nuevo director de Energía es importante. El sector energético es una de las grandes apuestas en la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez. Las grandes empresas que aún controlan el mercado y centenares de pequeñas comercializadoras tratan de adaptarse al proceso de transición y a las directrices que marcan tanto la UE como el Ejecutivo (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, Ley de Cambio Climático y Transición Energética). En ese proceso, el papel de la CNMC y de su director de Energía es fundamental. Tanto como su independencia.

Uno de los grandes retos es trabajar para sujetar los elevados precios de la energía en España. El asunto viene de atrás. En 2015, el propio Marín Quemada ya advirtió sobre una situación que afecta tanto a los particulares como a las empresas. Tras su mandato de más de seis años, la situación no ha cambiado demasiado pese a que el equipo del expresidente mantuvo que las nuevas circulares y los recortes en la retribución de las actividades reguladas permitirían reducir la factura de electricidad y de gas ya en enero de 2020. 

Investigaciones abiertas

Otro punto delicado al que se tendrá que enfrentar el nuevo director de Energía serán dos investigaciones abiertas en el sector que pueden acabar en sanciones de altura. Formalmente, las dos son secretas. En la práctica, ya es público que las compañías afectadas son Enagás (5% de la SEPI) y la comercializadora de electricidad Audax. Las dos son empresas cotizadas y las dos han declinado valorar las iniciativas del organismo.

Los expedientes de Enagás y de Audax pueden convertirse en la piedra de toque de la nueva dirección. En el sector de la energía, la última sanción de Competencia con Marín al frente fue para Endesa. El supervisor impuso a la eléctrica una sanción de 300.000 euros por tres contratos de suministro irregulares denunciados. La multa llevaba rebaja. La propuesta inicial de sanción fue de 600.000 euros por cada documento presuntamente alterado. La defendió el exdirector de Energía Fernándo Hernández.

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