La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) prepara un paquete de medidas de alivio para las comercializadoras de gas natural (GNL). El organismo supervisor anunció la semana pasada una serie de ajustes destinados a rebajar la presión financiera de las empresas de venta de luz. Ahora, el regulador que preside Cani Fernández pretende igualar las tornas con las comercializadoras de GNL, según fuentes conocedoras de estos trabajos consultadas por La Información.
La situación es límite. El alza de precios se ha convertido en un escollo de primer orden para las comercializadoras independientes -aquellas que no pertenecen a un grupo verticalmente integrado-. El problema reside en que muchas de ellas apalabran la energía antes de comprarla. La subida de precios en el pool eléctrico y el mercado gasista ha disparado sus costes de abastecimiento. Y no pueden repercutir la diferencia a aquellos clientes que cuentan con contratos de venta a plazo (PPAs en la jerga). Deben cumplir con los contratos de venta cerrados con sus clientes a precios anteriores a la espiral alcista, comprando a los precios actuales del mercado.
Según los últimos datos de la CNMC, el precio promedio en el Mercado Ibérico del Gas (Mibgas) aumentó un 361% entre 2020 y 2021. Muchas empresas han recortado sus márgenes de forma insostenible. En los casos más extremos, esta coyuntura aboca a vender a pérdidas. Un dato, Holaluz anunció este lunes su salida del negocio de venta de gas, donde cuenta con una cartera de 70.000 clientes. Entre los motivos aportados por la firma se incluye el convencimiento de que "el sistema actual ha colapsado".
Ciertas compañías encaran dificultades para obtener avales y cumplir con el sistema de garantías financieras que gestionan Enagás y la sociedad Mibgas S.A., en su condición de Gestor Técnico del Sistema (GTS) y operador del mercado organizado de gas, respectivamente. En el caso de las comercializadoras de luz, las responsables son Red Eléctrica (operador del sistema) y OMIE (operador del mercado).
Es en estos instrumentos financieros, requisito imprescindible para que estas compañías puedan operar, donde la CNMC ha dirigido su último balón de oxígeno. El regulador anunció hace unos días una serie de cambios en el régimen de garantías de las comercializadoras de luz. No es la primera vez que el supervisor mueve ficha para auxiliar a las empresas de venta de electricidad. Ahora, trata de compartir este salvavidas con las comercializadoras de gas.
En el caso de las empresas de venta de luz, las últimas decisiones adoptadas por Competencia buscan "ajustar el cálculo de las garantías para utilizar los valores de medida más precisos disponibles en cada momento y evitar el requerimiento simultáneo de garantías con una finalidad o cómputo semejante". En definitiva, aliviar la carga financiera de unas empresas al borde del colapso.
En lo que va de año, más de una decena de comercializadoras de gas y cerca de una veintena de empresas de venta de luz se han visto forzadas a cesar su actividad
El caos en el mercado eléctrico ha resquebrajado el proceso de liberalización del negocio de venta de electricidad y gas en España. Los gigantes salen reforzados de la crisis. Al operar en toda la cadena del negocio energético -desde la generación hasta la venta- las grandes multinacionales integradas verticalmente cuentan con más margen para firmar contratos intragrupos a precios asequibles para sus comercializadoras. El margen que pierden por un lado, lo recuperan por otro.
Las comercializadoras independientes se ven obligadas a comprar la energía a los precios actuales del pool y a vender al precio pactado hace meses. Si bien es cierto que estas últimas habían ganado cuota de mercado a los operadores dominantes en los últimos años gracias a una agresiva política de precios bajos que ahora se les ha vuelto en contra.
En cualquier caso, la crisis del sector es palpable. Solo este año han sido inhabilitadas o han solicitado baja 13 comercializadoras de gas, de un total de 30 empresas que constan en los registros de la CNMC. En el caso de las de luz, la cifra ronda la veintena. Si se suman las bajas del año pasado, cuando empezó la tormenta en el mercado eléctrico, las quiebras acarician el medio centenar. Sus clientes son traspasados a uno de las grandes grupos de referencia, también llamados de último recurso. En España, este sello solo lo tienen aquellas compañías que operan en el mercado regulado. Endesa, Iberdrola, Naturgy, TotalEnergies (antes EDP Residencial) y Repsol.
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