La CNMC suaviza el recorte al gas para obtener el apoyo de Ribera a las reformas

La CNMV suavizará los recortes a las empresas gasistas.
La CNMV suavizará los recortes a las empresas gasistas.
EFE

Poco a poco, con dificultades, batalla interna y mucho ruido de fondo, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) avanza con las propuestas de reforma en el sector energético. El regulador ha aprobado -y suavizado- las circulares que afectan al transporte y distribución de electricidad y va a hacer lo mismo con la circular más conflictiva, la del gas. En la primera propuesta, la norma contemplaba a un recorte de 3.000 millones en la retribución al sector entre 2021 y 2026. El tijeretazo será menor y estará jurídicamente mejor sustentado, según explican fuentes de la CNMC.

Competencia tiene previsto reunirse esta semana con los representantes del Ministerio de Transición Ecológica en la Comisión de Cooperación. Será el paso clave para acordar los recortes al sector gasista que tienen soliviantado al sector. En los últimos días, los consejeros más críticos con las propuestas elaboradas por la Dirección de Energía han logrado moderarlas.

La última redacción de la circular de distribución de gas ya no mantiene el cambio de modelo en la retribución, un cambio que rechazaban las empresas y cuestionaba el Ministerio de Transición Ecológica. En lugar de retribuir en función de los activos de la empresa y de su vida útil, se mantiene el modelo de retribución que tiene en cuenta la demanda que atiende cada compañía. Se elimina un punto de fricción que encaminaba la disputa con las empresas directamente a los tribunales.

Retoques y rebajas

El retoque a la propuesta no significa que no haya rebaja en la retribución a las empresas gasistas -Naturgy y Enagás están a la cabeza- en el próximo periodo regulatorio. Habrá rebaja y será "importante", según fuentes internas del organismo que preside José María Marín Quemada. Pero será menor de la que se contemplaba inicialmente tras tener en cuenta las alegaciones de las empresas. Estas habían advertido de que el cambio de modelo retributivo que planteaba y defendía Marín Quemada tocaba el nervio del negocio y, en algunos casos, abocaba a la desaparición de las empresas más pequeñas.

Los cambios en las propuestas elaboradas por la Dirección de Energía de la CNMC se discuten con el departamento vacante. El hasta ahora director de Energía del organismo, Fernando Hernández, ha firmado la salida de la CNMC para ocupar la plaza de agregado comercial en la embajada de Tokio. Pese a los deseos de Marín de que Hernández se mantuviera en el cargo hasta que se aprobaran las circulares que había redactado, el Ministerio de Industria, de quien depende su nombramiento, ha limitado la prórroga de sus funciones en la CNMC a un mes y medio ya que debería haberse incorporado a su puesto en Japón el 1 de septiembre. Un revés para Marín.

Un negocio agitado

Hernández deja atrás un espacio -el del negocio del gas,- más que agitado. La polémica ha acompañado la propuesta de la CNMC desde el inicio. Las empresas han paralizado inversiones y han advertido sobre posibles recortes de empleo. Los fondos que han invertido en las compañías también han presentado sus quejas por escrito. Las empresas sostienen que la CNMC ha actuado sin consultar, de forma acelerada, sorpresiva y sin necesidad. Porque el próximo periodo regulatorio del gas, a diferencia del eléctrico, no se inicia hasta dentro de dos años (2021-2026).

El incendio que esta semana intentan sofocar la CNMC y el ministerio que dirige Teresa Ribera se ha extendido también  al Consejo de Estado, que tiene que dictaminar sobre las circulares de la CNMC. Y han llegado incluso al Ministerio de Economía. El departamento que dirige Nadia Calviño, del que depende orgánicamente la CNMC, ha recibido directamente las quejas de la patronal gasista Sedigas. 

Las tensiones desatadas por los recortes en el sector energético se han prolongado durante meses y marcan el final del mandato de seis años del todavía presidente en funciones José María Marín Quemada. Las grandes compañías como Naturgy y Enagás, pero también las pequeñas, encabezadas por Madrileña Red de Gas, iniciaron antes del verano una campaña intensa para evitar el hachazo en los ingresos de hasta 500 millones al año. La presión ha dado sus frutos.

Mostrar comentarios