La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha puesto su lupa de supervisión sobre Naturgy. El supervisor bursátil se encargará de fiscalizar las cuentas del proceso de escisión, spin-off en la jerga financiera, que está preparando la energética presidida por Francisco Reynés, toda vez que el conocido como proyecto Géminis pasa por separar los activos de la primera gasista española en dos sociedades anónimas cotizadas, una para el negocio regulado (NetworksCo) y otra para el no regulado (MarketsCo).
El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, confirmó este miércoles que el organismo asumirá un papel de vigilancia en el proceso de escisión de Naturgy, tal y como admitió el máximo responsable de la institución en la presentación del plan de actividades del supervisor bursátil para 2021, en respuesta a las preguntas de La Información. Buenaventura detalló que la CNMV vigilará los estados financieros de la gasista y comprobará que los números sean consecuentes con la nueva realidad de la compañía, esto es, que las cuentas encajen con los parámetros de la escisión.
Naturgy deberá reordenar más de 200 filiales de aquí a final de año si quiere cumplir con el calendario que ha diseñado la alta dirección de la compañía, con Reynés al frente. La gasista tiene previsto culminar el spin-off en los próximos nueve meses, a fin de que la empresa escindida salga a cotizar en diciembre, una vez que el proyecto Géminis reciba el visto bueno de la junta general de accionistas que Naturgy prevé convocar de forma extraordinaria después de verano, una vez trazado el esquema de escisión.
Dicho esquema se definirá en el proyecto de escisión que, entre otras claves, incorporará el adjudicación precisa del activo y el pasivo de la matriz entre ambas sociedades. También la foto final del reparto de acciones entre los socios actuales de Naturgy. Reynés evocó el nacimiento de dos gemelos en la presentación de Géminis hace dos semanas, pero lo cierto es que la equidad entre ambas sociedades acabará en el momento en que la empresa escindida salte al mercado.
El boceto de spin-off que aprobó el consejo de Naturgy el pasado 10 de febrero concede plena libertad a sus actuales accionistas, para que cada cual escoja entre mantener su participación de origen en cada una de las sociedades o vender acciones si así lo prefieren. La idea es que cada quien permanezca allí donde desea estar. El reparto de la deuda y la capacidad inversora de cada una de las sociedades, por tanto, será clave para asegurar cierta equidad, al menos de partida.
La CNMV vigilará la información privilegiada que Naturgy vaya trasladando al mercado a medida que avance el spin-off
A priori, las aspiraciones del grupo en cuanto a su crecimiento renovable anticipan un troceo desigual del pasivo de la energética. La deuda financiera de la matriz supera los 16.800 millones, mientras que el último plan estratégico del grupo prevé inversiones por 14.000 millones hasta 2025. Del total, 8.700 millones se destinarán a la generación renovable, actividad que quedará dentro de MarketsCo. Los arquitectos de Naturgy encaran ya el reparto del pasivo y, a priori, todo apunta a que la mayor parte de la deuda recaerá sobre el grupo regulado, reparto que podría hacer saltar las alarmas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
El presidente de la CNMV informó que los equipos del organismo pondrán el foco en la comunicación privilegiada que Naturgy vaya trasladando al mercado a medida que avance el spin-off, siempre con vistas a que el proceso se lleve a cabo con todas las garantías para el conjunto de los accionistas. Buenaventura también señaló que la CNMV, de acuerdo a las competencias que le son propias, verificará además todos los vectores de la operación que puedan afectar al mercado primario, desde el punto de vista de la información al inversor y del folleto de admisión a negociación de las acciones de la nueva sociedad.
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