Compartir piso ya no es lo que era: ahora se llama 'coliving' y cuesta un 30% más

  • El mercado de la vivienda en las grandes ciudades ha sufrido subidas de precios que han dificultado el acceso al mercado a muchas personas.
Compartir piso con otros estudiantes
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ISTOCK - Archivo

"Alquilar no es complicado". Al entrar en la página web del área de juventud de la Comunidad de Madrid este es el primer mensaje que aparece al buscar información relacionada con el acceso a la vivienda. Pero más allá del positivismo que muestran desde esta institución lo cierto es que el acceso a la vivienda, tanto en régimen de alquiler como de compra, es cada vez más difícil, sobre todo para los jóvenes. Y en un alarde al más puro estilo 'hipster' han decidido que el clásico piso compartido se convierta en un espacio de 'coliving'. Es decir, lo mismo pero con un nombre más 'cool' y casi un 30% más caro. 

Estos días, en el centro del mercado inmobiliario de nuestro país, SIMA, no dejaban de escucharse voces sobre la importancia del 'coliving' y el 'cohousing'. "Es una forma de acceso a la vivienda", decían unos, "una nueva fórmula para los jóvenes", añadían otros. Pero lo cierto es que cada vez que la modernidad irrumpe en un lo clásico -da igual que sean un bar o cualquier otra cosa- suben los precios como la espuma, y en este caso no iba a ser menos.

"Un piso en alquiler no es la única opción para independizarte, puedes compartir el piso o, sencillamente, alquilar una habitación", sigue diciendo en el mismo espacio web de la Comunidad de Madrid. La opción de alquilar un piso completo no existe para muchos jóvenes, sobre todo en las grandes ciudades. "Dos meses de fianza, un mes de agencia más IVA y el mes en curso", estas son las cantidades que se piden para acceder a una vivienda en alquiler tal y como se puede ver en la mayoría de los anuncios que desaparecen tras apenas unas horas colgados en internet.

Si se tiene en cuenta que el salario medio de los jóvenes de hasta 30 años es de 15.876,26 euros, según los datos del INE, y que el precio medio de la vivienda en alquiler en Madrid capital se sitúa por encima de los 900 euros mensuales, lo que significa casi 10.000 euros al año, los números no salen para vivir solo. 

Por todo ello el alquiler de habitación o el ahora llamado 'coliving' es más una obligación que una opción para muchos jóvenes. Con los datos sobre la mesa, a cierre del ejercicio de 2018, el precio medio de alquiler de una habitación era de 292,18 euros, según los datos del portal Pisos.com. En cambio, si se compara con el mismo dato del año 2015, cuando se situaba en los 228,69 euros, se puede apreciar un aumento de casi el 30% en apenas cuatro años. Además, muchas empresas como Badi, Beroomers o Spotahome han crecido al calor de esta nueva moda y ya mueven cifras millonarias. 

Pero estas se quedan muy cortas si se centra el punto de mira en el caso de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Según la misma fuente, el coste en la Ciudad Condal se dispara hasta los 430 euros de media al mes por habitación y se queda en los 385,37 euros en el caso de la capital. 

Pese a que uno de las máximas de este llamado 'coliving' es el hecho de tener zonas comunes y servicios más allá de la propia habitación, lo cierto es que en nuestro país solo el 0,52% de los pisos que se arriendan entre varias personas cuenta con un gimnasio y esta cifra aumenta hasta el 1,23% en el caso de la piscina, según los datos de este portal inmobiliario, ya ni hablar de espacios de reuniones. Eso sí, el 97,8% del total de viviendas están 'para entrar a vivir' y se entregan completamente amuebladas, una ventaja frente al alquiler de pisos completos.

Más de la mitad de la oferta de pisos compartidos se reparte entre las ciudades de Madrid y Barcelona, revela un estudio de Idealista. El bronce sería para Valencia, que acumula una cuota de mercado del 7,6%, y en cuarto lugar está Sevilla con un 5,8% del total nacional. 

El 'cohousing'

Otro de los nuevas tendencias en nuestro país es el 'cohousing', que apenas tiene nada que ver con el 'coliving' o compartir piso. Este sistema, que se utiliza en los países nórdicos desde hace más de sesenta años, comienza a implantarse ahora en nuestro país con varios proyectos piloto de alojamientos cooperativos destinados, principalmente, a personas mayores. 

Para conseguir esta forma de alojamiento, se lleva a cabo la compra de terrenos por, en su mayoría empresas especializadas, en los que construir casas y zonas comunes que cuentan con numerosos servicios, como médico y cocina para que las personas mayores puedan vivir en su propia casa pero con todo tipo de facilidades al alcance de su mano. Viviendas que apenas superan el precio medio de la zona en la que se ubican y que permiten a las personas de edades más avanzadas vivir cómodamente. 

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