Las compañías mantienen malas prácticas

Competencia multa a Endesa con solo 300.000 euros por alterar tres contratos

  • La sanción está muy alejada de la propuesta inicial de sanción que llegaba a 600.000 euros por cada documento manipulado.
La Consejería de Industria supervisa la instalación de los nuevos contadores eléctricos digitales
La Consejería de Industria supervisa la instalación de los nuevos contadores eléctricos digitales

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha aprobado imponer a la eléctrica Endesa una sanción de 100.000 euros por cada uno de los tres contratos de suministro irregulares denunciados por los familiares de un abonado de Barcelona ya fallecido. La multa -300.000 euros en  total- está muy alejada de la propuesta inicial de sanción que llegaba a 600.000 euros por cada documento presuntamente alterado. La rebaja en la sanción final, sostienen fuentes de la CNMC, es un proceso normal en la tramitación de expedientes sancionadores. No obstante, la cuantía final de la multa aviva el debate sobre la irrelevancia de las multas y su nulo efecto disuasorio.

El expediente sancionador contra Endesa se inició a instancias de los herederos de un cliente de Barcelona ya fallecido. Los familiares  sospecharon de la validez de contratos de suministro que reclamaron y que carecían de firma. Documentos posteriores aparecían como supuestamente rubricados por el fallecido. La insistencia de la familia ha acabado en una multa para Endesa después de un proceso que ha durado meses y que ha limado la sanción desde un total de 1,8 millones de euros a 300.000 euros.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, fue preguntado por la posible sanción de la CNMC en la conferencia de prensa en la que presentó los resultados de la compañía. Bogas restó trascendencia al asunto al contraponer la comisión de alguna posible irregularidad con los millones de contratos que Endesa y el resto de compañías gestionan tanto en el mercado libre de electricidad como en el regulado.

Malas prácticas

Sin embargo, las malas prácticas de las comercializadoras de energía se mantienen. El último Informe de Supervisión del Mercado Minorista de Electricidad (2018) explica cómo a pesar de que el Real Decreto-Ley 15/2018 prohibió la contratación de servicios "puerta a puerta" para evitar abusos, esa práctica se mantiene. El documento precisa al respecto que "a pesar de ello, esta Comisión ha detectado algunos casos en los que los comerciales continúan realizando visitas en el domicilio del consumidor, recabando posteriormente del consumidor la solicitud de recibir información en la vivienda".

La persistencia de prácticas discutibles anima más el debate sobre la necesidad de aplicar multas más elevadas a las empresas que incurran en las mismas. En 2018 y 2019 la CNMC impuso un rosario de pequeñas multas a las compañías comercializadoras de gas y de electricidad, -hasta 10 para Endesa, Iberdrola y Naturgy-, por asuntos varios –y feos-, como cambiar de suministrador sin consentimiento de los usuarios o por recomendar a los clientes cambiar de tarifa de gas sin informarles de que la que proponen es más cara. En conjunto, ese rosario de sanciones apenas si alcanzó los dos millones de euros.

La tibieza sancionadora reaparece periódicamente en el debate público. El eurodiputado de Ciudadanos, Luis Garicano, criticó con dureza la actuación de la CNMC en los expedientes a las grandes compañías en un artículo publicado en El País el pasado año referido a casos similares. "La CNMC", escribió Garicano, "ha acreditado que Endesa engaña a sus consumidores y les cambia de contrato sin su permiso para subirles la factura de la luz. La multa, 30.000 euros en cada uno de los cuatro casos implicados, es tan irrisoria que incita a seguir engañando a los clientes". "Si se hubiera multado a Endesa por abuso de posición de dominio (que es lo que estaba haciendo) -concluyó- podría haber tenido que pagar el 10% de su cifra de negocio".

Multas como pellizcos

Con multas como pellizcos, los expertos en energía abogan por  reconsiderar el funcionamiento del mercado. Entre otras cosas, porque la realidad tecnológica de 2018 nada tiene que ver con la situación que dio lugar a la ley de 1997. Hay nuevas tecnologías para generar electricidad, más baratas que las tradicionales. Y lo que antes era todo un legado que aseguraba ventajas en el mercado ahora es una carga. 

Los cambios son muy rápidos. La digitalización y aplicación de la inteligencia artificial a toda la cadena de valor del sector eléctrico ya afecta profundamente la organización y la actividad de las empresas tradicionales. También la relación con los clientes que tendrán cada día más control sobre su consumo de electricidad y más posibilidades para cubrir sus necesidades energéticas de forma autónoma.

Mostrar comentarios