Cuenta atrás para inaugurar en China el puente sobre el mar más largo del mundo

  • La colosal obra, que ha costado más de 16.000 millones de euros, unirá las dos orillas del río de la Perla y aproximará Hong Kong a China Continental.
Para su construcción se han empleado 400.000 toneladas de acero (Foto: GovHK)
Para su construcción se han empleado 400.000 toneladas de acero (Foto: GovHK)
Para su construcción se han empleado 400.000 toneladas de acero (Foto: GovHK)
Para su construcción se han empleado 400.000 toneladas de acero (Foto: GovHK)

China inaugurará finalmente el próximo martes el puente sobre el delta del río de la Perla, que unirá las ciudades de Hong Kong, Zhuhai y Macao, el mayor del mundo construido sobre el mar con 55 kilómetros de largo. El puente, uno de los proyectos más complejos realizados por la ingeniería humana, se inaugurará oficialmente el martes y se abrirá al tráfico el miércoles, 24 de octubre, a las 09.00 horas locales (01.00 GMT).

Tras casi nueve años de trabajos y varios retrasos en su inauguración, la colosal obra, que ha costado más de 16.000 millones de euros, unirá las dos orillas del río de la Perla y aproximará todavía más a Hong Kong a la China Continental.

El puente, para el que se han tenido que levantar gigantescos pilares, islas artificiales y 6,7 kilómetros de túneles submarinos, reducirá la distancia entre las tres ciudades de más de 3 horas a unos 30 minutos. Para su construcción se han empleado 400.000 toneladas de acero, 60 veces las utilizadas para construir la torre Eiffel, además de más de 1 millón de metros cúbicos de hormigón.

El puente Hong Kong – Zhuhai – Macao sobre el plano
El puente Hong Kong – Zhuhai – Macao sobre el plano

La obra discurre en una de las zonas marítimas con más tráfico de cargueros del sur de China, por lo que se han tenido que construir los túneles bajo el mar, que se conectan con el puente a través de dos islas artificiales, y levantado pilares de gran altura en varias zonas para que puedan navegar los barcos por debajo.

Financiado entre el Gobierno chino, el de Hong Kong y el de Macao, la construcción de la sección de la excolonia británica suscitó malestar político y social en varios momentos de su construcción. El gobierno hongkonés reconoció a mediados de 2016 retrasos y la necesidad de elevar su coste, además de admitir las dificultades técnicas del proyecto, debido en parte a problemas para estabilizar el fondo marino. Además, los túneles se han construido bajo el agua en un área sometida a fuertes corrientes y tifones durante el verano.

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