Ojeroso y despistado... Así recordó Slim a Esther Koplowitz su mal trago en FCC

Ojeroso pero jovial. Así se presentó el magnate mexicano Carlos Slim, flanqueado por Esther Koplowitz y su hija Esther Alcocer Koplowitz, en el primer 'Investor Day' de la constructora FCC. Una sala abarrotada de inversores, analistas y periodistas que se concentraban con ansia para oírle pronunciar sus primeras palabras en público desde que llegase a la empresa allá por el 2014. 

Y en su intervención, luces y sombras. Los accionistas, por ejemplo, esbozaban una sonrisa forzada ante un 'crecido' Slim, que comenzaba su intervención vanagloriándose de su actuación 'in extremis' para salvar la constructora. "Hemos realizado una transformación completa de la empresa en el sentido financiero", destacaba el magnate mexicano ante la familia Koplowitz. 

Por Lucía Gómez

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Datos y más datos de ejercicios anteriores se mostraban en una pantalla mientras el multimillonario dejaba claro que Carso era quien mandaba ahora en FCC. Un documento con once puntos en los que presumía de austeridad. "No vender por debajo de costo, uno de los puntos claves", señalaba tras decir que en su compañía no había que remarcarlo, "porque uno lo da por hecho". 

Y un dardo a los anteriores gestores. "El gasto financiero anterior era una sangría", zanjó, añadiendo sal al recordar que la capitalización de la compañía llegó a ser negativa en el año 2014. Todo al tiempo que no perdía ocasión de dejar entrever su ausencia de conocimiento (de forma premeditada o no) de lo que estaba pasando en España. "No sé qué propone Pedro Sánchez, ¿ya ha presentado su programa?", señalaba el mexicano tras ser preguntado por si se había reunido con el presidente del Gobierno. "Le he conocido una vez", dijo.

El tema catalán, también de puntillas: "Tampoco estoy muy enterado de ello", señalaba, para después decir que la Constitución española es muy clara con la unidad del país, por lo que mover la sede de la compañía fuera de Cataluña no entraba en sus planes. Y seguía. "¿El Wanda, qué ha pasado en el Wanda?", "¿Peligra la final de la Champions?"... Y entre risas aseveró que "las administraciones públicas pagan mejor". 

"Acciones bajo el culo"

Los inversores comenzaron a molestarse tras eludir de forma jocosa varias preguntas sobre la situación bursátil de la compañía. "Tenéis las acciones guardadas bajo el asiento", afirmó para contestar a una cuestión sobre el posible aumento de free-float de la constructora para llegar al Ibex. Molesto, otro inversor le respondió con sorna: "Soy uno de esos que tiene las acciones bajo el culo". Una reflexión acogida entre risas enlatadas más propias de serie americana que de un Día del Accionista. 

Y continuó una comparecencia con interpelaciones de lo más variopintas.  Por ejemplo, sobre la política migratoria respondió, de forma seria, que Europa lo estaba haciendo mal, para remachar: "Los muros no sirven para nada. En México un dron te coge de un lado de la frontera y te deja en el otro". 

"Con el dinero en abundante que hay en Europa, no entiendo porque los países no llevan a cabo las inversiones en infraestructuras que necesitan", prosiguió. "Ya pasaron los momentos difíciles para España", garantizó, pidiendo más obras. "Hay que aprovechar las tasas de interés tan bajas y el mercado inmobiliario es muy atractivo". Con una recomendación final: la compra de viviendas protegidas. "1.600 euros el metro cuadrado" con una hipoteca en tipos cercanos al 2% y con la opción de venderla en el mercado libre a los diez años, decía mientras las miradas se sucedían en la sala.

Tampoco las preguntas sobre estados financieros de la firma tuvieron una respuesta contundente. "¿El resto de compañías hablan sobre lo que van a ganar? Si usted lo sabe dígamelo", le espetó a una periodista tras recibir una pregunta sobre un futuro plan estratégico, para terminar diciendo que "poner números es muy difícil".  Pregunta sin respuesta.