La aerolínea de bajo coste Norwegian logró este domingo el apoyo de todos los grupos de tenedores de bonos a su plan de convertir deuda en acciones, paso necesario para acceder a la ayuda estatal que asegure su viabilidad durante la pandemia. En un comunicado al mercado de valores de Oslo, la compañía aérea indicó que su propuesta "recibió un sólido apoyo de bonistas de las cuatro emisiones, con un apoyo combinado del 76% de los votos".
"Gracias al diálogo constructivo y las negociaciones con los bonistas y otros socios, estoy encantado de confirmar que hemos alcanzado un acuerdo con los tenedores de bonos", aseguró el consejero delegado de Norwegian, Jacob Schram. Su "principal prioridad" ahora, agregó Schram, es "alcanzar un acuerdo con los arrendadores previo a la junta extraordinaria de accionistas" prevista para mañana.
Hacía así referencia a la necesidad de la compañía de cerrar también otro acuerdo con 24 compañías de alquiler de aviones, de modo que renuncien a un mínimo de 500 millones de dólares (462 millones de euros), a través de reducción de alquileres desde julio y que el coste hasta junio se cubra con acciones en vez de con efectivo. La aerolínea se ha mostrado optimista a este respecto.
"Estamos un paso más cerca de tener acceso a las garantías crediticias estatales que son cruciales para atravesar esta crisis", afirmó el consejero delegado de Norgewian. Con este plan, Norwegian quiere acceder al segundo de los tres tramos de la ayuda al sector aéreo del Gobierno, un paquete con garantías de crédito por 6.000 millones de coronas (536 millones de euros), la mitad para la principal aerolínea noruega.
Norwegian ya cerró un acuerdo con dos bancos nórdicos que le permitirá ingresar 300 millones de coronas (27 millones de euros), pero necesita otro con los acreedores y aumentar el capital propio para acceder al resto de la ayuda. Cuatro empresas filiales que emplean a pilotos y personal de cabina y dan servicios a Norwegian presentaron hace dos semanas una solicitud de quiebra, una medida que afecta a 1.571 pilotos y a 3.134 personas que trabajan como personal de cabina.
La compañía atraviesa por una difícil situación financiera desde hace años, agravada en 2019 por la prohibición temporal de vuelo de los Boeing 737 MAX y los problemas con los motores Rolls Royce. La crisis del coronavirus, que ha puesto ahora en duda su viabilidad. La aerolínea tuvo que cancelar el 85% de sus vuelos y suspender temporalmente de empleo a cerca del 90% de su plantilla a mitad de marzo. La próxima reunión con los tenedores de bonos será el 18 de mayo.
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