La clave para combatir el Covid-19 es encontrar una vacuna y los grandes esfuerzos van en esta línea. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, lo tiene claro y ha decidido, a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos, inyectar hasta 483 millones de dólares (445 millones de euros) a la biotecnológica Moderna, que cotiza en el Nasdaq, para que acelere el desarrollo de un candidato a vacuna que tiene la compañía para hacer frente al coronavirus. Esta inversión se une a otra que realizaba EEUU con Johnson&Johnson con el objetivo de encontrar la tan ansiada vacuna.
Según los términos del acuerdo, comunicados por la propia compañía, EEUU financiará el avance de la licencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos del país (FDA, por sus siglas en inglés). De hecho, los Institutos Nacionales de Salud están llevando a cabo un estudio de fase 1, que comenzó el 16 de marzo y que contaba con 45 voluntarios adultos sanos de entre 18 y 55 años. Además, modificaron recientemente el protocolo para incluir otros seis: tres adultos de entre 56 y 70 años y otros tres con edades superiores a 71 años, que se encontrarían actualmente abiertos para la inscripción de voluntarios.
Si los datos de esta primera fase son positivos, Moderna tiene la intención de comenzar la fase 2 en el segundo trimestre de 2020 y, sujeto a los datos de los estudios y las discusiones con los resultados, el estudio de fase 3 podría comenzar, como muy pronto, en otoño de 2020. La inyección de estos 483 millones de dólares apoyaría estos programas de desarrollo clínicos en etapa tardía pero iría más allá al ampliar también la fabricación de dichas vacunas para permitir una respuesta rápida a la epidemia sanitaria.
Con estos fondos, Moderna planea contratar hasta 150 trabajadores este año. ¿El objetivo? Ampliar su personal para aumentar la capacidad de fabricación de dos turnos por día durante cinco días a la semana a tres turnos durante los siete días de la semana. Además, incluiría ingenieros para gestionar la ampliación de procesos y personal clínico y legislativo para apoyar su desarrollo.
Stéphane Bancel, CEO de Moderna, ha señalado a raíz del apoyo de EEUU para financiar el desarrollo acelerado de la vacuna que "el tiempo es esencial para encontrar una vacuna contra este virus. Al invertir ahora en la ampliación del proceso de fabricación para permitir la producción a gran escala de una respuesta pandémica, creemos que podríamos suministrar millones de dosis por mes en 2020 y con más inversiones, decenas de millones por mes en 2021 si la vacuna candidata tiene éxito".
Esta aportación millonaria, unido a los posibles avances acerca de la vacuna para el coronavirus, han provocado que Moderna se dispare con fuerza en el Nasdaq. La biotecnológica sube alrededor de un 15% en la apertura del mercado estadounidense y alcanza máximos históricos tras multiplicar por más de dos su precio durante este año al alcanzar los 47 dólares por título.
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