El banco francés Crédit Agricole anunció este jueves que sus beneficios anuales en 2020 cayeron un 44,4% hasta los 2.692 millones de euros, en buena medida por las depreciaciones ya avanzadas en su filial italiana.
Según señaló en un comunicado, la operación tuvo un impacto estimado de 778 millones de euros en sus cuentas. El resultado operativo subyacente del tercer banco francés, que atenúa esa influencia, cayó un 16%, hasta los 3.849 millones de euros.
El grupo cotizado en bolsa que representa el conjunto de cajas mutualistas que supone Crédit Agricole registró unos ingresos de 20.500 millones de euros, un crecimiento del 1,7% con respecto a 2019.
Al tiempo, logró limitar los gastos, que fueron de 12.452 millones, un 0,3% más, para obtener un resultado bruto de explotación en ascenso del 2,9%, hasta los 7.609 millones.
Gracias a esa disciplina financiera, el grupo logró limitar el coste del riesgo, que se situó en los 2.606 millones, un poco más del doble que en 2019, indicó su director general, Philippe Brassac.
Con esas cifras, Crédit Agricole se dispone a proponer un dividendo de 0,8 euros por acción, aunque lo pagará en parte en acciones, para no contravenir las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE), que alerta contra la descapitalización de las entidades bancarias.
Pese a la reducción de su beneficio, Credit Agricole ha superado las expectativas y su valor sube en torno a un 4% en la Bolsa de parís. Los títulos de la acción ha abierto la jornada cotizando a 10,6 euros.
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