3.600 millones de valor

La crisis de Atlantia golpea a la familia Benetton y complica su papel en Cellnex

La probable retirada de las concesiones en Italia empuja a Edizione a hacer líquida una parte de su 16% en la gestora de torres española tras disolver el pacto con los fondos.

Tobías Martínez, consejero delegado de Cellnex.
Tobías Martínez, consejero delegado de Cellnex.
L. I. / Archivo

Era una cuenta atrás que se encontraba marcada en rojo para la familia Benetton. El grupo Edizione se enfrentan el momento más delicado como socio de referencia de Atlantia... y de la gestora de torres de telecomunicaciones Cellnex. Los serios problemas de la primera con el Gobierno italiano a cuenta de las concesiones en el país les presiona ante una eventual necesidad de más capital para afrontar las consecuencias económicas. La empresa italiana, que controla un 16% de la cotizada española, tiene la puerta abierta a vender una parte de su participación para ganar liquidez tras la ruptura del pacto de accionistas con los fondos de Singapur y Abu Dhabi.

El antecedente hay que encontrarlo en el año 2018. El puente Morandi de Génova colapsa en el mes de agosto y se desploma, causando 43 muertos y desatando una batalla entre el Gobierno italiano y la concesionaria de la autopista, Autostrade, controlada en un 88% por el grupo Atlantia. El Ejecutivo inició el proceso para retirar estos contratos públicos en una pelea que llega hasta hoy. Sin embargo se han mantenido negociaciones para tratar de llegar a un acuerdo. Y éstas no han llegado a nada, pues el primer ministro, Giuseppe Conte, tachó la última propuesta de la compañía como "vergonzosa".

Si finalmente no se alcanza un pacto, la retirada de los contratos públicos de autopistas dejarían en una situación financiera delicada a Atlantia, pues hoy representan un tercio de todos sus ingresos. ¿Y qué tiene que ver esto con Cellnex? Básicamente, ambos comparten accionista: la familia Benetton. El conglomerado de estos últimos tiene el 30% de la concesionaria transalpina y algo más del 16% de la gestora de torres de telecomunicaciones española. Este último paquete puede ser clave para ganar liquidez, en caso de que sea necesario. Su intención no es, en principio, desprenderse de los activos. Desde fuentes oficiales del grupo aseguraban a La Información recientemente que no existía "un plan para vender". Sin embargo, si Atlantia no logra salvar el acuerdo con el Ejecutivo, la presión se incrementará de manera significativa.

Hoy el conglomerado familiar es el accionista de referencia después de que en 2018 sacara la chequera y comprara el 29,9% a la propia Atlantia y diera entrada a los fondos soberanos de Singapur y Abu Dhabi. Este paquete de títulos tiene un valor de mercado de 3.600 millones de euros (casi el triple que en julio de 2018). Es un 45% más que al arranque del año, pese a la crisis del coronavirus. ¿La razón? Los activos fijos del sector de las telecomunicaciones, y en concreto las torres de telefonía, se han revalorizado mucho en el último año. Fondos especializados en infraestructuras y las propias operadoras han creado vehículos para invertir, pues se trata de activos sin grandes rentabilidades pero con una capacidad probada de generar un flujo de caja continuo.

Para tratar de rentabilizar esa cantidad, los italianos tienen vía libre. El pasado mes de mayo se curaron en salud: rompieron el pacto accionarial con los fondos ADIA, soberano de Abu Dhabi, y GIC, de Singapur. Connect, el vehículo que utilizaban, desapareció y permitió aflorar la posición individual a cada uno de ellos (tanto Abu Dhabi como GIC se reforzaron con posiciones mayores). Con esta operación se liberaban y podían vender (o acudir a ampliaciones de capital) sin tener que contar con los otros dos socios. Ahora, este es su salvoconducto ante una venta obligada ante la situación de Atlantia.

Cellnex se encuentra en un momento especialmente dulce y de crecimiento. La compañía ha vivido dos años frenéticos de adquisiciones en diferentes mercados, con los que ha ido ganando posiciones. Esto ha obligado a varias operaciones para reforzar su capital, que han sido cubiertas con holgura. Una de 1.200 millones en febrero y de 2019 y otra de 2.500 millones en octubre de ese año. Ahora, vuelve a prepararse para salir al mercado y así financiar movimientos futuros. En total, estaría preparando una inyección de hasta 3.000 millones de euros, que se sumaría a los casi 1.000 millones de la reciente colocación de bonos y a las diferentes inyecciones. Queda por ver qué hará el conglomerado familia italiano.

Esos 3.000 millones de euros le permitirían tener potencia de fuego con la que aprovechar otras oportunidades de crecimiento inorgánico, adquiriendo torres de diferentes actores del mercado. De hecho, este mismo lunes la agencia de noticias estadounidense Bloomberg informó de que el operador español mantiene negociaciones abiertas con CK Hutchison la compra de una participación en su negocio de torres, valorado en 10.000 millones de euros. El gigante hongkonés lleva desde hace meses creando una filial para alojar estos activos en Europa (algo menos de 30.000 en todo el continente), al igual que han hecho otros operadores como la propia Telefónica. 

Cellnex sigue con el pie pisado a fondo en el acelerador. Después de haber logrado la 'luz verde' del regulador británico para hacerse con Arqiva -2.000 millones de libras esterlinas de inversión y la incorporación de más de 8.300 emplazamientos de telecomunicaciones en su portfolio- busca aprovechar el 'momentum' del mercado para no aflojar. Los Benetton deben elegir si seguir adelante, con lo que implicará de más inversión, o si en cambio dan un paso atrás. La presión por Atlantia sigue aumentando.

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