Las compañías garantizan la actividad y el suministro

El virus también pone a prueba los planes de emergencia en empresas energéticas

Centro de control de Red Eléctrica de España.
Centro de control de Red Eléctrica de España.

La crisis sanitaria desatada por el Covid-19 golpea a todos los sectores de actividad. Pero no todos tienen igual de afinados los planes de contingencia necesarios para afrontar el desafío. El sector energético es uno de los mejor preparados, según explican fuentes de las empresas del sector. La seguridad del suministro energético es crucial. REE, Naturgy, Endesa, Iberdrola o Enagás -y en general todas las compañías del sector- han activado los protocolos coordinados por el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuyos planes de contingencia ordinarios ya contemplan todo tipo de escenarios, incluidos problemas sanitarios masivos, admite que en estos momentos, la prevención es extrema.

No es un simulacro. La situación es real y delicada, admiten las fuentes consultadas en las empresas. Todas han puesto en marcha medidas para facilitar el teletrabajo de los trabajadores cuyas tareas lo permiten. En el caso de los gestores de las redes de electricidad y de gas -Red Eléctrica de España y Enagás- las medidas han sido más amplias.

Enagás ha activado su plan de contingencia, que detalla medidas específicas como la movilización de profesionales, la reorganización de turnos y retenes, la coordinación con sus contratistas de servicios críticos y la identificación y adquisición de material crítico.

Un paso más

Red Eléctrica de España ha dado un pasó más para asegurar el buen funcionamiento de una infraestructura crítica como es la red de 440.000 kilómetros de cables de alta tensión. La compañía ha funcionado siempre con dos centros de control. El de la sede en Alcobendas y un duplicado cuya ubicación no es pública por razones de seguridad. Con la actual crisis, el gestor de la red ha puesto en marcha un tercer centro de control. Los tres operan con plena autonomía. Además, para reforzar la seguridad de su personal, desde la semana pasada Red Eléctrica ha restringido el acceso de personas ajenas a los equipos a estos centros.

Las redes e instalaciones energéticas están contempladas  en el Plan Nacional de Potección de Infraestructuras Críticas (CNPIC). Forman parte de "aquellas instalaciones, redes, servicios y equipos físicos y de tecnología de la información cuya interrupción o destrucción tendría un impacto mayor en la salud, la seguridad o bienestar económico de los ciudadanos  o en el eficaz funcionamiento de las instituciones del Estado y de las Administraciones Públicas".

La lista de infraestructuras críticas es secreta. Pero existen doce sectores estratégicos en el Catálogo Nacional de Infraestructuras Estratégicas. La energía y la industria nuclear están a la cabeza del grupo, del que también forman parte las tecnologías de la información, los transportes, el suministro de agua, el suministro de alimentos, la salud o el sistema financiero. En el caso de la energía, la Estrategia de Seguridad Nacional prevé dotar a las infraestructuras críticas -electricidad y gas entre ellas- de "sistemas redundantes e independientes de otras tecnologías y operadores".

Operativa diaria

Todas las empresas energéticas han reforzado el control sobre la operativa diaria -producción y demanda-. REE asegura que el aumento del teletrabajo y del aislamiento domiciliario, no ha provocado "de momento" impactos significativos en el sistema. El hecho de que la alerta sanitaria haya coincidido con un periodo casi primaveral, con temperaturas suaves y luz solar en aumento, contribuye a que se mantenga la normalidad en el ajuste horario de oferta y demanda.

El nivel de alerta en el sector energético ha sido elevado en otras ocasiones en el pasado. Pero nunca por cuestiones sanitarias. La crisis del petróleo de los años 70; el apagón en Centroeuropa en 2006 o el grave accidente de Fukushima (Japón, 2011) obligaron a las empresas a elaborar planes frente a imprevistos. Pero los peores escenarios se consideraban poco probables. Hasta ahora.

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