CVC y GIP agotan su ciclo inversor

Criteria blindará el negocio regulado de Naturgy ante una salida de los fondos

El holding inversor ha asumido un rol de garante en el spin-off que prepara la gasista para dotar de estabilidad al capital de la futura NetworksCo, a priori, la opción menos atractiva para las firmas de private equity.

Isidro Fainé recela de la OPA sobre Naturgy sobre la que Francisco Reynés ha decidido formalmente ponerse de perfil
El presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, junto al presidente de Naturgy, Francisco Reynés
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Los grandes accionistas de Naturgy empiezan a tomar posiciones ante el pistoletazo de salida del proyecto Géminis. CriteriaCaixa se perfila como garante del negocio regulado de la primera gasista española, que quedará concentrado en una de las dos sociedades cotizadas que resultarán de la escisión que prepara el grupo energético. Según fuentes conocedoras de la operación, el 'gemelo' regulado de Naturgy, compañía que el grupo ha bautizado de forma provisional como NetworksCo (redes), se presenta como un negocio muy atractivo para el brazo inversor de La Caixa, dada la estabilidad de sus retornos, pero no tanto para el conjunto de los fondos de inversión con un peso significativo en el capital de la matriz. 

Entre estos últimos se incluyen CVC y GIP, con una participación de alrededor del 20% cada uno, y el australiano IFM , que ha ganado terreno tras la oferta pública de adquisición (opa) hasta alcanzar el 12,5% del capital del grupo energético. Los dos primeros se encuentran a punto de agotar su ciclo de inversión en la gasista. CVC suma ya más de cuatro años en Naturgy, mientras que la permanencia de GIP va para un lustro. La intención de los dos fondos de private equity de salir de Naturgy ha sido una constante en los corrillos financieros durante todo el proceso de opa. 

La futura segregación facilita la vía de salida de CVC y GIP. A día de hoy, Naturgy tiene una capitalización de 24.153 millones de euros. La valoración bursátil de las posiciones de ambos fondos rondan los 5.000 millones. En un eventual trasvase, la cifra supone un desembolso no apto para cualquier bolsillo. El plan de la empresa que preside Francisco Reynés es que, de partida, las dos cotizadas guarden cierto equilibrio, tanto en valor de activos como en deuda, como también en capitalización. La reducción a la mitad del valor bursátil de las posiciones de CVC y GIP a consecuencia del spin-off podría abrir el apetito de ciertos inversores que, en las condiciones actuales, no tendrían capacidad para acometer una inversión de tal calibre, según distintas fuentes del mercado consultadas por La Información.

La oportunidad de colocar por separado dos negocios que cada vez tienen menos en común también facilita el trasvase de las acciones de ambos private equity a posibles interesados, dado que el perfil de inversor al que atrae cada tipo de activo es muy distinto. Al estar ceñido al corsé regulatorio, NetworksCo espanta a un tipo de comprador poco amigo de las inversiones expuestas a los vaivenes del sector público, pero es enormemente jugoso para aquellos que buscan retornos más estables. Mientras que el negocio liberalizado (generación, comercialización, renovables...), integrado en lo que por ahora se ha denominado MarketsCo, podría captar a un tipo de inversor más acostumbrado a elevados niveles de apalancamiento.

El spin-off de Naturgy allana la vía de salida de los fondos accionistas, que lo tendrán más fácil para colocar sus participaciones entre inversores con un perfil más especializado

El consejo de Naturgy aprobó la semana pasada la puesta en marcha del proyecto Géminis. El nombre alude al nacimiento de dos gemelos, tal y como explicó el propio Reynés ante los medios. El hecho de que el máximo órgano de gobierno de la gasista no haya acordado ninguna medida para mantener el actual equilibrio accionarial una vez que ambas empresas coticen por separado, anticipa que las salidas y entradas de los dueños del capital de ambas compañías es, si no probable, al menos posible. 

Ante la eventual salida de los fondos, la intención de permanencia del brazo inversor de La Caixa en NetworksCo ofrece una importante garantía para un negocio con un significativo carácter estratégico. Dentro de esta compañía quedarán, entre otros activos, la participación de la energética catalana en el gaseoducto argelino de Medgaz. Esta supone el 24,5% de dicho activo, una participación que la gasista española posee en alianza con BlackRock, mientras que el 51% del mismo está en manos de Sonatrach, que a su vez es el quinto accionista de Naturgy.

Dentro de la futura cotizada que absorberá todo el negocio regulado, se integrarán los 155.000 kilómetros de redes de electricidad bajo la gestión de la matriz, además de otros 135.000 kilómetros de 'autopistas' de gas, incluido el Medgaz. También 16 millones de puntos de conexión. La escisión de este paquete de activos tendrá que pasar el examen de los organismos reguladores pertinentes, entre ellos, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), así como de ciertas autoridades internacionales y el propio Gobierno, al que el consejo de la gasista informó del proyecto Géminis días antes de comunicar sus planes al mercado, según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica consultadas por La Información.

Tras sellar la guerra interna desatada a raíz de la opa de IFM, el consejo de la gasista ha decidido acabar con las barreras que acotaban la libertad de movimientos de sus accionistas. La idea es que cada cual encuentre el encaje en el negocio que más se adapte a sus intereses. En el momento de su nacimiento, el consejo de ambas compañías replicará el mismo equilibrio de fuerzas que ahora existe en la matriz

Para llegar a esta estabilidad interna, Naturgy ha tenido que conceder a CriteriaCaixa un tercer asiento en el consejo y asignar a IFM el consejero que le correspondía en términos de proporcionalidad. La solución salomónica fue acordada en el consejo celebrado el pasado jueves. En la citada reunión, el máximo órgano de gobierno interno también aprobó el proyecto Géminis, que deberá ser ratificado por la junta de accionistas, a priori, en una convocatoria extraordinaria que, si se cumple el calendario previsto, tendrá lugar el próximo otoño, según las fuentes consultadas.

Desde el mismo momento en que ambas compañías arranquen su andadura por separado, el máximo órgano de gobierno de cada una de ellas se irá moldeando a medida que lo haga su accionariado. De primeras y gracias al reciente acuerdo, Criteria ostentará una posición de dominio en el consejo de gobierno interno de ambas cotizadas. El final del spin-off será solo el principio de la nueva vida de la gasista, que seguirá acaparando la atención mediática dentro del agitado sector energético español.

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