Crónica de una debacle

24 horas de infarto del fiasco anunciado en el Mobile: las telecos ganan el pulso

  • Las principales operadoras se salen con las suya y consiguen doblar el brazo a la GSMA para que suspenda la feria de manera definitiva.
El Mobile se suspende tras una semana de dura crisis
El Mobile se suspende tras una semana de dura crisis
EFE

La una de la tarde. Deutsche Telekom, peso pesado de las telecos en Europa, soltaba la bomba: "Decidimos no asistir al Mobile World Congress; la decisión fue muy difícil". Era el arranque del efecto dominó que llevaba días posponiéndose en un particular 'tira y afloja'. Las grandes operadoras, claves en el evento y en la GSMA -encargada de la organización-, daban el paso ante los temores por el avance del coronavirus. Llegaron las demás: British Telecom, Vodafone... Era el principio del final. Se iniciaban así las últimas horas de la crónica de una cancelación.

El movimiento de la multinacional alemana, y del resto, era la antesala de una reunión de urgencia del comité de 26 miembros -entre los que hay principalmente directivos de las grandes telecos- a la que la GSMA acudía con la intención de aguantar, al menos, hasta que el Gobierno anunciara en una comparecencia si, finalmente, decretaba la emergencia sanitaria por el coronavirus. Hicieron una declaración oficial en la que aseguraban que mantenían sus planes, aunque estaban analizando minuto a minuto la evolución del brote de coronavirus. Finalmente, la Generalitat y el Gobierno fueron muy claros: no había razones sanitarias.

Y eso acabó por precipitar los acontecimientos. La reunión se alargó, mientras se consensuaba, según confirman fuentes conocedoras, una declaración formal y conjunta y cómo se incluían en ella a las administraciones públicas implicadas -Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento-. Finalmente, tras más de cinco horas de encuentro, se confirmó la cancelación en un escueto comunicado en el que mencionaban varias razones: la preocupación "global" por el coronavirus y por los viajes "y otras circunstancias". No se incluía el nombre de ninguna de esas administraciones.

Esas "otras circunstancias" no las detalla. No se refiere formalmente al desestimiento de más de una treintena de empresas, entre ellas una quinta parte de las que conforman ese comité que había estado reunido, que no querían asumir riesgos y se adelantaron mostrando su intención de no acudir a la feria ante el riesgo por el avance del coronavirus. Se adelantaron en un 'efecto dominó' que metía una enorme presión a las compañías que mantenían sus planes de acudir: ¿Cómo defender internamente que había que acudir cuando gigantes como Ericsson, LG o Sony -entre las primeras en dar el paso- no querían poner en riesgo la salud de sus empleados? La histeria se había apoderado del sector, pese a que otras ferias como la Integrated System Europe (ISE) de Amsterdam (Dinamarca), se estaban celebrando con normalidad pese al brote.

Según explican hasta tres fuentes distintas con conocimiento de la situación, la cancelación era algo ya casi descontado desde hacía varios días en el seno de la GSMA, que sólo había intentado ganar tiempo para cerrar todos los flecos vinculados, sobre todo, a posibles indemnizaciones y a coberturas ante los millonarios gastos de las empresas que tenían previsto asistir.

Aunque la japonesa NTT Docomo fue la primera gran teleco en dar el paso de anunciar su decisión de no acudir, los acontecimientos se aceleraron desde que el gigante estadounidense AT&T hiciera lo propio ayer por la tarde. Algunas de las telecos europeas estaban aguardando a los movimientos de las operadoras del otro lado del Atlántico. Y este era el definitivo. No tanto por el espacio expositivo, sino por el peso específico en el mercado (y en el núcleo duro de la propia GSMA).

El 'tira y afloja' acabó unas horas después. Deutsche Telekom era la primera europea y luego llegaron todas las demás... excepto Telefónica. Como ya estaba previsto, la operadora española, presidida por José María Álvarez-Pallete, mantendría una posición menos proactiva, al ser el baluarte del Mobile World Congress como anfitrión en España. De hecho, se limitó a enviar un comunicado en el que simplemente mostraba su comprensión ante la decisión de la GSMA.

Muchas dudas económicas

Pese a que la gran incógnita sobre la celebración ya está despejada, quedan aún muchas dudas sobre lo que sucederá en las próximas semanas. No se trata de una suspensión temporal, sino de una cancelación. Este año no habrá feria y por tanto se abre la puerta a reclamaciones económicas de compañías que han incurrido en gastos importantes difícilmente reembolsables a menos de una semana. Gastos como el propio alquiler del espacio, las reservas de hotel o los viajes en avión para los empleados y colaboradores.

Hay operadoras de telecos que tienen presupuestos de menos de 2 millones de euros y otras compañías con mayores despliegues que pueden multiplicar por más de cuatro esa cantidad. ¿La marcha de Deutsche Telekom y las demás antes de que se cancelara formalmente les impide reclamar? Depende de los contratos suscritos uno a uno entre estos grandes. Todo eso se dirimirá en los próximos días.

Desde la GSMA no han aclarado públicamente si planteará mecanismos para que los expositores, tanto grandes como pequeños, puedan hacer sus reclamaciones. Ni si serán ellos los que se tengan que hacer cargo de manera directa o las empresas aseguradoras. Esa será la siguiente batalla de este Mobile World Congress, el primero que se suspende desde que iniciara su andadura en 2006.

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