Desde 2015

Más datos, contenido y ahora un móvil: Movistar culmina seis años de subidas

Telefónica ha ejecutado varias reorganizaciones de sus paquetes y una decena de incrementos de precio con la misma estrategia: más dinero a cambio de más servicios, no siempre solicitados.

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El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
EFE

Mayo de 2015. Telefónica cumplía dos años y medio de funcionamiento de Fusión desde su lanzamiento, con el que revolucionó el panorama de las telecomunicaciones en España al aglutinar en una misma factura el móvil, el fijo y la televisión. En esa fecha entraba en vigor la primera gran subida de tarifas. En aquel entonces, la operadora lo justificaba triplicando la velocidad de las conexiones de internet. Eran 5 euros más al mes que para los que pagaban 42 euros por el paquete más pequeño suponía un esfuerzo significativo. Ese era sólo el principio.

En aquel año ya se bautizó esta estrategia tarifaria como el “Más por Más”: más servicios por más dinero en la factura a final de mes. Y entonces empezó una carrera por ir introduciendo más gigas de datos en las diferentes líneas móviles; más velocidad en las conexiones de fibra en el hogar, o más contenidos televisivos (fútbol incluido) en la oferta a cambio de entre 3 y 6 euros más mensuales. En total, desde ese 2015 se han ejecutado en torno a una decena de subidas relevantes, más allá de algunas reestructuraciones completas de la oferta de Fusión. Y muchas de ellas han sido ‘vendidas’ ante los analistas como avances en el objetivo por tratar de incrementar los ingresos medios mensuales por cada uno de los contratos firmados.

La tarifa más económica de la operadora en 2015 era Fusión TV Contigo, que incluía 100 minutos de llamadas a fijos y móviles, 500 megas con velocidad 4G en el móvil, fibra óptica y llamadas ilimitadas de fijo a fijo. El precio después de esa primera subida pasó a 47 euros. Tras la reorganización que acaba de ejecutar en este mes de abril, que implicará una nueva subida, el paquete de entrada es el llamado Fusión Cero, que tiene un precio de 58 euros, aunque lógicamente mayores prestaciones en conectividad especialmente en el lado del móvil.

El último paso que ha dado en esta estrategia ha sido comunicado esta misma semana. Hasta la fecha se habían esgrimido todos los productos a su alcance para acompañar las diferentes subidas: la velocidad de la conexión, los datos móviles o el contenido. Pero aún quedaba algo que, después de años de subsidios, había sido relegado a un segundo plano: los dispositivos móviles. Movistar ofrecerá la posibilidad de comprar un móvil durante los primeros años de contrato a cambio de un desembolso obligado mínimo de 3 euros más (y hasta 36 en caso de dispositivos de alta gama). En caso de renunciar al ‘smartphone’, la subida se mantendrá.

Este movimiento del líder del mercado, que acumula un 40% de cuota de mercado de servicios minoristas en España, marca un hito en estos años de paquetes convergentes en España. Está siendo analizado por el resto de rivales que, con toda probabilidad, deberán replantearse sus planes y darle más protagonismo a los dispositivos móviles -como han hecho también con las subidas de precios, que también han sido imitadas-. Orange y Vodafone temen que se regrese de nuevo al subsidio de los móviles, como sucedió hace más de una década, lo que llevó a un estrechamiento de márgenes de las operadoras. Desde Telefónica se avisa que no se trata de una subvención. La realidad es que esos 3 euros no cubrirían el coste total del móvil. Pero, según explican varios analistas, la subida lineal para todos hará que quienes no opten por adquirir el dispositivo paguen el coste del resto.

Pero, ¿cómo ha evolucionado el ingreso medio por cliente de productos paquetizados con fibra y móvil, junto con otras opciones como la televisión de pago? Según los propios números presentados por Telefónica en sus informes anuales, en 2014, primer año en el que se desglosaba lo que se conoce en argot como ‘ARPU’, ascendía a 69,3 euros con una tasa de abandono (denominada ‘Churn’) del 1,1%, especialmente baja. Desde ese año ha ido escalando progresivamente hasta llegar a 91,4 euros en diciembre de 2020, marcado especialmente por la pandemia del coronavirus. Este incremento se ha producido pese a la fuerte presión a la baja de las tarifas, en una batalla comercial con descuentos del 50% en muchos de los rivales (y en el propio portafolio de Telefónica).

La lupa del regulador

¿Cómo ha actuado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en este tipo de iniciativas comerciales? En 2015, tras la denuncia de varios consumidores, no actuó al entender que no se trataba de una decisión comercial “susceptible de afectar al interés público de la libre competencia”. Uno de los aspectos más polémicos entonces fue la coletilla ‘Para siempre’ de las primeras tarifas de Fusión. El organismo presidido en aquellas fechas por José María Marín Quemada aseguró que no obtuvo una “ventaja competitiva significativa” cuando utilizó ese gancho comercial. No se quedó ahí y también cerró la puerta a una posible concertación de precios entre la propia Telefónica y el resto de competidores, que le siguieron los pasos en estos incrementos de precios a cambio de más servicios. En el año 2016 tuvieron lugar varias demandas menores en los tribunales precisamente contra la subida de Fusión, con resultados dispares pero con una incidencia muy limitada.

El organismo de la competencia sí que ha lanzado varios avisos durante el último lustro ante, precisamente, la estrategia de ‘paquetizar’ los servicios -lanzada con Fusión y seguida por Movistar, Orange y el resto- lo que lleva a reducir la capacidad de elección de los consumidores y a elevar la probabilidad de estas subidas de precios. “Es cierto que están ofreciendo más calidad dentro de sus paquetes y ofertas de la mano de una tecnología vanguardista, pero la pregunta es si todo el mundo necesita eso que le están ofreciendo y si no preferiría pagar un poco menos y tener menos velocidad”, aseguró Marín Quemada en 2018.

Todos estos incrementos de precios se añaden a todo el proceso de diversificación de negocio que se ha llevado a cabo por parte de Telefónica y del resto de competidores, con el que buscan convertirse en el gran aglutinador de servicios en el hogar introduciendo nuevos servicios al margen de Fusión como las alarmas, los seguros, la energía o la financiación a corto plazo. ¿Qué sucederá en el futuro? En las últimas conferencias con analistas, los directivos de la operadora han defendido esta estrategia y sus beneficios en la cuenta de resultados y también como maniobra para enfriar un mercado especialmente promocional. 

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