La Navidad acaba con un tirón de orejas de la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, a European Land Systems-Santa Bárbara Sistemas, la división del gigante estadounidense de la Defensa y la industria aeroespacial, General Dynamics (GDLS). La ministra anunció ayer oficialmente lo que se filtró el pasado lunes a través de un documento interno de la dirección general de Armamento y Material. Y es que el Gobierno sacará a licitación pública el contrato de 2.100 millones de euros para producir 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8X8 Dragón después de haber rechazado la oferta de la empresa adjudicataria Santa Bárbara por incumplir los requisitos técnicos y económicos. Pero hay más en este cúmulo de noticias confusas y a goteo. El Gobierno en funciones declaró desierto el concurso apenas 72 horas después de dar luz verde en Consejo de Ministros la adenda económica que ampliaba los plazos para la entrega de los demostradores a la UTE entre Santa Barbara e Indra.
Santa Barbara termina lo que ha sido sin duda un año con un diciembre 'horribilis'. Poco ayuda la pataleta de última hora de esta compañía que, en contra de lo asegurado por Robles, difundió ayer a última hora su posición respecto al millonario concurso después de permanecer desde el lunes en silencio institucional. Santa Barbara ha negado que haya habido un incumplimiento por su parte "porque no existía un contrato, sino tan sólo una petición de oferta. No se puede afirmar, por tanto, que Santa Bárbara Sistemas se haya echado atrás", informa Efe. Y han insistido en que presentaron una oferta que respondía a las peticiones técnicas recogidas en el pliego de condiciones así como a los requisitos económicos, y que ha sido rechazada. Una decisión que entienden que se ha adoptado por un problema de presupuesto insuficiente para cubrir el alcance y las soluciones definidas en los pliegos de contratación.
Los empleos de Trubia, en vilo
Recordar aquí que el Ministerio declaró desierto el concurso para la compra de los blindados, para el que en julio había designado a Santa Bárbara como contratista principal de manera directa y sin concurso público. Y es que, para el departamento que dirige en funciones Margarita Robles, la filial de General Dynamics era entonces la "única opción con capacidad industrial suficiente" para afrontar el que va a ser el mayor contrato de armamento de la historia del Ejército de Tierra.
El escenario complica el futuro de principal factoría de Santa Bárbara, situada en la localidad asturiana de Trubia. Según desvela 'El Comercio', el Gobierno del Principado actuará como mediador entre Defensa y la empresa para que el 8x8 no se despida de la región de forma definitiva. E incluye declaraciones de la directora general de Industria, Rosana Prada, en este sentido. Se da la circunstancia de que la propia ministra cuenta con importante familia en la zona.
Una incógnita a despejar es qué va a suceder con los cinco demostradores para el 8x8 que está elaborando una UTE de la que también forma parte Santa Bárbara y que se inspiran en el "Piraña", uno de sus carros de última generación. Y es que, al abrirse el concurso de los vehículos de serie, es posible que el adjudicatario final elija otro modelo distinto al de Santa Bárbara.
Demoras también en Rumanía
La fabricación de los cinco demostradores se adjudicó a la UTE que conforman Santa Bárbara, Indra y Sapa en el año 2015, por un total de 89,2 millones. El contrato ha sufrido diversas vicisitudes que se han traducido en demoras del plazo de entrega. Los prototipos deberían haber estado listos el pasado julio, mes en el que la Legión tenía previsto iniciar las pruebas. La demora ha motivado la apertura de un expediente a la UTE, que se arriesga a sanciones de hasta 10.000 euros por día de retraso.
Con el tema de los retrasos también han tenido un problema en Rumanía. En 2018 este país les encargó 227 blindados 8x8 por casi 900 millones de euros. En concreto carros de combate Piraña V, un modelo ya adquirido por Dinamarca y la base sobre la que se están desarrollando los polémicos demostradores en España. Los trabajos arrancaron el pasado 6 de noviembre en la factoría de la firma local Uzina Mecanica Bucuresti (UMB) en Bucarest. Casi con 11 meses de retraso.
La prórroga tiene su multa correspondiente que podría elevarse a 8,5 millones, según fuentes conocedoras de la licitación. El Gobierno rumano llegó a reconocer la demora en la prensa local: "Según las disposiciones contractuales, los primeros 36 productos deberían haberse entregado dentro de los 12 meses posteriores a la firma del contrato resultante. Es decir en enero de 2019. Sin embargo, hay una demora y todavía estamos en el período de [gracia] de 60 días en el que la compañía podría cumplir", afirmó Ludovic Orban, primer ministro. Lo cierto es que los carros se empezaron a entregar en noviembre de este año, un retraso también motivado por el de las torres de Elbit, que van acopladas en el vehículo. Y como aclara la prensa: "El contrato firmado entre GDELS-Mowag y Rumania tendrá una cláusula de penalización incorporada".
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