Durante el estado de alarma

Del hacinamiento a trenes vacíos en un mes: los Cercanías se quedan sin viajeros

  • Los datos provisionales de los últimos cinco lunes evidencian que el servicio más concurrido de Renfe ha resuelto el problema de las aglomeraciones 
Los Cercanías de Madrid y Barcelona suponen el 75% de los viajeros de Renfe
Los Cercanías de Madrid y Barcelona suponen el 75% de los viajeros de Renfe

Todas los días a la hora de comer y acompañada de los jefes uniformados de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y también de Fernando Simón vía conexión telemática tras su positivo por coronavirus, comparece una mujer cuyo rostro se está haciendo familiar: la secretaria general de Transportes, María José Rallo, detalla cómo el transporte por carretera, tren y avión en España se ha reducido a algo prácticamente testimonial. "En hora punta de este miércoles ha habido un repunte nada significativo en Cercanías, pero no se han identificado episodios de aglomeraciones", informaba Rallo. 

Hoy hace justo un mes, el lunes 16 de marzo, se producía el primer día laborable tras el decreto sobre el estado de alarma. Y las imágenes de aglomeraciones en Atocha se convirtieron en un lluvia de críticas contra el Gobierno, que defendió que fue una situación puntual y achacó el hacinamiento a una avería. Aquel día sin embargo subieron al Cercanías 129.169 personas, el 13,5% de la afluencia en un día de trasiego, según los datos provisionales de Renfe recabados por La Información. Desde entonces los usuarios no han rebasado nunca la barrera de los 100.000 viajeros.

A partir de los datos -provisionales- en los Cercanías de Madrid de los cuatro lunes siguientes (23 y 30 de marzo, 6 y 13 de abril), Renfe ha conseguido evitar las escenas de hacinamiento en el servicio más popular y concurrido de la empresa pública: a pesar de la inversión en el AVE, éste solo supone el 8% de los viajeros anuales de Renfe (en el entorno de 25 millones de viajeros), como suele recordar el ministro José Luis Ábalos. Solo en 2018, los núcleos de Cercanías de Madrid y Barcelona congregaron al 75% de los 510 millones de viajes que opera Renfe. 

Del 13,5% al 5,4%

Las fuentes consultadas reconocen que el mérito del operador es grande, teniendo en cuenta el declive que vive el servicio en Madrid y en Barcelona. Desde hace años es un asunto recurrente en la prensa: en noviembre de 2017 un tren se averió a 100 metros de llegar a Atocha y las imágenes de un centenar de viajeros andando sobre las vías para alcanzar la estación dieron la vuelta al país. Por no hablar de los continuos retrasos. 

Así, el 23 de marzo -segundo lunes de confinamiento- el número de pasajeros fue de 83.380; el 30 de marzo (tras el cerrojazo y la declaración de servicios esenciales), de 60.225 personas; el 6 de abril Lunes Santo, de 52.153 pasajeros; y el pasado lunes 13 de abril, un pequeño repunte de 69.744 viajeros. Se consolida una forma de "V" tras acabar las medidas excepcionales aprobadas el 28 de marzo. Los números absolutos anteriores son el 9,1%, el 6,3%, el 5,4% y el 7,3% de los pasajeros totales en un día de "intensidad alta" (950.000 personas) según María José Rallo. En un "día normal", el Cercanías de Madrid recibe a más de 700.000 viajeros, recuerda Renfe.

Adiós a la tendencia al alza

Contrariamente a lo que mucha gente cree, la creación del Cercanías de Madrid a finales de los años 80 revolucionó más la Renfe que la llegada del AVE de abril de 1992 en la línea Madrid-Sevilla: la creación del abono-transporte y la conexión con las localidades del sur de la Región permitieron a millones de trabajadores desplazarse en tren a diario; hoy, a pesar del declive, el servicio madrileño constituye actualmente la mitad de los viajeros de Renfe Operadora (256 millones en 2018). Los Rodalíes de Barcelona que gestiona la Generalitat -muchos de los trenes están explotados por Renfe- suponen aproximadamente la mitad, 128 millones de pasajeros al año (2018). El resto de núcleos de Cercanías (Murcia, Comunidad Valenciana, Sevilla, Málaga) son menos importantes en términos de viajes. 

El coronavirus rompe asimismo la tendencia alcista del Cercanías de Madrid, que batió todos los registros en 2018: los 256 millones de usuarios marcan el récord histórico, por encima del fijado en 2006 (255 millones de viajeros). En 2009 se produjo un desplome espectacular: de 248 millones de viajeros el año anterior se pasó a 228 millones. Hasta 2016 las cifras de tráfico no remontaron, cuando el servicio alcanzó los 242 millones de pasajeros, 10 millones más que en 2015. 

A su llegada al ministerio en junio de 2018, Ábalos quiso cambiar la inversión en AVE por la del tren convencional. Destinó más presupuesto al ancho ibérico que a la alta velocidad en los fallidos Presupuestos Generales del Estado para 2019, que finalmente ERC tumbó. Y este verano el Ministerio de Transportes quiso hacer adjudicaciones de material rodante por valor de 4.500 millones, incluida la compra de 250 nuevos trenes de Cercanías. El Covid-19 ha dado con todos los planes al traste, porque no solo no se sabe con exactitud cuándo realmente terminará el confinamiento, sino que el miedo al contagio y el fomento del teletrabajo incidirán negativamente sobre el transporte público. Por ahora, para Renfe lo importante es que no vuelvan a producirse aglomeraciones. 

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