Deutsche retira la venta del negocio en España por bajas ofertas y su potencial

Las insatisfactorias ofertas recibidas por Deutsche Bank sobre su negocio minorista en España inclinan al grupo a dar un giro de 180 grados en su estrategia. El gigante alemán ha desistido de vender la unidad de banca retail y se embarcará en un plan para reforzar la franquicia, persuadido sobre las posibilidades que ofrece por la misma cúpula directiva de la entidad en España.

La decisión de paralizar la desinversión, que gestionaba directamente la banca de inversión del grupo desde Londres, ha sido aprobada por el consejo de administración de Deutsche Bank y comunicada a la plantilla de la entidad afectada, indicaron fuentes al corriente del proceso. En el banco argumentaron la decisión en que se trata de un negocio "exitoso y rentable" que prefieren mantener. 

La venta del negocio de banca minorista y de pymes en España -se excluyó la banca de inversión, de empresas y gestión de activos o banca privada- se lanzó en la primavera dentro de las desinversiones proyectadas por el grupo para fortalecer su solvencia y junto a la ampliación de capital por 8.500 millones de euros cerrada el pasado mes de abril. El plan de desinversión se circunscribía a sus aproximadamente 230 sucursales y los servicios centrales, situados en Madrid.

Entre los interesados por la franquicia se han citado a ING Bank, Crédit Mutuel -el socio francés del Popular con ganas por reforzarse en España-, BBVA y, sobre todo a Abanca, entidad esta última que se sumó en el último momento y que parecía bien situada para quedarse con la unidad.

A la entidad gallega presidida por Juan Carlos Escotet le habría reforzado su presencia geográfica fuera de Galicia, donde ubica el 80% de la red. Abanca cuenta además con un colchón de 1.800 millones en excedente de capital, que está decidida a utilizar para financiar adquisiciones que encajen en su estrategia.

Un negocio rentable, con 16.000 millones gestionados

El negocio de Deutsche Bank que se encontraba en el escaparate alcanza los 16.000 millones en activos gestionados y dispone de unos 2.300 empleados en plantilla. En el primer semestre la entidad ganó en España 6,33 millones que, si bien implica un descenso interanual del 77,25% por los esfuerzos en provisiones, constata que es una actividad rentable. Algo que ha podido ayudar a inclinar la balanza y convencer al grupo para que no enajene la banca minorista, la única a la sazón de un banco extranjero ya en el España.

Hace poco menos de un mes la directiva del banco en España tuvo ocasión de explicar las fortalezas y oportunidades para la filial al mismo consejero delegado del grupo, John Cryan, de visita por Madrid para entrevistarse con clientes y con autoridades regulatorias y supervisoras. Con la ampliación completada por el grupo y desinversiones exitosas de otras unidades en distintas regiones, la opción de mantenerla frente a su colocación a un precio insatisfactorio fue ganando peso.

Y es que en su proceso -y ofertas recibidas- ha pesado el contexto financiero y económico. Los grandes bancos se desmarcaron en su arranque al segregarse del negocio ‘a la venta’ la unidad de gestión de altos patrimonios. Nada ayudó tampoco el momento elegido porque tropezó con la crisis del banco Popular o la salida a bolsa de Unicaja.

Y, aunque Deutsche nunca ha confirmado oficialmente ni siquiera que analizase la desinversión, en el mercado se especuló con que inicialmente buscaba recaudar 2.000 millones que se redujeron a 700 millones, al limitar la actividad enajenable a la banca retail. Un precio así suponía fijar la tasación en 0,5 veces su valor en libros, conforme a cálculos de analistas. Las ofertas puestas sobre la mesa han sido, según varias informaciones no desmentidas ni confirmadas por la entidad, 200 millones inferiores.