Dia traslada al empleo su crisis y anuncia 2.100 despidos tras unas cuentas en rojo

  • La empresa declara pérdidas históricas de 352 millones de euros e inicia el periodo de consultas para poner en marcha un ERE en España.
Exterior de un supermercado de Dia.
Exterior de un supermercado de Dia.
EP

En plena crisis corporativa y tras asumir las mayores pérdidas de su historia, Dia anuncia el recorte de hasta 2.100 empleos en España, casi uno de cada diez de sus empleados en su país de origen. "Se ha acordado que se proceda al inicio de un procedimiento legal de despido colectivo para Dia y Twins [sus filiales en España] que contemple la extinción de un máximo de 2.100 contratos de trabajo", explica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El recorte, asegura, está "sujeto al cumplimiento de los requisitos y procedimiento legalmente previstos. A tal fin se ha acordado que se comunique a los representantes de los trabajadores (o, en su caso, a los trabajadores) la intención de iniciar un período de consultas para el desarrollo del citado despido colectivo en Dia y Twins", argumenta como justificación al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que tendrá que poner en marcha en las próximas semanas.

A las espera de más detalles sobre qué empleados estarán afectados, Dia suma una plantilla de 26.000 trabajadores en España, de los que el 70% son mujeres. De esta forma, el ERE afectará, prácticamente, al 10% de su plantilla en España e impactará a sus tiendas tradicionales y, también, a Twins, la cabecera social de la la enseña Maxi Dia.

Pérdidas históricas

El anuncio del recorte de plantilla, se produce en la misma jornada en la que Dia ha presentado sus resultados correspondientes al año 2018 y, como era de esperar en un ambiente tan enrarecido, no han sido buenos: la empresa de distribución ha cerrado su año más difícil con unas pérdidas de 352 millones de euros frente a los poco más de 100 millones de euros de beneficio con los que acabó el ejercicio de 2017.

Su responsable financiero, procedente de la constructora OHL, Enrique Weickerd, ha asumido en la conferencia con analistas el difícil entorno en el que se ha movido la compañía, con 'profit warning' incluido, en el que la deuda neta de la empresa se ha situado por encima de los 1.451 millones de euros. Y las pérdidas tienen un efecto rebote. A la espera de la inyección de capital que tiene que poner en marcha, Dia está en causa de disolución. "Como consecuencia de la pérdida neta de 352,6 millones reportada en 2018, el patrimonio neto consolidado de la compañía se transformó en un valor negativo de 166,1 millones de euros al final de 2018, con un patrimonio negativo de 99 millones en la sociedad matriz", reconoce a la CNMV.

No es sólo un problema financiero, también de negocio. La compañía ha confirmado el pinchazo de sus ventas netas en el último año, que han pasado de los 8.200 millones que ingresó en el conjunto del año 2017 a 7.288 con los que terminó el año pasado, es decir, que ha recortado en más de un 11% sus ventas anuales.

Tropiezo en todos los mercados

De los 352 millones de pérdidas que Dia se atribuye en sus cuentas, un total de 321 millones se deben a su negocio en España (en 2017, el mercado nacional supuso beneficios de 93 millones). Portugal, que en 2017 había contribuido con casi 10 millones a los números negros, este año ha supuesto una merma de 13,5 millones de euros. Y Brasil, que aportó unos 20 millones al beneficio de 2017 ha restado 5,6 millones en 2018. En cuanto a los que ya restaban, Argentina pasa de unos 600.000 euros de pérdidas en 2017 a 8,4 millones de euros en rojo y China, de 21 millones a 3,4 millones.

Nada más conocerse estas primeras cifras, las acciones de Dia han abierto con caídas en torno al 2% en la apertura del mercado, a la expectativa de lo que pueda suceder también en las próximos horas en torno a la oferta de Mikhail Fridman por hacerse con la compañía.

El consejero delegado de Dia, Borja de la Cierva, ha esquivado las cuestiones de los analistas sobre cuál es la opinión del consejo sobre la opa del inversor ruso, asegurando que la compañía está comprometida con la inyección de capital que se ha pactado con la banca, los 600 millones de euros que debe lograr vía ampliación de capital. La compañía cree que, pese a los despidos, las perdidas y la reestructuración que tiene en marcha, con esa cifra puede rearmar su capital.

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