Adolfo Domínguez vuelve a 'abrazarse' a un ex de Inditex para salir de pérdidas

  • Da una nueva vuelta de tuerca a su dirección con el nombramiento de Antonio Puente como director de operaciones y mano derecha de Adriana Domínguez.
Tienda de Adolfo Domínguez en México.
Tienda de Adolfo Domínguez en México.

Los últimos meses de la cúpula directiva de Adolfo Domínguez no han sido precisamente tranquilos. El cese hace un año de su anterior consejero delegado, Estanislao Carpio, iba a derivar en el nombramiento de un nuevo CEO, un ex de Inditex, pero las pretensiones económicas del griego Costas Antimissaris, no cuadraron con las de la compañía gallega. Al final, en julio, la dirección quedó en manos de una de las hijas del fundador, Adriana Domínguez.

No está sola en esta tarea. La nueva directora general ha recurrido, otra vez, a un ex de Inditex para poner orden en las finanzas de la empresa, que suma 505 tiendas en 30 países. Se trata de Antonio Puente, que será nuevo director de Operaciones. Puente 'aterrizó' hace dos años en Adolfo Domínguez, tras pasar por la multinacional dueña de Zara o por la enseña de bolsos y complementos de alta gama Coach.

“Su nombramiento es, sobre todo, por su perfil financiero”, explican desde el grupo. “Es un paso más en la transformación. La primera ejecutiva es Adriana, pero él va a ser el segundo de a bordo y el responsable de las finanzas de la compañía”, añaden.

El perfil de Puente deja claro sus dos puntos fuertes: está especializado en el control financiero y conoce al detalle el mercado japonés. En el país asiático fue responsable de ventas de Zara (entre 2000 y 2001) y 'financial controller' de la marca insignia de Inditex (de 2007 a 2008).

El directivo, entre medias, fue responsable de las finanzas del gigante de los neumáticos francés Michelín, de nuevo en Japón y Asia. Después, desembarcó en la estadounidense Coach y, desde allí, volvió a Japón con Adolfo Domínguez. Primero, para dirigir las finanzas del negocio y, luego, todo el día a día de la filial nipona, que suma casi una veintena de tiendas. Puente sólo lleva un año en España. Su principal tarea, dar la vuelta a las cifras de la compañía que lleva el nombre de su fundador.

Números rojos

Adolfo Domínguez volvió a números rojos al cierre de 2016. Perdió más de 23 millones en el conjunto del ejercicio. En este 2017, ha comenzado a virar los resultados pero sin entrar en positivo. En el primer trimestre del año, la textil perdió más de 2,7 millones de euros (frente a los 4,2 millones de hace un año).

Más allá de su resultado neto, uno de los parámetros a los que tiene que dar un giro es la posición financiera neta de la empresa, la diferencia entre la deuda financiera y los activos financieros líquidos. Es decir, el 'dinero' del que dispone para su operativa cotidiana. Hace un año, al cierre del primer trimestre fiscal (que concluyó el 31 de mayo) tenía 9,9 millones de euros. Este año, en ese mismo periodo, ese ratio se ha recortado hasta 2,1 millones.

han dado un vuelco a positivo las ventas, que en el primer trimestre se han disparado más de un 17%, hasta 22,6 millones de euros. Es el primer paso después de que el fundador de la firma criticase duramente al anterior equipo directivo, encabezado por Carpio. “Hubo cuatro años con otra gente en los que tuvimos resultados inesperadísimos. En 2016, perdíamos 20 euros de cada 100, hoy en día ganamos dos de cada 100”, aseguró el fundador de la enseña la pasada primavera.

Con su hija Adriana al frente de la firma, también se ha reforzado el comité de dirección con tres nuevos nombres: Pablo Aranda Riveiro, director de 'ecommerce'; Mario Ávila Molina, director de Comunicación; y María Pérez Mantecón, como directora de Control de Gestión. Y los cambios que tienen por delante en la estrategia de la empresa están claros. “Mejorar la organización, productos, modelo de tiendas, rentabilidad de las ventas y comunicación de la marca”, enumera la propia compañía al hablar de los retos que tiene por delante.

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