El Corte Inglés se plantea una acción social de responsabilidad contra Gimeno

  • El grupo vencedor acusa al expresidente de perjudicar a la empresa por bloquear una emisión de bonos por 1.200 millones. El cesado también maniobra
El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno.
El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno.
José González
El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno.
El expresidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno / José González

El Corte Inglés no se ha pacificado, ni mucho menos, con la destitución de Dimas Gimeno y la elección de Jesús Nuño de la Rosa como nuevo presidente. El histórico relevo del primer ejecutivo ha supuesto una victoria parcial de las hermanas Álvarez Guil, Marta y Cristina, y de la vieja guardia, pero la tranquilidad interna no está garantizada. Hay en marcha dos movimientos de cara a la próxima junta de accionistas que podrían complicar aún más la situación: uno del bloque ganador contra Gimeno y otro en sentido contrario. Se avecina, por tanto, una cita de 'infarto' el próximo domingo 31 de agosto.

El consejo de administración de El Corte Inglés que acabó con el cese fulminante de Dimas Gimeno este jueves fue un mero trámite. Nueve de los diez consejeros votaron a favor de su destitución y el afectado ni siquiera accedió a la sala de juntas de Hermosilla donde se celebró la reunión. Se quedó en su despacho y después de una hora recibió la noticia de que había perdido todos sus poderes ejecutivos en detrimento de Nuño de la Rosa. Así, de forma exprés, se ha puesto fin al mandato de un presidente que sucedió a su tío Isidoro Álvarez tras el inesperado fallecimiento en 2014.

Pero las hermanas Álvarez Guil no han dado la batalla por finiquitada. Según explican fuentes cercanas a la compañía, el bloque vencedor que ellas capitanean junto a la vieja guardia está estudiando la posibilidad de interponer una acción social de responsabilidad contra Dimas Gimeno por entender que las decisiones del expresidente han causado un serio daño a El Corte Inglés al, por ejemplo, bloquear una emisión de bonos por valor de 1.200 millones de euros. La medida también actuaría de forma preventiva ante lo que pueda pasar en el futuro si el expresidente sigue litigando. Y es que de prolongarse la crisis interna y la parálisis financiera, el grupo puede enfrentarse a males mayores.

Esta acción social de responsabilidad serviría para defender los intereses sociales de El Corte Inglés. No en vano se trata de una reclamación extraordinaria regulada en la Ley de Sociedades de Capital, donde se establece que la misma puede ser ejercida por la propia sociedad o, con carácter subsidiario, por parte de los accionistas y acreedores. Interponerla tendría que pasar por un acuerdo previo de un 5% del capital social y el objetivo último es que se condene al demandado a reintegrar la cantidad estimada por el daño causado por su gestión.

En definitiva, una acción social de responsabilidad de los consejeros vencedores de El Corte Inglés pondría a Gimeno en un serio aprieto, ya que podría ser condenado a abonar cantidades millonarias a la sociedad de la que todavía conserva algo más del 7%. 

La reacción de Dimas Gimeno

Dimas Gimeno, por su parte, tiene previsto revolverse y pelear hasta el final en el seno de la compañía. Ya está cesado, pero una de sus últimas acciones ha sido enviar una carta a los más de 91.000 empleados que tenía a sus órdenes hasta este jueves en la que firmaba como "vuestro presidente" y en la que denunciaba que sus primas "están impulsando mi destitución fundamentalmente por mis denuncias sobre los indicios de irregularidades en algunos departamentos de la compañía". 

El objetivo último de Gimeno es impugnar el consejo de administración de este jueves y para preparar su estrategia ha contratado los servicios del bufete Cremades & Calvo Sotelo. El sobrino de Isidoro Álvarez, que conservará su despacho en Hermosilla aunque ya sin firma, está herido y tiene la vista puesta en la junta de accionistas del 31 de agosto. Ya ha puesto en marcha un plan que pasa por aglutinar a los accionistas minoritarios. Son en torno a 3.000-4.000 inversores, la mayoría empleados del grupo, que podrían 'reventar' la junta de dentro de dos meses y medio y plantar cara a las hermanas Álvarez y a la vieja guardia del grupo.

En caso de que Dimas Gimeno consiga impugnar el consejo de administración que ha terminado con su cese, un juez podría decretar medidas cautelares. Si fuera así, incluso llegaría a la citada junta como presidente. Si no lo consigue, al menos en el cónclave se comprobará la enorme división entre un grupo y otro.

En cualquier caso, ese foro del último día de agosto será de lo más movido, ya que las hermanas Álvarez pretender ejecutar un nuevo reparto de sillones en el consejo de administración, donde Dimas Gimeno ha sido recolocado a la espera también su expulsión definitiva. Su objetivo es convertirse en representante en el máximo órgano de dirección de estos centenares de accionistas minoritarios.

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