Draghi se harta de críticas: reclama a los bancos (otra vez) fusiones inmediatas

  • El presidente del BCE eleva el tono y carga duramente contra el exceso de capacidad y el déficit tecnológico del sector bancario europeo. 
Mario Draghi en la reunión del BCE, Banco Central Europeo
Mario Draghi en la reunión del BCE, Banco Central Europeo
EFE

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, está harto de los lamentos de la banca, que culpa reiteradamente a la institución con sede en Fráncfort de sus problemas de rentabilidad. Cansado de estas críticas, el banquero italiano ha alzado la voz y urge a las entidades a emprender fusiones y a invertir en tecnología para ganar eficiencia y reducir unos costes, en su opinión, desorbitados.

Apenas una hora después de anunciar un nuevo recorte de los tipos oficiales de interés, un periodista preguntó al presidente del BCE qué opinaba de las críticas a su política monetaria que realizaron los máximos responsables Deutsche Bank y UBS, dos de los mayores bancos de Europa, a comienzos del mes de septiembre, cuando advirtieron de los "graves" efectos secundarios que tendría para el 'Viejo Continente' haber vivido con tipos negativos durante cinco años, una situación que incluso podría llegar a "arruinar" el sistema financiero en su conjunto.

Un tanto molesto, Draghi elevó el tono y aseguró que los bancos deberían preocuparse por rebajar unos costes que están "lejísimos" de cualquier indicador promedio antes que criticar unos tipos de interés en negativo. "La necesidad de ajustar el modelo de negocio a la digitalización, a los cambios tecnológicos, es algo mucho más imperioso que estar enfadado por los tipos negativos", contestó el banquero central durante su penúltima rueda de prensa al frente del BCE.

"Existen ciertas debilidades estructurales en el sector bancario -más pronunciadas en ciertas partes de la eurozona que en otras- y creo que este tipo de consideraciones afectan mucho más que las tasas negativas a la rentabilidad de las entidades y a su capacidad para prestar", agregó Draghi, que con estas declaraciones trata de poner de manifiesto que la ratio de eficiencia (indicador que mide la relación entre costes e ingresos y que es mejor cuanto más bajo) del sistema bancario comunitario se sitúa cerca del 70%.

Esto significa que, de media, los bancos de la Unión Europea (UE) tienen que gastar 70 euros para ingresar 100. Esta ratio ronda el 80% en países como Alemania y Francia, y en Bélgica supera el 90%, lejos del 50% en el que se ha situado tradicionalmente. En cambio, las entidades españolas, después de años de contención en los gastos, están a la cabeza de Europa en eficiencia, cerca de los niveles que pide el mercado actualmente.

Despido de empleados y cierre de oficinas para ser rentable

En cualquier caso, para atajar esta situación, el remedio que ofrece el BCE es claro: fusiones. Y es que como Draghi ha asegurado en ocasiones anteriores este mismo año, la única alternativa para solventar el exceso de capacidad de la banca europea en término de empleados, sucursales y gastos es la consolidación, que, unida a la digitalización, ayudará a las entidades a ajustar su escala y poder ser competitivas de nuevo.

En España, la única operación que ha estado públicamente encima de la mesa ha sido la fusión entre Unicaja y Liberbank, que oficialmente se frustró por un desencuentro en cuanto al precio, aunque fuentes financieras explican que el divorcio entre ambas entidades tuvo más que ver con una ampliación de capital que exigía el BCE que, en la situación actual del mercado, hubiera diluido a las Fundaciones Bancarias que las controlan más de lo que estaban dispuestas a permitir.

No obstante, no se descarta que la antigua caja andaluza y la asturiana lo intenten de nuevo, algo que fuentes financieras creen más probable que un nuevo intento por parte de Abanca, que se habría dado por vencida en sus intento de reforzarse en el noroeste español con la compra del grupo que comanda Manuel Menéndez. Y es que Cajastur, prácticamente, tiene derecho de veto sobre cualquier OPA que se realice en Liberbank, de acuerdo al pacto parasocial firmado en 2015 con Caja Cantabria y Caja de Extremadura.

Otra operación que llegó a plantearse seriamente pero que nunca se ha reconocido abiertamente fue la fusión entre Bankia y Sabadell, operación en la que incluso se llegó a diseñar el gobierno corporativo de la entidad resultante, pero que se paralizó a raíz  del cambio de Gobierno que motivó la moción de censura a Mariano Rajoy y que llevó a Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa hace ya cosa más de un año.

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