Siguen las negociaciones con la banca y SEPI

La Covid salva las cuentas sin auditar de Duro Felguera y le libra de la disolución

La compañía asturiana ha presentado a CNMV un informe de cierre de 2020 en el que se refleja que tiene patrimonio y fondo de maniobra en negativo. Un decreto del pasado abril le salva de la quiebra técnica.

Duro Felguera
Duro Felguera envía a la CNMV las cuentas sin auditar de 2020.
EUROPA PRESS

Duro Felguera ha apurado el plazo legal y enviado a solo una hora del final del mes de febrero su informe de cuentas 2020 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El documento no comprende ni incluye el habitual informe de auditoría y refleja que la compañía se ha salvado de la causa de disolución gracias al Real Decreto 16/2020, de medidas procesales y organizativas para hacer frente al Covid-19 en el ámbito de la Administración de Justicia; es decir, las medidas tomadas para hacer frente al virus han conseguido que se salve del abismo financiero. 

A cierre del ejercicio, según sus propios datos, la sociedad presenta un patrimonio neto negativo por importe de 150,1 millones de euros, ascendiendo el patrimonio neto del grupo a 146,7 millones de euros negativos tras las pérdidas registradas en el ejercicio 2020. Adicionalmente, en la misma fecha, el fondo de maniobra también se encuentra en negativo, con una cifra de 204,1 millones de euros.

La norma aprobada el pasado mes de abril permite a las empresas evitar la causa de disolución al no tomar en consideración las pérdidas cosechadas durante el ejercicio 2020. En concreto, el texto refiere que si en el resultado del ejercicio 2021 se apreciaran pérdidas que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social, será entonces cuando se deberá convocar la junta para proceder a la disolución de la empresa. 

La compañía asturiana que capitanean Rosa Aza y José María Orihuela lleva meses inmersa en dos negociaciones paralelas -con la banca y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)- para conseguir liquidez, avales para nuevos proyectos y un socio que entre en el capital y reflotar la compañía. Todas las vías siguen abiertas en este momento y cualquiera de ellas necesita del resto para que la empresa consiga salir adelante. 

En el caso de la solicitud al fondo público de rescate para empresas estratégicas, la empresa pidió primero la entrada en el capital a través de una ampliación de 30 millones de euros y un préstamo participativo de 70 millones. Adicionalmente, a finales del pasado mes de diciembre, solicitó otros 20 millones de euros más a través de un préstamo ordinario. En total, 120 millones que auxiliarán las cuentas en las que la compañía ha perdido 171 millones en el último año.

Por el lado de la banca, la negociación se centra en la refinanciación de 85 millones de euros en deuda con un grupo de bancos que encabezan Santander y Bankia y en el que también están CaixaBank, BBVA y Sabadell. Adicionalmente, también ha solicitado una línea de hasta 100 millones en avales con garantía de Cesce. La cuestión lleva semanas atascada en la negociación de los plazos de vencimiento entre la parte pública y la privada, señalan fuentes financieras.  

El 'annus horribilis' de Duro Felguera

El 2020 ha sido un año duro para la compañía. En el informe de cuentas, Duro Felguera señala que "la virulencia con la que está azotando la crisis sanitaria en el entorno económico global ha impactado de forma muy significativa en la actividad y en el Plan de Caja de la compañía". La empresa señala que durante este ejercicio se ha encontrado con una caída de la contratación motivado por la ralentización en las decisiones de inversión por parte de los potenciales clientes e importantes retrasos en la ejecución de los proyectos en cartera causados por las restricciones a la movilidad. 

Además, destaca la falta de avales y los retrasos sufridos en los cobros de algunos clientes. De igual forma, la desaceleración sufrida en el mercado inmobiliario durante el último año "ha imposibilitado la prevista venta de activos no estratégicos". Todo ello, ha llevado a un deterioro en la posición de caja de la compañía y hace indispensable que se apruebe el plan de reestructuración de la banca y la ayuda del fondo SEPI. En ausencia de estos apoyos, "el grupo podría llegar a tener graves dificultades para mantenerse en funcionamiento".  

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