Incluye a BBVA, Santander, Sabadell y Bankinter

La EBA someterá a los bancos a unos escenarios de recesión hasta el 2023

Uno de los grandes desafíos de los test para los 50 bancos europeos examinados sería soportar el impacto de un bajón de los precios inmobiliarios del 16,1% para la vivienda y del 31,2% para los bienes comerciales.

Nueva sede de la EBA en París
Sede de la EBA en París

La Agencia Bancaria Europea (EBA) someterá este año a los grandes bancos a unos test de estrés que incluirá un escenario adverso en el que la economía de la Unión Europea (UE) continuaría en recesión durante los próximos años hasta 2023, por la prolongación de los efectos de la crisis del coronavirus.

En ese escenario presentado este viernes por la EBA -que insistió en que no es una previsión-, el producto interior bruto (PIB) de la UE, que ya ha retrocedido un 6,9% en 2020 por el choque de la pandemia, caería de nuevo un 1,5% este año, un 1,9% en 2022 y un 0,2% en 2023. En paralelo a ese descenso acumulado de la actividad del 3,6% en esos tres ejercicios, la tasa de paro aumentaría en 4,7 puntos porcentuales hasta el 12,1%.

En ese contexto, uno de los grandes desafíos para los 50 bancos europeos examinados -entre ellos los españoles BBVA, Santander, Sabadell y Bankinter- sería soportar el impacto de un bajón de los precios inmobiliarios del 16,1% para la vivienda y del 31,2% para los bienes comerciales en el periodo que va de finales de 2020 a finales de 2023. A eso se uniría un hundimiento del 50% del precio de las acciones en 2021 por la caída de la rentabilidad y las quiebras de empresas.

En el caso particular de España, el escenario adverso supondría una baja del PIB del 0,9% en 2021 y del 2,8% en 2022, a lo que seguiría una muy ligera recuperación del 0,5% en 2022. El desempleo se incrementaría en 6,1 puntos porcentuales en esos tres años, hasta el 21,9% en 2023 y el valor de los bienes inmobiliarios se desplomaría un 17% para la vivienda y un 26,8% para las propiedades comerciales.

Junto a esas hipótesis particularmente pesimistas, la EBA evaluará la resistencia de esas 50 grandes entidades bancarias de la Unión Europea y de Noruega que representan el 70% de los activos del sector a otras basadas en las proyecciones hechas por los bancos centrales en diciembre. En ese caso -que tiene muchas más probabilidades de concretarse en la realidad- la UE tendría un crecimiento del 3,9% este año, del 4,2% el próximo y del 2,3% en 2023. Los resultados de este estudio de evaluación se publicarán a finales de julio.

El quinto ejercicio de los test de estrés que debería haberse realizado en el verano de 2020 fue cancelado el pasado mes de marzo por la irrupción de la epidemia de coronavirus, ya que se consideró que en lugar de dedicar esfuerzos a esa operación, la prioridad era hacer frente a la crisis. Con estas pruebas de transparencia sobre el estado del sector bancario se trata, en particular, de ver si son suficientes los colchones de capital que han constituido en los últimos años para cubrir eventuales pérdidas y afrontar reveses económicos.

El escenario adverso planteado esta vez es, en términos relativos, menos duro que el que se había planteado hace ahora un año para las pruebas finalmente anuladas, ya que entonces se proyectaba un recorte acumulado del PIB de 4,3 puntos porcentuales en tres años. La razón que da la EBA es que al elaborarse todavía no se había producido el descalabro económico generado por la Covid durante 2020, y por tanto ahora el punto de partida es en este momento mucho más bajo.

Los países que tienen más bancos en la lista de los que se someterán a examen son Alemania (7), Francia (7), Italia (5), Holanda (5) y España (4) y Suecia (4). En el caso de España, si se compara con el ejercicio precedente, Bankinter ha sustituido a CaixaBank, que se encuentra en proceso de absorber a Bankia.

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