Ebury, la nueva compra fintech de Botín, apuesta por salir a bolsa a medio plazo

  • La startup competirá con el Banco Santander en Reino Unido, España y Polonia y ambos irán de la mano juntos para prestar el servicio en Latinoamérica.
Luis Azofra, director general de Ebury en España
Luis Azofra, director general de Ebury en España

Es su mayor compra de una startup fintech hasta la fecha. Y una de sus grandes apuestas en este sector tras años de inversiones en compañías internacionales. Santander ha puesto sobre la mesa algo más de 400 millones de euros para hacerse con el 50,1% de la plataforma española especializada en el intercambio de divisas Ebury. La tecnológica, con sede en Londres, Madrid y Málaga, mantiene sus planes pese a este aterrizaje de renombre: busca la salida a bolsa a medio plazo.

Santander sorprendió la pasada semana con el anuncio: ejecutaba una inversión con la que destinaba unos 80 millones de euros al cambio en una ampliación de capital para financiar el crecimiento y 325 millones para recomprar títulos a fundadores y fondos que conformaban el accionariado de Ebury. Con este desembolso, la compañía quería ahorrar tiempo e inversión en recursos propios para poner en marcha algo similar desde cero, según explica en una entrevista con La Información el director general de la startup en España, Luis Azofra, quien aterrizó en su cargo en el mes de agosto procedente de BBVA.

Ese anuncio era la culminación de meses de negociaciones y de una importante 'due dilligence' no sólo para indagar en el negocio, sino en el área tecnológica. Ebury no sólo mantuvo conversaciones con el banco presidido por Ana Botín, sino también con otros fondos de inversión con los que estudiaba una posible ampliación de capital. Fue un proceso en paralelo que desembocó en la firma con la entidad española. Desde la startup entendían que era su mejor opción.

Ese acuerdo no sólo permitirá a Ebury seguir operando con independencia con su propia marca en los mercados en los que está presente -y hacer un 'cash out' parcial entre todos los accionistas, incluidos los fundadores-. Tal y como explican desde la startup, esa autonomía también la tendrán en la gestión -en el consejo no hay mayoría del banco-. La tendrán después de que se apruebe por ambas partes un plan de negocio para los próximos años en los que se diseñará de manera conjunta y consensuada la hoja de ruta de expansión, especialmente en Latinoamérica. ¿La razón? Según el directivo en España, han entendido que esa libertad va a permitir un mejor desarrollo del proyecto que si toman el control absoluto del día a día. Sí que habrá un miembro en el consejo de administración que es Sergio Rial, consejero delegado de Santander Brasil.

Y esa independencia les permite también mantener los planes de salida a bolsa que ya estaban sobre la mesa en la compañía. De hecho, Azofra apunta a que esa es la opción que tiene más puntos para el próximo lustro. Esa hoja de ruta es con la que trabajan, aunque Santander siempre se podrá guardar el as en la manga de adquirir el resto de las acciones. Sea como sea, el banco español lo único que tiene en el horizonte es lo que ha prometido a sus inversores: una rentabilidad sobre el capital invertido (más de 400 millones de euros) superior al 25% en estos cinco años hasta 2024.

Competición en Europa... alianza en Latam

Antes de que llegue ese momento, Ebury y Santander deberán plasmar ese plan de negocio. Más allá de los detalles, hay una máxima, según Azofra, que va a mantenerse: habrá competencia. Es decir, ambos 'pelearán' en los mercados en los que hoy están presentes de manera conjunta: España, Polonia y Reino Unido. "Vamos a seguir compitiendo", advierte el directivo, quien insiste en que es la mejor manera de maximizar el valor de la compañía. ¿Y en el resto? Habrá una unión. En concreto se trata de Latinoamérica, que es el mercado que las dos quieren atacar en los próximos trimestres.

Ese plan de negocio también deberá contener las claves sobre cómo se operará allí, donde irán de la mano. Y todo dependerá, principalmente, de la regulación local en el sector. "Excepto en México, no hay una regulación específica para fintech en el resto de países", apostilla Azofra. Lo más lógico es que se creen filiales en los diferentes mercados con los que cumplir con toda la normativa local para operar. En esta tarea, el respaldo de Santander será fundamental.

La competencia que mantendrán ambas partes también se trasladará a algo decisivo: la provisión de liquidez para la plataforma de Ebury. Desde la compañía insisten en que el acuerdo no le da una exclusividad al Banco Santander para todos estos contratos, sino que podrán acudir a otras entidades para gestionarla. "Es positivo y eso nos hará a todos mejores", apunta el exjefe global de Ventas de FX de BBVA.

Todos estos son los ingredientes de la mayor operación de una startup 'fintech' española. Ebury seguirá tratando de pisar el acelerador para elevar la tasa de crecimiento que ha ido consiguiendo en los últimos años, que ha rondado el 40%. Lo hará de la mano de Santander, pero con plenos poderes para operar y con la bolsa aún como su opción preferente.

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