Rusia ataca a Ucrania

Efectos colaterales: Santander y BBVA miran a Polonia y Turquía por la guerra

Las entidades creen que no tienen una exposición destacada al conflicto, pero ya preparan una actualización de sus folletos sobre riesgos para incluir el nuevo escenario geopolítico. 

Ana Botín junto a Carlos Torres
Ana Botín, presidenta de Santander, junto a Carlos Torres, su homólogo en BBVA
EFE

La banca española respira relativamente tranquila porque no tiene una gran exposición a la nueva zona bélica propiciada por la invasión de Ucrania en la madrugada de este jueves por parte de Rusia. Pero eso no resta importancia a la necesidad de analizar cuidadosamente todas sus carteras en busca de potenciales riesgos que haya que contener, también a petición del Banco Central Europeo (BCE). Banco Santander y BBVA son dos de las entidades que más relación pueden llegar a encontrar debido a la cercanía geográfica de dos de sus negocios internacionales. Polonia, en el primer caso, que se sitúa en la frontera con el suelo europeo en guerra. Y Turquía, en el segundo, por la buena relación entre Recep Tayyip Erdogan y Vladímir Putin. 

Dada la cristalización del conflicto que venía gestándose desde hace meses atrás, los equipos de las entidades se ven abocados a actualizar sus respectivos folletos de registro universal remitidos al mercado en los que se incluyen los riesgos a los que están expuestos, según han indicado fuentes financieras a La Información. En el caso de la entidad presidida por Ana Botín la comunicación podría enviarse directamente a la SEC, el supervisor de los mercados estadounidense. El informe de este tipo más reciente del Santander que consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene fecha de marzo de 2021 y su última actualización es de noviembre del mismo año, por lo que el reemplazo podría ser inminente. 

Precisamente BBVA realizó esta misma semana un suplemento a su último folleto, pero decidió no incluir este riesgo dado que la guerra todavía era un riesgo sin cristalizar. Solamente señala que las "tensiones geopolíticas han aumentado recientemente y mantienen la incertidumbre excepcionalmente elevada", sin aclarar a qué elementos se refiere de forma exacta. El grupo capitaneado por Carlos Torres está igualmente realizando un análisis exhaustivo de las circunstancias y de las posibles contingencias que puedan aparecer.  

Este nuevo escenario ha llevado a Santander Bank Polska, la filial polaca de Banco Santander, a desplomarse un 13,78% en Bolsa y firmar una valoración de 28,740 millones de eslotis polacos (unos 6.115 millones de euros). El comportamiento de su filial se ha contagiado totalmente a la matriz, que ha sido el farolillo rojo (-7,69%) de la sesión bursátil del jueves en el parqué madrileño ubicado en el número uno de la Plaza de la Lealtad. Se trata de la mayor caída desde la aparición de ómicron en noviembre de 2021. El golpe de la guerra le ha hecho recortar su capitalización en solo una jornada en más de 4.250 millones de euros, hasta reducir su valor de mercado a 51.880 millones de euros. 

En el caso de BBVA, su filial Garanti ha perdido un 5,33%. Su capitalización de mercado se ha situado con este descenso en 46.240 millones de liras (unos 2.950 millones de euros), con lo que la valoración de la participación del 49,85% que la matriz posee en la entidad turca apenas vale ahora unos 1.470 millones de euros. Esta cifra compara con los 7.042 millones de euros invertidos para hacerse con la porción que ya posee. Ahora está pendiente de que las autoridades autoricen la OPA lanzada en noviembre de 2021 sobre el 50,01% que aún no tiene en su poder. 

BBVA puso sobre la mesa 25.700 millones de liras y estimó en 2.250 millones de euros el coste máximo si todos los accionistas minoritarios venden su parte. Pasados unos meses, el desembolso potencial se reduce a unos 1.480 millones de euros. La matriz ha cerrado con un descenso del 6,28%, también mínimos desde la aparición de la nueva variante de Covid, y con ello pulveriza 2.367 millones de euros, hasta los 35.333 millones de euros. El resto de entidades financieras españolas también se ha visto damnificadas por las nuevas circunstancias geopolíticas. Banco Sabadell, de hecho, ha sido el segundo peor parado después del Santander, con una pérdida del 7,01%. Por su parte, CaixaBank se ha dejado un 5,6% y Bankinter un 5,05%. 

La banca española tiene una exposición agregada de 868 millones al conflicto, limitado a participaciones o a préstamos debidamente provisionados

En cualquier caso, fuentes supervisoras consultadas por este medio aseguran que la banca española corre un riesgo muy reducido. Este escaso impacto estaría respaldado en que la exposición está limitada a participaciones o créditos concedidos a empresas que, de todos modos, están correctamente provisionados. A pesar de este muro de contención, el sector entró en una espiral bajista en Bolsa ante el pánico desatado en los mercados y cerró la sesión del inicio de la guerra como el más afectado. Los analistas consideran que se debe a que el mercado da por hecho una rebaja de las estimaciones macroeconómicas a nivel mundial, algo que el BCE ha trasladado que analizará detenidamente en su próxima reunión del 10 de marzo, y a que la normalización de la política monetaria tan esperada podría ahora dilatarse

De forma agregada, la banca española cuenta con una exposición de 812 millones de dólares (unos 720 millones de euros) al sector bancario ruso, el cual se verá pronto sancionado a través de un contraataque que prepara la Comisión Europea junto a los gobiernos nacionales del Viejo Continente y otros aliados como Estados Unidos o Reino Unido. Los peor posicionados son los italianos, los franceses o los austríacos, según la base de datos del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés). El riesgo a Ucrania incluso más limitada, a pesar de la cercanía geográfica. Las entidades españolas tienen apenas 56 millones de dólares (unos 50 millones de euros) en este país.

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